«Málaga es hoy la capital andaluza del jazz»

Su debut como compositor llega después de muchos años dando conciertos y grabando para otros. ¿Por qué ahora?

Para mí era una responsabilidad muy grande sacar un disco. Siempre he tenido miedo de darle al 'play' y que no me gustara. Hasta que no me he visto realmente preparado y no me ha salido escribir de forma natural, no lo he hecho. ¡Es algo que lo va a escuchar todo el mundo!

¿Y ahora tiene miedo?

¡No! Ahora tengo ganas de que lo escuchen.

Hace tres años inauguró también el Festival de Jazz. ¿Las sensaciones ahora son muy distintas?

Son distintas porque hay más experiencia y porque el proyecto que se presenta no tiene nada que ver. Es mi música y con 25 músicos en el escenario. Es más especial si cabe. He tenido oportunidad de presentarlo en otros sitios, pero quise que fuera aquí.

Más de 20 artistas. ¡Es una locura!

Una locura extrema, más que nada porque no hay una productora detrás que te diga «¿Cuánto necesitas?, Toma». Lo he tenido que hacer yo todo desde cero, desde conseguir el dinero hasta preparar todo lo musical, comprar los billetes, reservar hoteles Y luego los músicos no son marionetas, hay que hablar con cada uno, explicarles lo que quieres. Un currazo increíble. Pero ha sido la experiencia musical más enriquecedora que he tenido nunca.

Es un reflejo también del buen ambiente que hay entre los músicos.

Tengo la suerte de que, como he estado tanto tiempo viajando, he conocido a mucha gente y he establecido amistad con todos ellos. A Jorge Pardo y Gerardo Núñez, que son dos grandes figuras, les llevé un queso y un vino de Málaga y les prometí que les pagaría cuando tuviera algo. Entre todos nos apoyamos.

En 'UNO' mezcla el jazz con el flamenco y la música clásica. ¿Se puede hacer sin perder la esencia?

Cada vez me gustan menos las etiquetas. ¿Qué es jazz y hasta qué punto? Yo simplemente he hecho la música que tengo en la cabeza. Si la analizas te das cuenta de que hay ramalazos de jazz, de flamenco, cosas de música de clásica, de música de cine, de música latina Pero a la vez está todo muy engranado y mezclado. Además, la formación es súper original, porque hay instrumentos que normalmente se utilizan en el jazz -como la base rítmica de contrabajo, batería, piano, guitarra, percusión, trompeta- pero le he añadido instrumentos que se suelen utilizar en clásica, como un arpa, un chelo, tres trompas, un oboe, un corno inglés, una flauta Es un híbrido interesante. El propio Carlos Benavent flipó tanto cuando nos escuchó que se quedó hasta el final del ensayo aunque él ya había terminado su parte. Me decía que hacía muchos años que no escuchaba algo tan original.

Desde que tuvo que dejar Málaga para formarse fuera, han cambiado mucho las cosas

Claro. Este es un sitio muy bueno ahora mismo. Está creciendo, de la nada ha pasado a mucho. Hay gente que se está viniendo ya a vivir aquí por este movimiento que hay. Pero todavía hay que hacer muchísimo. En tres años se ha conseguido una cosa paranormal, pero dentro de diez años será aún más. Pero la gente eso todavía no lo sabe. Ni por supuesto ningún político, y por eso no le prestan tanta atención. Pero cuando vean lo que viene, abrirán más puertas.

¿Ahora mismo no se presta atención al jazz?

Para nada. Excepto los cuatro o cinco que están ahí organizando conciertos, como la Asociación de Jazz de Málaga. Y eso que ha cambiado todo mucho. Málaga es ahora la capital andaluza del jazz y hasta hace poco no era así. Y en España empieza a estar ya situada en un quinto o sexto puesto. Aquí vienen a tocar todos.

¿Echa en falta más apoyo institucional?

Por supuesto. Se podría ayudar mucho más desde las administraciones. Seguro que dentro de diez años ya hacen algo, porque va a haber mucha demanda y va a generar ingresos a la ciudad.

También hay gente con cierto reparo a acercarse a esta música por temor a no entenderla...

Pero eso no es problema. Eso está en las cabezas y las cabezas cambian. El problema es que aquí no hay una cultura de música en directo. Nunca la ha habido y menos aún de esta música que hacemos. Y el directo es lo que te permite llegar a la gente, porque en la tele esta música no la vas a escuchar. El chollazo ahora sería hacer un gran club de jazz. Pero yo voy a una institución o un Ayuntamiento con mi proyecto y no saben de lo que les hablo.

¿Pegó a muchas puertas públicas para sacar el disco?

Sí. Y no entraba porque no les interesa «esta cosa». Si le ofreces esto a alguien que no tiene ni idea de lo que es esta música y lo máximo que llega es a hablarte de Camarón, pues es normal que pase esto.

Después del Cervantes, ¿qué?

Descansar (risas). Y para más adelante tengo tres proyectos de grabación. Quiero hacer la segunda parte de 'UNO', posiblemente con la orquesta de ahora y le añadiremos un fagot y 16 cuerdas. Seremos casi 50 músicos. Tardaré de dos a tres años. Y me gustaría sobre todo tener tiempo para estudiar y escribir música. Necesito parar para sembrar.

¿Se puede vivir del jazz en Málaga?

Yo puedo vivir. No es fácil. Hay que estar ahí dándolo todo. Pero yo desde que me despierto hasta que me acuesto, la onda es jazz.