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'Paul Tate, Lafayette, Lousiana', 1968'. Copia original de gelatina de plata positivada por el propio Lee Friedlander. Fraenkel Gallery
La mirada ágil, fresca y crítica de Lee Friedlander

La mirada ágil, fresca y crítica de Lee Friedlander

La Fundación Mapfre repasa las seis décadas de actividad del transgresor y genial «paisajista social» estadounidense

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Miércoles, 30 de septiembre 2020, 00:54

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«Es el gran paisajista social norteamericano». Así presenta Carlos Gallonet, comisario de la exposición 'Lee Friedlander', al genial fotógrafo norteamericano. Un mito vivo, dueño de una mirada ágil, diferente, transgresora, fresca y crítica, cuya trayectoria de más de seis décadas revisa la Fundación Mapfre hasta el 10 de enero de 2021 en sus salas de Madrid. Es un fotógrafo sin normas. Intuitivo libre e ingenioso, se convirtió en una figura clave de la fotografía subvirtiendo los cánones y la tradición que marcó sus inicios, tras la estela de genios como Walker Evans Robert Frank, que pronto revirtió.

Nacido en 1934 en Aberdeen, (Washington), activo a sus 86 años, su retrospectiva reúne 350 imágenes que repasan la trayectoria de un creador iconoclasta e innovador. Original retratista y paisajista, rompe los encuadres y planteamientos, «dando a sus fotos apariencia de puzle o collage», según Gallonet. Pero innova sobre todo con su crítica mirada a la sociedad norteamericana que retrata en blanco y negro al que siempre se ha mantenido fiel, como a la tecnología analógica.

Friedlander es un torbellino de ingenio «que contrarresta en su obra los ideales de la práctica moderna mirando a la cultura popular en busca de inspiración, como hacía el arte pop, y rompiendo los medios de representación tradicionales», señala Gallonet, conservador de fotografía de la fundación. Para ello «incorpora un repertorio banal, crea argumentos visuales confusos y sacude al espectador con su sentido de la ironía, yuxtaponiendo objetos e ideas aparentemente inconexas».

De la Leica a la Hasselblad

Su gran salto tecnológico fue pasar de la Leica de 35 milímetros, con la que trabajó casi medio siglo, a la Hasselblad de medio formato que utilizó en los 90 para abordar mejor los paisajes del desierto de Sonora. «Un cambio que le permite seguir trabajando en los temas que le interesan, pero con mayor amplitud de campo y abarcar espacios más grandes, de modo que los motivos ganan entidad y cuerpo», apunta el comisario. Sus imágenes se muestran en orden cronológico y por asociaciones temáticas o estilísticas, con secciones dedicadas al retrato, el autorretrato, las fotos familiares, la naturaleza o el paisaje urbano. Siempre con un denominador común: la poética de la simplicidad y su mirada ágil, libre y a menudo cáustica.

Su afán subversivo se hace más evidente en 'The American Monument' (1976), uno de sus proyectos más conocidos, pero también en los desnudos y autorretratos, y en las imágenes familiares a las que otorga especial cuidado y atención. «Podrían haber sido tomadas por cualquiera de nosotros, pero muestran el mayor cariño y respeto, lo que no quiere decir sentimentalismo», dice Gallonet ante 'Maria, Las Vegas, Nevada, 1970' una de las imágenes más conocidas de su esposa, con quien Friedlander convive desde hace más de seis décadas.

'New York City, New York', 2002.
'New York City, New York', 2002. Fraenkel Gallery

«Tras más de sesenta años fotografiando a diario, Friedlander continúa renovando su lenguaje», señala el comisario que ha recorrido la extensa obra que casi siempre agrupa en conjuntos de fotografías que desarrolla durante varios años. Destaca Gallonet su «búsqueda de metáforas visuales de difícil comprensión, pese a su aparente cotidianidad», y cómo su mirada crítica «refleja, aún con unos propósitos estrictamente formales, la enormidad y el caos de la sociedad americana».

«Nunca se ha repetido. Se ha reinventado y ha mantenido fresca su mirada», se ufana el comisario de la gran retrospectiva de Friedlander en España. Exhibe por primera vez algunas de las instantáneas que realizó en nuestro país en las décadas de los 60 y 90 y que no se incluyeron en exposiciones anteriores ni en ninguno de los 50 libros que ha publicado. Títulos legendarios como 'The Little Screens', 'The American Monument' o 'America by Car'.

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