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Foto de familia de los premiados con los vocales del Ateneo, su presidenta y representantes de la Fundación Unicaja.

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Foto de familia de los premiados con los vocales del Ateneo, su presidenta y representantes de la Fundación Unicaja. MIGUE FERNÁNDEZ

La Medalla de Oro del Ateneo es para los que ponen corazón

La institución reconoce el compromiso social y cultural de María Luisa Balaguer, Salva Reina, Esther Cruces, Tecla Lumbreras, Rosa Romojaro y Mássimo Colombi en un acto solemne y emotivo

Sábado, 25 de septiembre 2021, 00:14

Una magistrada del Constitucional, un actor, una archivera, una gestora cultural, una escritora y un enfermero. En apariencia no tienen nada en común, pero anoche lo compartieron todo. María Luisa Balaguer (que no pudo asistir pero envió sus palabras), Salva Reina, Esther Cruces, Tecla Lumbreras, Rosa Romojaro y Esther María Urbaneja en nombre de su marido Mássimo Colombi le pusieron corazón a la entrega de las Medallas de Oro del Ateneo de Málaga 2021. El mismo que cada una de ellas -porque ellas eran mayoría- le ponen cada día a su oficio. Fue un acto solemne al que las premiadas y Salva Reina aportaron emoción, momentos de sonrisas y toda su gratitud por una distinción que reconoce su compromiso social y cultural con la ciudad.

En una Sala Unicaja de Conciertos María Cristina ya sin distancias, el Ateneo celebró una fiesta de la cultura, del feminismo y de la solidaridad. Por primera vez en la historia de estos galardones, la institución concedió una Medalla Extraordinaria a título póstumo a Mássimo Colombi, el enfermero que sorteó las dificultades extremas de la pandemia para defender el derecho a decir adiós a sus familiares a los enfermos graves de Covid. Su mujer lo agradeció con el corazón encogido y recordando a un hombre «bueno dedicado a lo social en cuerpo y alma». «Mássimo demostró ser una gran persona y un gran profesional, se ha elegido a un gran galardonado», declaró.

Las obligaciones de María Luisa Balaguer en el Tribunal Constitucional le impidieron asistir, pero el decano de la facultad de Derecho, Juan José Hinojosa, puso voz a sus palabras. La jueza recordó sus primeros contactos con la institución, «la dulce nostalgia de la felicidad de aquellas tardes» cuando se reunía con otros ateneístas para discutir «durante horas sobre el análisis marxista de la lucha de clases». «Durante años el Ateneo ha colmado mi vida intelectual y desde lejos lo sigue haciendo», dejó por escrito Balaguer, de quien el Ateneo destacó su «inquebrantable labor en torno al ejercicio del feminismo».

Acostumbrado a los focos, a las cámaras y los escenarios, Salva Reina se confesó ayer nervioso al recoger la medalla. El actor y gestor cultural al frente de la Cochera Cabaret tuvo sentidas palabras hacia su familia («Gracias por enseñarme la responsabilidad, el sentido del humor, el cachondeo, la humildad, la perseverancia, la ilusión...») y reivindicó el valor de la cultura dedicando el premio a los «benditos majarones» que trabajan por ella. «Hoy en día es un acto de valentía», sentenció.

Documentos

«A quienes han de abandonar sus casas en La Palma, la guardia civil les recomienda que salven sus documentos. Si no fuera posible, para eso estarán los archivos». De esa forma tan gráfica explicó Esther Cruces la importancia de estos centros. La directora del Archivo General de Indias y responsable durante 20 años del Histórico Provincial de Málaga agradeció el premio por la posibilidad que le daba de reivindicar los archivos como lugares esenciales «no solo para la conservación del patrimonio, sino también como unidades administrativas y judiciales básicas» para numerosas cuestiones de nuestra vida cotidiana.

Rosa Romojaro recibió la medalla de manos de su alumno de Bachillerato más brillante, Antonio Soler. «Siempre he tenido la seguridad de que si yo le hubiera necesitado para algo, le hubiera encontrado». A través de él rindió homenaje visiblemente emocionada a todos los alumnos que han pasado por sus aulas. La poeta y primera mujer catedrática de Teoría de la Literatura de la UMA consideró completas sus metas académicas: «Pero quedan abiertos caminos para sentirme plena en mis metas más literarias», añadió. Este premio, dijo, será un «acicate» para continuar en la senda.

Tecla Lumbreras le puso espontaneidad, ironía y también lágrimas a su discurso recordando a los que ya no están. Gestora cultural rompedora y transgresora, reconoció que tras esa etiqueta hay mucho «compromiso, dedicación y entrega total». «Hay que arremangarse, pero solo las que estamos en esto sabemos cuánto merece la pena», añadió.

La presidenta del Ateneo, Victoria Abón, tomó la palabra al final del acto para dar un aplauso a los sanitarios por su lucha contra la pandemia, lanzar un alegato a favor de los docentes («Si no tenemos una educación adecuada, menos tendremos una cultura sólida») y hacer una defensa de los profesionales de la cultura. Abón se reservó para la despedida una buena noticia: la implicación de todas las administraciones para empezar la rehabilitación del aula de Dibujo Lineal y Adorno de la antigua Escuela de Bellas Artes ubicada en el actual edificio del Ateneo, la llamada Aula Picasso donde el padre del artista fue profesor.

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