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María Bueno: «Si fuera un hombre, otro gallo cantaría»

María Bueno: «Si fuera un hombre, otro gallo cantaría»

La Granizada ·

Vive a caballo entre Málaga y Madrid, aunque uno de los sueños de esta artista malagueña es consolidarse fuera de nuestras fronteras, algo que, señala, cree que le está costando más por ser mujer

MARINA RIVAS

Málaga

Miércoles, 22 de agosto 2018, 00:47

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Defensora del feminismo a través del arte, recupera con personajes inventados a los 'alter ego' de algunas mujeres que se han convertido en sus inspiraciones. Si tuviera que crear el suyo propio, la malagueña, María Bueno, se llamaría Mary Good –su nombre traducido al inglés– y tendría la capacidad de teletransportarse donde quisiera. Licenciada en Bellas Artes, vivió durante ocho años en Francia, de donde regresó con una hija, que se ha convertido en uno de los pilares de su vida junto a su madre, con la que incluso ha publicado un libro de recetas.

¿Dónde se puede ver ahora su trabajo?

–En una galería de Madrid que se llama Rafael Pérez Hernando y luego una galería online que se llama El Devenir. Además, doy clase de pintura para niños, dos veces en semana, que también es un trabajo.

¿Funciona bien la galería online?

–Últimamente ha adquirido algunas de mis piezas el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, porque colecciona obras de artistas locales bajo el nombre 'Neighbours'.

¿De alguna serie en concreto?

–De una serie de dibujos protagonizados por dos personajes que se llaman Chepita y Melisandra. Rinden homenaje a dos mujeres artistas del surrealismo que forjaron su amistad en México. Una es Remedios Varo y Nora Carrington. Son como sus 'alter ego', para devolverlas a la memoria común.

Si usted tuviera un 'alter ego' de este estilo, ¿cómo lo llamaría?

–He bromeado sobre este tema muchas veces porque me da por traducir mi nombre al inglés, así que ese sería, Mary Good.

¿Y lo dibujaría lo más parecido posible a usted o le añadiría algo que le gustaría tener y no tiene?

–Pues, yo tengo el pelo largo y gafas, así que eso lo pondría igual. A nivel físico no me cambiaría nada, pero sí que me propondría que viviese aventuras que yo no vivo en la realidad.

¿Como cuál?

–Teletransportarme (ríe).

¿Y cuál sería el destino?

–Pues, una zona cercana al mar, cualquier rincón del Mediterráneo. O igual un sitio inventado que no exista, que no salga en los mapas.

En la vida real, ha viajado mucho gracias a su obra…

–La verdad es que sí, he estado en Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Suiza. Luego hice parte de mi formación académica en Bellas Artes entre Canarias y Francia…

¿Por qué Canarias?

–Hice un año de Filosofía en la Universidad de Málaga –estudios que no descarto retomar algún día–, pero en ese momento me quité. Quería hacer Bellas Artes y pasé las pruebas de acceso pero se me olvidó matricularme. Al final me quedaba irme a Cuenca o a Canarias y luego hice una beca una Erasmus en Francia y allí me quedé ocho años.

Sí que aprovechó la beca Erasmus…

–(Ríe) Y en ese tiempo tuve una hija también.

¿Cómo era su vida allí?

–Estupenda. Mezclaba la base de los estudios en España con lo que iba aprendiendo en Toulouse, que siempre ha sido un sitio donde iban muchos españoles exiliados de la guerra. Ahora mi hija es muy internacional, ella tiene una parte africana por su padre, algo de Francia por el lugar de nacimiento, pero es española; y luego por parte de madre, tenemos orígenes judíos…

¿Y esos orígenes judíos?

–Por mis apellidos, Bueno Castellano, tengo ascendencia judía. Eran algunos de los apellidos más comunes que adoptaron los judíos que vinieron a España y se adaptaron aquí.

La mujer cobra especial relevancia en su obra…

–Yo soy mujer y además creo que es importante destacar el papel de la mujer en la Historia y el Arte.

En concreto, su madre es muy importante en su obra…

–Desde hace un tiempo la he incluido en mi obra y hasta me la he llevado a un simposio en Liverpool. Ahora además vamos a salir en 'Aquí la Tierra' (el día 29), un programa de Televisión Española, donde enseñamos un libro de recetas que hemos creado.

¿Se le da bien la cocina?

–No es que sea lo mío, pero ahondamos en muchas historias de lo que se comía en la posguerra, por ejemplo. Además, el libro tiene ilustraciones que he ido haciendo junto a mi madre y hemos invertido roles, ella se ha puesto a dibujar y yo a cocinar.

¿Cuál es su plato estrella?

–Juntas hemos creado unas galletas de algarroba.

Como artista, ¿le gustaría que se hablara más de usted?

–Quizá es verdad que no se escucha mucho hablar de mí, pero yo sigo trabajando igual. Yo miro mi trayectoria, mis colaboraciones con premios nacionales y, desde lo local, nunca pierdo las ganas de salir afuera. Además, soy mujer artista, no hombre. De ser hombre artista, otro gallo cantaría.

¿Se ha llegado a sentir infravalorada por ser mujer?

–No es que yo esté infravalorada, es que la menor visibilidad de la mujer en todos los sectores, en general, es una realidad. Todo tiene una visión masculina de momento. No quiero echar por tierra el trabajo de mis compañeros ni nada. Pero es así.

¿Alguno de sus compañeros defiende el papel de la mujer en su arte?

–Sí. Pocos, pero sí.

¿Su hija también quiere dedicarse al arte?

–No tal cual, a ella le encanta el cine y ya está en Bachillerato así que hará algo relacionado.

Usted ha colaborado con el Festival de Cine de Málaga, si mal no recuerdo…

–Sí, en mesas redondas, realizando el cartel de un documental que se presentó también en el Teatro Albéniz, que era de un proyecto de mujeres directoras. Y, este año, en una colectiva en el Ateneo.

¿Un sueño como artista?

–Trabajar con galerías internacionales. Creo que todavía me queda mucho por dar fuera.

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