Maquillaje hasta en el corazón
J. F. GUTIÉRREZ LOZANO
Lunes, 3 de noviembre 2025, 01:00
Antes de que Rosalía epatara mezclando pop y orquestas sinfónicas, ya estuvo en lo mismo y en otros berenjenales rompedores Mónica Naranjo, quien el sábado ... llenó hasta los topes el Auditorio del Cortijo de Torres. La cita al aire libre no resultó nada fría. Y eso que la actuación previa de Agoney, con derroche de voz y alguna metedura de pata chistosa tampoco ayudó mucho a calentar el ambiente. O mejor dicho ambientazo: a eso de las nueve de la noche aquello estaba ya a rebosar de uno a otro confín. Un llenazo nada tumultuoso, porque entre el público, tan variado como una nochevieja cantada por Mecano, destacaba, destacábamos, esa inmensa minoría de cuarentones, cincuentones o más allá que veneramos a la artista o a algunos de sus coplones. Venía la de Figueres a Málaga a celebrar la gira de sus treinta años de carrera, pero claro, con nombre en inglés: 'Greatest Hits Tour'. Y aunque 'Temptations', el famoso estribillo de 'La isla de las tentaciones', sonó en las casi dos horas concierto, los allí reunidos anhelábamos desgañitarnos con esos himnos hispanos grabados en el alma desde yo qué sé cuándo. Que si 'Entender el amor' (salmo reivindicativo de noches iniciáticas); que si 'Desátame' (ahora más lento, ay, pero con eterno enganche); que si el mítico 'Sobreviviré'. Quizá el punto álgido de la concurrida fiesta se vivió cuando Naranjo entonó 'Pantera en libertad' y todo el respetable rugió en alaridos y desafines felinos de distinta naturaleza. Ella demostró ahí también cómo templar su voz, o alargarla ahora en una tesitura madura, ah, pero igual de magnética. En estado pletórico pero tranquilo, sus graves patentados fueron abrigados por su derroche de poses, elegancia y ese punto de distancia divina que siempre tuvo, con miradas cómplices pero perfil inalcanzable. Fue el coro el último en despedirse, ah, pero ya lo avisó Mónica: se cuida mucho y se acuesta temprano. Para antes de las once la veneración masiva y educada estaba finiquitada. Mal de pocos, consuelo de maduritos y de ciáticas. Desatados, puede, pero con método.
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