Manuel Alcántara, el mejor gancho del periodismo de cuadrilátero

En las cuatro esquinas de esa mesa estaban los también periodistas Alfredo Relaño, que compartió con Alcántara redacción y combates en 'Marca'; Silvia Cruz, que no olvida su charla de boxeo y flamenco con el maestro; el propio Rivera, autor de la tesis doctoral sobre las crónicas pugilísticas del malagueño, y Domi del Postigo, árbitro de este encuentro en el que los ponentes dejaron claros algunos de los secretos del periodista, su facilidad para dar con las palabras y la intemporalidad de aquellas crónicas firmadas en los años 70.

Relaño contó que, siendo un «crío» recién llegado a 'Marca', Alcántara le dejaba acompañarle a los combates y no lo olvida. «Nos adelantaba lo que que iba a pasar y me parecía brujería y, después, disfrutamos leyendo sus crónicas con esa poesía que tenía», contó el presidente de honor del diario 'As', que aseguró que «la mayor distinción de mi carrera ha sido recibir el Premio Alcántara de Periodismo Deportivo». La clave de esa crónica en la que no solo se leía el intercambio de golpes y miradas de los contendientes, sino que transpiraban poesía entre líneas, supusieron un hito para la profesión hasta el punto de que Alfredo Relaño también soltó un directo al asegurar que la presencia de Manuel Alcántara «dignificó el periodismo deportivo».

La argumentación también la apoyó el periodista y profesor de la UMA Agustín Rivera, que respondió que «lo mejor que hizo Alcántara fueron las crónicas de boxeo», ya que ningún otro periodista ha logrado igualar su altura y estilo en la lona de las galeradas. El especialista destacó su capacidad no solo para encontrar las palabras adecuadas, sino además «hacerlo muy rápido y con la presión del cierre de la edición». Una exigencia en la que sus textos cobran todavía un mayor valor por su calidad literaria y concisión.

Por su parte, la periodista Silvia Cruz se acercó a aquellas noticias boxeísticas muchos años después de que Alcántara las escribiera. «Yo nací cuando las estaba publicando», contó la redactora que destacó que, pese a la distancia, «muchos años después pude saborearlas y aprender cómo se construye una crónica, lo que me parece importante ya que el buen periodismo es el que soporta el peso de las hemerotecas».

En este sentido, recomendó a muchos de los jóvenes periodistas presentes en el congreso que recuperen esas crónicas por su capacidad para llegar al lector ya que sus artículos ofrecían hasta tres niveles de lecturas. «Lo podías leer sin ser un entendido en boxeo y si lo eras, todavía mejor, pero además hay otro nivel de lectura que es el del escritor que se cuela entre las palabras», ha explicado Cruz que no dudo en calificar la lectura de estas crónicas de un «aprendizaje maravilloso».