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El fuego que arrasó Proteo el pasado jueves ha prendido una mecha que ilumina toda la Málaga cultural. Durante estos siete días de cenizas, escritores, editores y lectores se solidarizado con los impulsores de esta veterana librería, en la que se perdieron, según el gerente Jesús Otaola, casi 100.000 ejemplares. Este viernes, en el Aula de Cultura de SUR, el sector librero de la ciudad se ha unido para arropar a los afectados y analizar la situación en la que se encuentran tras las llamas. La conclusión ha sido unánime: es necesario que las administraciones apoyen a Proteo mediante la cesión de una sede provisional mientras restauran el edificio de la calle Plaza del Teatro.
El Aula de Cultura de este viernes estuvo protagonizada por Otaola y la socia fundadora de la librería, Pilar Guerrero. Frente a ellos, en un insólito gesto de unión gremial, representantes de las librerías Rayuela, Agapea, Fnac y Luces, además de invitados de la Casa del Libro, Fundación Pérez Estrada, de la Diputación de Málaga y de la Casa Gerald Brenan, así como Ediciones de Aquí y la editorial Amor de Madre. Todos los participantes en la charla –que tuvo partes de auténtica terapia grupal ante la calamidad–, lanzaron sendos órdagos a las administraciones, quienes deben estar «a la altura» para socorrer a una librería que es, en sí misma, una «institución».
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Varios participantes apuntaron a la posibilidad de que el Ayuntamiento sea quien ceda esa sede provisional mientras se llevan a cabo los trabajos de restauración. «Tenemos para un año», destacó Guerrero, que recordó que el edificio es un bien protegido, por lo que las intervenciones en él deben hacerse con la connivencia de las administraciones.
A raíz de la propuesta que quedó ayer suscrita en el Aula de SUR –que se celebró en el Centro Cultural Malagueta, una de las dos sedes de esta nueva edición junto a la Fábrica de Cervezas Victoria–, este diario consultó al Ayuntamiento la viabilidad del planteamiento. «Vamos a estudiar la petición con todo interés», respondió un portavoz en nombre del alcalde, Francisco de la Torre.
La palabra que más repitieron Otaola y Guerrero durante el encuentro fue «gracias». La dirigieron a los presentes, pero también a todas esas personas que se han sumado a la ola de solidaridad que arropa a los libreros desde entonces. Sin embargo, aunque el agradecimiento sea infinito, las donaciones y las compras por internet –ya van más de 3.000 en una semana–, son «una gota» en comparación todo lo que hace falta para seguir adelante con Proteo. «No se puede recuperar nada. La primera planta está totalmente carbonizada, en la segunda todos los libros se encuentran cubiertos de hollín y la tercera es como si entraras en una mina de carbón: todo negro», describió Otaola.
Pero, ante la adversidad, él y Guerrero intentan quedarse con lo positivo. «Hay lectores que lleva apoyándonos desde hace 52 años, cómo no van a hacerlo ahora», se esperanzó la fundadora. Por su parte, el gerente confesó sentirse un tanto abrumado por el amor que la ciudad les está brindando: «La librería Proteo se ha quedado pequeña para asimilar todas estas emociones».
En el Aula de SUR hubo, además, un micro abierto para que todos los miembros del sector que se sumaron al gesto de unión pudieran dejar constancia de su apoyo. Alfredo Taján, de la Casa Gerald Brenan, lanzó su propio órdago a la red municipal de bibliotecas como un organismo capaz de apoyar a Proteo: «Hay que activar las ventas». Ana Cabello, de la Fundación Rafael Pérez Estrada, anunció que están gestionando que el próximo Premio de Aforismos de la fundación sea llevado a las imprentas por Ediciones del Genal, la editorial de Proteo. «Tenéis todo nuestro apoyo, esto nos ha tocado el corazón a todos», dijo.
Los libreros de Málaga demostraron ayer que son más que un sector: constituyen un gremio en el que son «compañeros», dijo Otaola. Noelia Clavero, gerente de Rayuela, confesó que pasó la noche del incendio en vela. «Empaticé en seguida con ellos, al día siguiente me acerqué a verlos», relató. «Aquí hay compañerismo y algo más, ver la librería arder duele como si fuera la tuya».
José Antonio Mesa Toré, director del Centro Cultural Generación del 27 –impulsado por la Diputación de Málaga– expuso ante los libreros afectados que están trabajando en fórmulas para prestarles apoyo, y adelantó que el organismo provincial destinará una partida de 6.000 euros para la compra de ejemplares de Ediciones del Genal, que se destinarán a las bibliotecas públicas de los municipios pequeños de la provincia. Al mismo tiempo, el presidente del organismo, Francis Salado, confirmó la iniciativa en un comunicado en el que detallaba que los libros se destinarán a 87 centros públicos.
Además, al final del encuentro, el diputado provincial Juan de Dios Villena anunció que la entidad se hará cargo de comprar y donar varios equipos informáticos para cubrir los dañados por el incendio.
José Manuel Illanes, de la Casa del Libro, recordó que el sentimiento de gremio en Málaga es fundamental para entender el funcionamiento cultural de la ciudad. «Antes que competencia somos compañeros, una librería no es un comercio más, vendemos un producto muy especial como son los libros. Somos un punto de encuentro entre escritores y lectores».
Por su parte, Rocío Rivera, de la librería Agapea, intenta quedarse con la parte positiva. «El mundo cultural de Málaga sufrió un gran batacazo pero la población ha respondido, la sociedad ha respondido», dijo, dejando su particular mensaje a los gestores públicos: «Ahora queda que la administración responda». Esa misma idea lanzó José Martín, de Fnac: «Esperemos que las instituciones estén a la altura», esgrimió tras recordar que Proteo forma parte de los recuerdos de todo el mundo librero.
En el gesto de unión del sector también participaron editoriales: Victoria Borrás, de la joven Amor de Madre, relató cómo cuando llamó a la puerta de Proteo para vender su iniciativa fue recibida con un «bienvenida». «Pasaba por el escaparate y veía ahí nuestros libros, que estuvieron mucho tiempo, no me lo podía creer». Francisco Torres, de la asociación de editores Ediciones de Aquí, se sumó al apoyo y propuso que sean las propias editoriales las que renuncien al depósito malogrado tras el incendio.
Además del sector librero, presente en el Aula de SUR, otros representantes culturales participaron en el encuentro a través de las pantallas. El poeta Ángelo Néstore habló del valor de Proteo para cultivar una «ciudadanía atenta», mientras que su colega Ben Clark mandaba su «abrazo fuerte». Eva Díez Pérez, directora del Centro Andaluz de las Letras, puso sobre la mesa la «ejemplar historia de resistencia» de la librería, a la vez que Juan Antonio Ruiz, de Luces, invocó al Ave Fénix para que sus compañeros se repongan desde sus cenizas. El poeta Juan José Téllez matizó que «los libros pueden quemarse pero su contenido pervive». Por último, la comisaria de arte y gestora cultural, vicerrectora de Cultura de la Universidad de Málaga, Tecla Lumbreras, conmovió con una historia sobre ella y su difunto compañero de vida, Miguel Hermoso. «Proteo se convirtió en nuestra casa y sus trabajadores en nuestros amigos».
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Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Jon Garay
Óscar Beltrán de Otálora / Gonzalo de las Heras (graphics)
Encarni Hinojosa | Málaga
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