Pepo Pérez: «No habría adaptado para Netflix el cómic 'El vecino' ni aunque hubiera podido»

«No habría adaptado para Netflix el cómic 'El vecino' ni aunque hubiera podido», reconoce Pepo Pérez, que incluye una doble imposibilidad en su frase. Por un lado, esa doble vida entre leyes y viñetas lo tiene tan ocupado que tiene poco tiempo para añadir una nueva actividad. De hecho, cuando sale de clase, su tiempo extra lo dedica en cuerpo y lápiz a dibujar la cuarta entrega de la saga, que hace tiempo que los seguidores se la reclaman. Por ello, pide paciencia ya que el «plazo razonable» que maneja para concluir la obra es año y medio, aunque avanza que el resultado será «bastante tocho». Mientras tanto, este año ha publicado con García 'El Vecino. Historias', que desarrolla historias paralelas y da la palabra a otros personajes, además de revisar y rotular las tres primeras entregas del superhéroe para la edición conjunta, 'Origen', que también incluye bocetos sobre la creación de Titán, además de artículos de los autores y una introducción del cineasta Nacho Vigalondo.

No obstante, Pepo Pérez no se escuda en su ajetreada doble vida, paralela a la de Javier/Titán. Ni tampoco en las horas que echa remando en la jábega del Club Tiburones de Pedregalejo –«Mis compañeros siempre me regañan porque nunca los menciono», apostilla con humor– para enmascarar que ha preferido no participar en la adaptación a la pantalla. «Yo ya lo he hecho y ahí está la obra... así que mejor que ellos hagan su versión», confiesa el dibujante, que además tiene una opinión clara sobre el efecto que producen los padres de la criatura en los rodajes. «El autor siempre es un elemento incómodo y si yo fuera el director no me gustaría tener todo el rato al creador supervisándolo todo», admite Pérez que asegura que lo suyo siempre ha sido «vocacional». Y como lo sigue siendo, prefiere dedicarse al cómic.

La conversación entra entonces en los terrenos del éxito. Evidentemente, Netflix ha colocado el cómic de nuevo en el escaparate, pero ni mucho menos supone un pelotazo. «Económicamente esto no es lo que la gente se imagina», asegura el malagueño que prefiere no hablar de números y pone su pluriempleo como el ejemplo gráfico de una industria que, en nuestro país, es todavía modesta.

Pérez y García pasaron por el rodaje como simples visitantes e incluso ya han visto los primeros capítulos de la serie. «En los personajes han puesto mucha atención y, desde el casting, supe que no querían traicionar el cómic», confiesa el dibujante malagueño que, no obstante, admite que la versión para la pantalla tiene cambios argumentales. «Nuestro superhéroe protagoniza una historia costumbrista, el lector lo descubre ya con sus poderes y siempre lo vemos cuando regresa a casa, mientras que en la serie han optado por presentarlo desde el principio y que vaya descubriendo sus habilidades por lo que se asemeja más a una parodia de superhéroes que nosotros, en principio, evitamos», cuenta Pepo Pérez, que ve más «comedia pura» en la versión para Netflix.

El autor asegura que ha visto los «conceptos esenciales» del cómic en el trabajo de Vigalondo y ve normal que se hayan hecho cambios en el traje, como la máscara que cubre al completo al protagonista, porque en la pantalla «es más creíble para mantener la identidad secreta del superhéroe». Y en cuanto al reparto, durante la conversación habla varias veces de lo bien que lo hacen Claro Lago y Adrián Pino. «Y ya no me imagino a otro actor que pueda hacer mejor de Javier/Titán que Quim Gutiérrez. No solo tiene el aspecto, sino también el carácter», afirma Pepo Pérez que recomienda despedir el año con la serie o el cómic. Y tira para casa al apostillar que la novela gráfica está pensada incluso para «los que no le gustan los superhéroes».