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Jan Stocklassa, periodista sueco y autor del libro 'Stieg Larsson.
El olfato infalible de Stieg Larsson

El olfato infalible de Stieg Larsson

El autor de 'Millennium' dio en la diana en su investigación sobre el asesinato de Olof Palme, que ahora culmina Jan Stocklassa | El periodista sueco lamenta y «supina estupidez e incompetencia» de la policía sueca, que ha reabierto el caso 33 años después

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Viernes, 15 de marzo 2019, 17:34

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«Conoceremos toda la verdad sobre el asesinato de Olof Palme, y será gracias Stieg Larsson y su minuciosa investigación. Sin ella sería imposible». Lo dice con plena seguridad Jan Stocklassa (1965), arquitecto, escritor, periodista y exdiplomático sueco que retomó la investigación sobre el magnicidio más enigmático del siglo XX realizada por Larsson, el malogrado autor de la saga 'Millennium' y azote de la ultras y neonazis.

El olfato de Larsson era infalible y dio en la diana. «Le faltó muy poco para llegar al final», confirma Stocklassa, autor de 'Stieg Larsson. El legado' (Roca). Un libro a caballo entre la novela y la investigación en el que ha trabajado durante casi nueve años tirando del hilo que encontró Larsson, pionero en desentrañar la madeja y acercarse a las claves claves ocultas del del crimen.

Hoy sabemos que quien disparó a Palme fue «una marioneta», alguien a quien Stocklassa da, por ahora, un nombre ficticio, pero que los hilos los movían miembros de la extrema derecha sueca aliados con agentes del servicio secreto supremacista sudafricano. «Conoceremos toda la verdad en detalle. Estoy convencido. Los astros se han alineado adecuadamente», reitera Stocklassa, que trabajó con las veinte cajas del legado de Larsson sobre el asesinato de Palme, fulminado por una bala de gran calibre en un céntrica calle de Estocolmo el 28 de febrero de 1986 y ante su esposa Lisbet.

Portada del libro, que se editará en 50 países
Portada del libro, que se editará en 50 países Editorial Roca

El impacto del libro, traducido a treinta idiomas y que se publicará en medio centenar de países, ha sido tal que se ha reabierto la investigación de un crimen no prescrito por una reforma legal. «Tenemos nuevo fiscal y equipo de policía. Será posible resolverlo en uno o dos años», insiste Sctocklassa, que ha buceado en los millones páginas de un sumario que se tardaría nueve años en leer y que no duda en constatar «la supina estupidez e incompetencia» de la policía sueca.

Todas las pistas

«Lo hicieron todo mal. Y eso que en 1987, estuvieron muy cerca de la resolución del caso». «Podrían haber seguido las pistas de Larsson y otras fuentes e investigar lo que sabemos ahora: la conexión sudafricana, el intermediario sueco en Chipre -Bertil Wedin- y la extrema derecha trabajando juntos con apoyo de Estados Unidos para asesinar a Palme».

Pero lejos de eso, ignoraron además la decena de avisos sobre un complot contra el primer ministro que se produjeron en los meses anteriores al asesinato. No en vano Palme era el látigo de quienes traficaban con armas y hacían negocios con el régimen del 'apartheid'. Y había quienes creían que estaba vendiendo Suecia a la Unión Soviética.

«Ahora sabemos que Wedin era un ultraderechista que trabajaba para los sudafricanos y que se trasladó a Chipre tres meses antes del asesinato. Allí le entrevisté y me confirmó que estaba en contacto con Caig Williamson, el espía máximo del servicio secreto sudafricano a quien sus compañeros acusaron de orquestar el asesinato de Palme», explica Stiocklassa.

El colmo de la incompetencia fue Hans Holmér, inspector jefe «que lo estropeó todo». Se negó a investigar la pista de la extrema derecha, más que evidente, y alimentó la tesis de que un grupo kurdo estaba tras el magnicidio. Jamás había investigado un homicidio y el único condenado en firme, Christer Pettersson, un alcohólico adicto al crack presunto autor de los disparos con un arma que nunca se halló, fue absuelto.

No cree Stocklassa que hubiera complicidad de los servicios secretos ni de la policía sueca en el magnicidio. «Hubo mucha incompetencia y errores garrafales de Holmér. El gobierno socialdemócrata necesitaba un investigador leal para encargarle la resolución y fue este inepto» dice. Recurre al principio de Hanlon -«Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez»- para explicar lo que pasó. «La incompetencia y la estupidez fueron muy superiores a la maldad. Simplemente eran muy estúpidos», reitera. Diez años después otro policía, Hans Olvebro cerró el caso en falso.

Muy fiable

La primera parte del libro es más literaria y la segunda más documental «pero respeta con escrúpulo la veracidad de los hechos», asegura el autor que contó con un asesor legal y un verificador de hechos y datos. «Es un libro muy fiable. Estar planteado como una novela no le resta un ápice de veracidad. Nada de lo que ha inventado afecta el resultado de la teoría de Larsson», sostiene.

Para Larsson desentrañar las tramas y manejos de la extrema derecha «fue más importante que su interés literario». No disfrutó ni del éxito editorial -80 millones de libros vendidos- ni del de una investigación «que era el para él mucho más importante que sus novelas». «Era su proyecto primordial y dedicó mucho más tiempo y energía a investigar el asesinato de Palme que a las saga de 'Millennium'» constata Stocklassa.

«Es la investigación más larga del mundo. Más que que la del asesinado de Kennedy o la del atentado de Lockerbie», asegura el periodista sueco. Antes de llegar a un punto muerto, unos 300 policías interrogaron a más 10.200 personas, a vece en varias ocasiones. El resultado son más de 250 estanterías atestadas de documentos, unos materiales «inabarcables» que no están digitalizados y en el que Stocklassa ha buceado.

Larsson soportó muchas amenazas y Stockclassa siente el aliento de los malos en su nuca, aunque no haya coacciones directas. «Me siento en peligro y las amenazas no explícitas son casi peores. Soy muy cauto con mi seguridad», admite.

Constata el periodista el auge mundial de «la Internacional de la vieja derecha» desde «la versión decididamente estúpida del fascismo de Trump» a los parlamentos de la Vieja Europa, pero cree que las aguas volverán a su cauce. «Con suerte, todo dará un vuelco y no dudarán eternamente. Demostrarán que no son capaces de gobernar y habrá una reacción, espero. Pero es obvio que están creciendo y ganando poder», concluye.

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