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Souviron, con Ava Gardner, en los años 60. ARCHIVO CENTRO DEL 27
Las memorias sin filtros que nadie se atrevió a publicar

Las memorias sin filtros que nadie se atrevió a publicar

José María Souviron escribió un diario el que retrató sin censura a la intelectualidad española de los 50 y 60. El libro sale al fin a la luz

Francisco Griñán

Málaga

Jueves, 1 de enero 1970

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«No he escrito ese diario para saltarme ahora (en favor de una fácil publicación del libro) lo que escribí sincera y hondamente en un momento determinado, por muy peligrosa que pudiera ser su publicación. Si hay que esperar a después de mi muerte (o de la muerte de otros) para que sea editado mi diario, esperaremos». A José María Souvirón (Málaga, 1904-1973), además de novelista, ensayista y poeta, habría que añadirle otra faceta, la de oráculo. Porque sus palabras, escritas antes de su muerte en 1973 y con un encabezamiento que avisaba en mayúsculas 'NOTA IMPORTANTE', han acabado cumpliéndose punto por punto. Nadie se atrevió a publicar estas memorias en vida, ni tampoco tras su muerte. Y han tenido que pasar 45 años, cuando casi todos los aludidos tampoco lo pueden leer, para que por fin se cumpla la profecía del escritor y se publique, sin filtros ni censuras, 'Diario', la puntillosa y exquisita autobiografía de un José María Souvirón que se guardó para sí pocos secretos. ¿Pero por qué era tan «peligroso» este cuaderno íntimo?

Diario I

  • Autor: José María Souviron. Edición: Javier La Beira y Daniel Ramos. Editorial: Centro del 27 y Unicaja. 462 pag. España. 2018.

La respuesta la tiene el coeditor de este libro, Javier La Beira, que desde que cayó en sus manos el primer tomo de estos diarios no pudo parar de leer. Y tiene doce volúmenes. «No tiene nada que ver con esas memorias falsas en las que el autor y los retratados quedan muy bien. Souvirón es un hombre sincero, exigente y crítico consigo mismo, lo que también aplicaba a los demás cuando escribe», señaló ayer a SUR el director de la Biblioteca del Centro de la Generación del 27 que, junto al coeditor Daniel Ramos y el director de Actuaciones Socioculturales de la Fundación Unicaja, Rafael Muñoz, presentó ayer en la Sala María Cristina la primera entrega de 'Diario', que gracias a la institución cultural de la Diputación y a la entidad bancaria salda la cuenta pendiente con el impulsor de la revista 'Ambos', preludio de 'Litoral', y Premio Nacional de Ensayo en 1967. La colección se ha agrupado en cinco tomos, que se publicarán anualmente hasta completar la colección.

Toda la intelectualidad, la política y la sociedad de los años 50 y 60 desfila por las páginas del diario de José María Souvirón, que tenía cercanía con poetas del 27, como Jorge Guillén y Vicente Aleixandre, pero a los que censuraba cuando no le gustaba un poema. «No es un criticón, sino que si algo no le gustaba, lo contaba, pero lo hacía con elegancia», explica La Beira, que también recuerda el rechazo a la ideología de Neruda y Alberti que se encontraban en las antípodas política de Souvirón. «Pero eso no impedía que después mostrase su admiración poética por ambos», añade el editor sobre estos diarios, que tienen la particularidad de que fueron escritos en cuadernos de contabilidad en los que el autor ajusta cuentas. Con los demás, pero sobre todo consigo mismo.

«Estamos ante una obra muy íntima, en la que también vemos un hombre atormentado y muy religioso que se consideraba un hombre casado, pese a que llevaba décadas separado y se sentía muy solo», explica Javier La Beira, que añade que pese ser un ferviente creyente, Souvirón no ocultaba su malestar por los excesos de los curas y el Opus.

El escritor malagueño se expone por completo en estos diarios en el que también cuenta relaciones personales –solo utiliza siglas en tres ocasiones–, realiza profundos retratos sociológicos de Málaga y, en lo más convencional, refleja también los prejuicios de la España de la dictadura. Como cuando viaja a Córdoba y tiene un encuentro con los miembros del Grupo Cántico, a los que define como «algo maricones (...), atentos, nada tontos y buenos poetas». «Hoy suena políticamente incorrecto, pero no podemos juzgar con la mentalidad de 2018 una persona que escribe desde y para la mentalidad de la España de los 60», tercia Javier La Beira, que asegura que no hay «acidez» en estos diarios sino una militante sinceridad llevada al extremo.

Tanto que la editorial Guadarrama solo aceptó una edición mutilada de los diarios y Souvirón prefirió que permanecieran inéditos, mientras que, tras su muerte, su amigo Antonio Canales volvía a intentarlo en 1975 por el «interés social y personal» de las memorias, aunque sin atender las propias instrucciones del autor ya que en una carta abogaba por «cortes» para evitar «muchas irritaciones y situaciones incómodas». Finalmente, sin tijera, José María Souvirón desnuda su alma y sus pensamientos en estos cuadernos contables que son también el retrato de 18 años de la España de la dictadura. Y el editor Javier La Beira avisa: «Si los empiezas a leer no los puedes dejar, porque enganchan».

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