Borrar
Esteban Hernández.
«La mayor parte de la población está en un momento de supervivencia»

«La mayor parte de la población está en un momento de supervivencia»

El periodista y escritor Esteban Hernández analiza el contexto global y nacional de este cambio de época en su nuevo libro, 'El rencor de clase media alta y el fin de una era'

Álvaro Soto

Madrid

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 20 de noviembre 2022, 12:45

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Quizá el viejo mundo no haya muerto del todo, pero el nuevo ya ha nacido, aunque todavía nadie sabe muy bien qué forma tomará. A descifrar los trazos de esta época que ahora echa a andar se dedica 'El rencor de clase media alta y el fin de una era' (Foca), el nuevo libro del escritor y periodista Esteban Hernández, que busca elevar el foco más allá de las pequeñas cuitas del día a día para tratar de entender los cambios mientras se producen.

«Tras el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, que se prolongó hasta el 2000, y la etapa entre el 2000 y el 2020, estamos ahora en un tiempo nuevo, una nueva fase geopolítica y económica que se define, entre otros factores, por un repliegue nacional que se ve en Estados Unidos y China, con mayor presencia de los Estados, y cuya repercusión tiene aún que verse en la Unión Europea», explica Hernández, que considera que el mundo se adentra en una cierta «desglobalización».

«El Estado chino y las grandes empresas que se han orientado a conseguir dividendos para sus directivos son las grandes vencedoras de la globalización, un periodo en el que las pequeñas y medianas empresas y los trabajadores han salido perdiendo, y eso ha abierto en nuestras sociedades grandes diferencias:en recursos, en la escala territorial, con zonas que acaparan población y otras que la pierden, y con separación y divergencia entre los países, algo que Europa ha vivido», analiza el jefe de Opinión de 'El Confidencial'. «Eso ha provocado», continúa, «que para la mayor parte de la población, esta sea una época de supervivencia con una visión pesimista del futuro, que no va a ser mejor que el presente».

Un malestar, cree Esteban, que se traduce en «desorganización social, desestructuración y un intento de cada grupo por diferenciarse de los demás». Ahí entran en juego las élites tradicionales, que han sido sustituidas. «Las élites, antes, eran los miembros de la alta administración estatal, de la judicatura, de las empresas nacionales o del ejército. Ahora son élites económicas», subraya el autor, que pone como ejemplo de esa brecha a Estados Unidos: «Los ricos de las costas, miembros de los sectores financieros y tecnológicos, miran por encima del hombro a las élites tradicionales del interior del país. Esto, además, abre camino a las guerras culturales, que acaban arraigando en la población», destaca el autor de libros como 'El fin de la clase media' (2014), 'Los límites del deseo. Instrucciones de uso del capitalismo del siglo XXI (2016) o 'Así empieza todo' (2020).

En su nuevo ensayo, Hernández se apoya en un clásico, 'La España invertebrada', que cumple su centenario y que analizaba la vida política y social del momento con reflexiones que sigen de plena vigencia. Allí, José Ortega y Gasset ya esbozaba problemas, y también soluciones, para España y para Europa. «Ortega analizaba la vertebración de los Estados, la necesidad de un proyecto, la descripción de los particularismos o el fracaso de las élites», apunta Hernández, que en esa línea, propone soluciones para España «que van más allá de izquierdas y derechas». «Los partidos políticos y las grandes empresas, además de en ganar elecciones, tienen que pensar en el país a diez años vista. Cuando solo piensas en el corto plazo, estás a las tonterías».

«El mundo va en otra dirección y España tiene que reaccionar de manera ineludible. Cuando el mundo cambia, hay que actuar», dice Hernández, que propone «impulsar la economía real, una reindustrialización que nos haga menos dependientes del extranjero, una dependiencia que vimos en la pandemia; hacer cosas de verdad y recuperar trabajos que den sentido a quien los hace», en contraposición a una economía basada en trucos contables y magia financiera. Porque «si los ciudadanos están contentos, es menos probable que se sientan atraídos por sistemas como el comunista». «Si esta idea, la de ofrecer un buen porvenir a la ciudadanía para evitar que se vincularan a régimenes totalitarios, triunfó tras la Guerra Fría, ahora que estamos en otra guerra fría, con polos como China, que pueden resultar atractivos para el desarrollo de muchos países, también debería estar sobre la mesa», plantea Hernández.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios