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¿Montar el pollo o montar el poyo?

¿Montar el pollo o montar el poyo?

Susana Zamora

Sábado, 9 de agosto 2014, 01:45

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¿Quién no se 'ha hecho alguna vez la picha un lío' traduciendo un texto a otro idioma y se ha 'comido el coco' para dar con la expresión más acertada? En ocasiones, la 'empanada mental' puede ser tan grande que o se 'lía uno la manta a la cabeza' para salir del atolladero o 'manda a tomar morcilla' el asunto. Siempre cabe la posibilidad también de 'tirarse el moco' y aparentar que sabe de lo que está hablando, aunque más tarde o más temprano se le acabará 'viendo el plumero'.

El castellano está cargado de expresiones hechas que poco o nada tienen que ver con las palabras que las forman. Pertenecen a la sabiduría popular, esa que se adquiere sin hincar codos y que tan difícil resulta para quien se sumerge en el estudio del español. Algo parecido le ocurrió a la filóloga Heloïse Guerrier (Francia, 1981), que desconcertada por intentar buscar sentido a estas expresiones populares, planteó a la editorial Astiberri la realización de un glosario con su origen etimológico.

'Con dos huevos' reúne 45 modismos tan usados actualmente como 'montar el pollo', cuyo origen se encuentra en la palabra 'poyo' (banco de piedra pegado a la pared), del latín 'podium' o pedestal y del que se valían algunos oradores en plazas concurridas para pronunciar discursos que podían terminar en polémicas discusiones; o "poner los cuernos", una frase que se remonta según algunas fuentes a la Edad Media, cuando el señor feudal ponía en práctica el derecho de pernada sobre la esposa de un vasallo, y se colocaba una cornamenta de ciervo en la casa del marido.

Con traducciones al inglés y al francés, David Sánchez pone imagen a locuciones tan gráficas como 'echar un polvo', expresión que provendría de la costumbre de los señores de la alta sociedad de los siglos XVIII y XIX de retirarse a inhalar por la nariz el tabaco de polvo y utilizar esto como excusa para mantener encuentros sexuales furtivos. Como ésta, ¿quién no ha mandado alguna vez a alguien a 'tomar morcilla'? Pues según relata en este glosario Guerrier, esta expresión alude a la antigua costumbre de erradicar las epidemias de rabia en los perros callejeros alimentándolos de morcillas envenenadas con estricnina.

Y así, 'metidos en el ajo', ambos autores han dado forma a un trabajo con el que lejos de 'dar el coñazo' persiguen que los lectores se acaben 'partiendo el culo' de la risa.

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