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Nieves Herrero presentó ayer su libro en Fuengirola.
«Juan Carlos es el rey de la estabilidad, y eso no lo ensombrece ni Corina»
Nieves Herrero Periodista

«Juan Carlos es el rey de la estabilidad, y eso no lo ensombrece ni Corina»

«Yo no querría nacer en la Zarzuela, somos más felices desde la normalidad», admite la periodista, que acaba de publicar ‘Yo abdico’

Regina Sotorrío

Miércoles, 6 de agosto 2014, 01:16

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Se detiene un segundo antes de decir el título completo del nuevo monarca: «Felipe... VI». «¡Me cuesta muchísimo todavía! Tengo que reconocértelo», admite entre risas Nieves Herrero. No han pasado ni dos meses desde la coronación y aún se cuela de forma natural el príncipe Felipe en cualquier conversación sobre el Rey. La fuerza de la costumbre. Ha transcurrido poco tiempo, sí, pero el suficiente para que en las librerías ya haya un ejemplar que analiza desde distintas perspectivas la renuncia de Don Juan Carlos. «Era una noticia que si esperábamos se hacía vieja. Había que salir ya», explica la periodista. Herrero está al frente de un grupo de ocho periodistas y autores que firman Yo abdico. Todas las claves, un libro que incluye desde un recorrido de Almudena de Arteaga por las abdicaciones anteriores hasta un revelador artículo de Jesús Hermida sobre su relación personal con Juan Carlos I. Ayer lo presentó en el Ayuntamiento de Fuengirola.

¿Llegaremos a saber todo lo que hay detrás de la abdicación?

Yo, abdico se acerca bastante fielmente a qué pudo pasar por la cabeza de Don JuanCarlos para decir hasta aquí hemos llegado. Yo creo que hoy Don Juan Carlos es más libre que hace dos meses; y está gozando de una libertad que no ha tenido jamás, ni cuando era niño, ni cuando era adolescente ni, por supuesto, cuando era Rey.

Se ha quitado un peso de encima.

El propio Hermidas en el libro dice que el Rey se ha quitado «un áspero y pesado costal de encima».

¿Y por qué en este momento?

Él sabía que quería abdicar, le había pedido opinión a mucha gente, pero de repente hubo muchas circunstancias que, unidas todas juntas, le obligaron a hacerlo. Él, como dijo muchas veces, quería morir como rey, pero coincidieron cuestiones personales, políticas, económicas, judiciales...

Y ya no se sentía querido.

Uno de los golpes más fuertes para el Rey fueron las encuestas. Después de que la monarquía hubiera sido la institución mejor valorada por los españoles, pasar a ser suspendida como los políticos... fue para él un varapalo fuerte. Si ya estaba sopesando esa decisión, las últimas encuestas del CIS donde el príncipe Felipe era el mejor valorado le terminaron de convencer. Lo hizo como un acto de generosidad a la propia institución. Cuando muere Adolfo Suárez todos empezamos a recordar determinados momentos suyos; y entre ellos frases como esta: «Uno debe preguntarse serena y objetivamente si presta un mejor servicio a la colectividad permaneciendo en su puesto o renunciando a él». Las palabras del Rey en su discurso son casi calcadas a estas. Y luego está el tema de la salud. Él no quería ser un rey con muletas.

¿Acertó entonces con el momento que eligió?

Acertó. Era un momento muy delicado. Del caso Nóos queda aún lo peor y, por otro lado, a nivel político es mejor ahora que dentro de un año, cuando sean las autonómicas y las municipales.

Sin tabúes

¿Se han roto todos los tabúes en torno a la monarquía? ¿Realmente se puede hablar ya de todo?

Desde luego ha habido un cambio tremendo. Hace unos años nadie sacaba al Rey con una copa en la mano, esa foto se desechaba. Y a pesar de que hubiera rumores, no se expresaban en letra impresa. Pero a raíz de Botswana; del «perdón, no lo volveré a hacer», que se refería también a esas salidas en las que nadie sabía dónde estaba; y de que nos enteráramos de que tenía una amiga especial... se abrió la veda y la gente informa con pelos y señales. Y estoy saturada de Corina. No creo que haya sido tan importante en la vida del Rey, lo que pasa es que ha sido muy importante en la memoria de los españoles. Lo que me da pena de todo esto es que el Rey ha hecho muchísimo por España.

¿Cree que la sociedad ha sido injusta con él?

Sí, hemos sido muy injustos porque hemos olvidado muy fácilmente. Él ha protagonizado 39 años de la historia de España, los más fructíferos.

Pero no por ello exentos de errores...

No, pero las equivocaciones como son a nivel personal son las que menos me importan. A Juan Carlos siempre le vamos a recordar como el rey de la estabilidad y de la paz; y eso no lo puede ensombrecer ni Corina.

¿Cuál ha sido el papel de la Reina Sofía en esta decisión?

Ha sido una decisión personalísima que solo correspondía al Rey. Pero a mí la Reina Sofía me parece el gran personaje del siglo XX y XXI. Ha estado siempre en la sombra aconsejándole y ahora hemos conocido también el sufrimiento de una mujer que sabía qué cosas estaban pasando...

¿Doña Letizia está a la altura?

Ha tenido una buena maestra y a mí me encanta que una periodista sea Reina de España. Nos beneficia que sea una mujer atenta a lo que pasa en el país, que no sea una princesa de sangre azul que ha vivido en una burbuja, que ha trabajado... Está en la calle y con los pies en la tierra.

Está hasta en la moda de los selfies.

(Risas) Ahora los Reyes se tienen que ganar la Corona cada día. Con selfies, teniendo menos vacaciones, sabiendo que las infantas no van a poder trabajar en empresas privadas... Los pasos que están dando a favor de la transparencia son acertados. Los tiempos han cambiado y exigen que esta sea una monarquía a pie de calle. No pueden ser reyes de corona sino de suela de zapato gastada.

Sabiendo lo que sabe, ¿soñaría ahora con ser reina?

Yo no. Los cuentos vamos a tener que contarlos de otra manera. Antes siempre era «que venga el príncipe azul!. ¡Y no! ¡Que te venga una persona normal! Yo no querría nacer en la Zarzuela, somos mucho más libres y felices desde la normalidad. Sinceramente, no les envidio.

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