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La escritora Mercedes Salisachs.
Muere Mercedes Salisachs, la gran dama de las letras españolas

Muere Mercedes Salisachs, la gran dama de las letras españolas

Decana de la literatura española, ganó el Premio Planeta en 1975 por el libro 'La gangrena'

REDACCIÓN

Viernes, 9 de mayo 2014, 11:14

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La escritora barcelona Merceces Salisachs ha fallecido a los 97 años. Ganadora del Premio Planeta en 1975 por el libro 'La gangrena', la autora murió ayer por la noche en la clínica Teknon de Barcelona.

Salisachs era la gran dama de las letras españolas, la autora en activo más longeva. Con 96 años cumplidos, Mecerdes Salisachs (Barcelona, 1916) se despedía de su lectores con 'El caudal de la noches vacías' (Martínez Roca). La indoblegable narradora quería seguir escribiendo, pero estaba al límite de sus fuerzas. Mantenía la lucidez a pesar de que hace cinco años se le había diagnosticado ELA (Esclerosis lateral amiotrófica) una implacable enfermedad degenerativa que no le impidió a esta popular y constante escritora acabar dicha novela. Con ella puso punto final a una carrera narrativa de casi siete décadas jalonada con cuarenta títulos y premios como el Planeta, el Ciudad de Barcelona o el Fernando Lara.

La autora definía ese libro como "una lección de vida" y "una historia de amor, desengaño, lucha, creencias y moral". La protagoniza la pareja que forman un hombre y una mujer pertenecientes a mundos radicalmente diferentes: Guillermo, un joven sacerdote culto, de honda vocación religiosa y fuertes creencias -como la escritora-, y Lidia, divorciada de 40 años a cargo de un hijo adolescente. Salisachs aseguraba que era su narración "más emotiva" y esperaba mover a la reflexión al lector. "No entiendo la literatura como mero entretenimiento" repetía esta autora casi centenaria que invitaba al lector a reflexionar con cada novela, aunque consideraba aburrir al lector como "un crimen de lesa literatura".

Nunca le preocupó la crítica a esta narradora, catalana de clase alta y expresión castellana, madre de cinco hijos, perito mercantil y decoradora profesional. Dejó de escribir durante una década para atender a su marido enfermo y cumplió su promesa de no escribir unas memorias "que quiero olvidar".

"Jamás me importó que se me tratara más como una señora bien que escribe, que como una escritora. Eso no me ha quitado las ganas de escribir", decía en 2007 al presentar 'Entre la sombra y la luz", una reflexión sobre la vida y la muerte, "lo único infalibe". "Mi única vocación ha sido escribir", repetía esta perseverante narradora que mientras la salud se lo permitió tecleó sin desmayo "en una máquina de escribir que se cae de vieja, por puro placer y no para triunfar". "Escribo porque Dios me dio esta vocación" afirmaba sobre "la lacra" que le acompañaba desde la infancia. "No tengo más remedio que escribir. Lo necesito desde muy pequeña" manifestaba esta veterana 'letraherida', cuya única frustración es que ninguna de sus duras novelas se llevara al cine.

Trayectoria

Nacida en una familia de la alta burguesía catalana el 18 de septiembre de 1916, de frágil salud desde la infancia, Mercedes Salisachs Roviralta dejó el colegio para estudiar en su casa. Animada por su padre, en 1932 ingresó en Escuela de Comercio, pero realizó la carrera por libre y se graduó como perito mercantil. Casada en 1935 con José María Juncadella Burés, con quien tendría cinco hijos, huyó de la guerra civil a Génova. Regresó a San Sebastián y permaneció en la capital guipuzcoana hasta la toma de Barcelona por los nacionales.

En 1955 debuta en la novela con 'Primera mañana, última mañana' bajo el seudónimo de María Ecín y reincide con 'Carretera intermedia'. El premio Ciudad de Barcelona se le otorga en 1956 por 'Una mujer llega al pueblo', que fue censurada y no se publicaría hasta un año más tarde. Tachada de franquista, Salisachs criticó y ridiculizó en aquella novela al régimen que había respaldado y que desde entonces miró con lupa sus novelas.

Desde finales de los cincuenta encadena títulos como 'Más allá de los raíles', 'Adam Helicóptero', 'Vendimia interrumpida' o 'La estación de las hojas amarillas', alternando la escritura con su labor como decoradora e interiorista. Aficionada a la arqueología y a la mitología, era una eficiente poliglota capaz de expresarse en alemán, inglés, italiano, francés y portugués y por supuesto en catalán.

Pionera en la misma generación que Carmen Martín Gaite y Ana María Matute, junto a la que pronunció una conferencia en el Ateneo de Madrid en 1965, publicó aquel año 'El declive y la cuesta' y cerró la década con 'La última aventura'. Finalista del premio Planeta en 1973 con 'Adagio confidencial', lo ganó en 1975 con 'La gangrena'. Inspirada en la trágica y temprana muerte de su hijo Miguel, fallecido con tan solo 21 años en un accidente de tráfico, es su novela más conocida -"no la mejor" según la autora - y ha conocido casi 60 ediciones.

Muy activa tras el premio, publicó después 'Viaje a Sodoma', 'El proyecto', 'La presencia' y 'Derribos'. En 1982 recupera 'La sinfonía de las moscas, escrita en 1958, pero no publicada en su día al no pasar la censura. Recibe el premio Ateneo de Sevilla en 1983 por 'El volumen de la ausencia' y publica 'La danza de los salmones'. Con la enfermedad de su esposo se retira del mundo de las letras hasta que enviudó en 1993.

Retoma la novela en 1996 con 'Bacteria mutante', la continuación de 'La gangrena', y publica en esos años 'El secreto de las flores', 'La voz del árbol', cerrando la década con la concesión Orden Civil de Alfonso X El Sabio y la publicación de 'Los clamores del silencio'. En la primera década del siglo XXI aparecen 'La conversación', 'Desde la dimensión intermedia' y 'El niño que pintaba sueños', una colección de cuentos infantiles y el ensayo 'La palabra escrita'. Ganó en 2004 el premio Fernando Lara por 'El último laberinto', a la que siguieron 'Reflejos de luna', 'Entre la sombra y la luz'. Y 'Goodbye, España', premio de novela histórica Alfonso X el Sabio que obtuvo por su biografía de Victoria Eugenia de Battenberg, esposa de Alfonso XIII.

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