Leamos, vivamos, brindemos por Alcántara

La consejera de Cultura, Patricia del Pozo, acompañada por el secretario general de Innovación Cultural y Museos, Fernando Francés; la delegada del Gobierno andaluz, Patricia Navarro; y la concejala de Cultura, Gemma del Corral, presidió el acto en un Centro Andaluz de las Letras (CAL) consagrado al poeta del periodismo con la exposición 'Las columnas y los versos', coordinada por Pablo Aranda, director de actividades de la Fundación Alcántara. Allí, rodeados por sus fotografías y sus palabras, se congregaron numerosos representantes de la sociedad y la cultura malagueña.

El director de SUR, Manuel Castillo; el pintor Eugenio Chicano; el escultor Suso de Marcos; los escritores Guillermo Busutil, Herminia Luque y Antonio Gómez Yebra; los poetas Rosa Romojaro y Ángelo Néstore; el documentalista Manuel Jiménez;la presidenta del Ateneo de Málaga, Victoria Abón; el director del Centro del 27, José AntonioMesa Toré; la gestora cultural Cristina Consuegra; los libreros Jesús Otaola de Proteo y José Antonio Ruiz de Luces; el director territorial de CaixaBank en Andalucía Oriental y Murcia, Juan Ignacio Zafra; y el decano del Colegio de Abogados, Francisco Javier Lara, entre muchos otros, asistieron al evento en su honor. «Nos rendimos a su memoria, viva y perdurable», dijo Antonia Osorno, la jefa de área del CAL.

Y se sucedieron los recuerdos, las anécdotas y las frases ingeniosas del maestro «eterno» e «irrepetible», como resaltaron sus allegados. El presidente de la Fundación Manuel Alcántara, Antonio Pedraza, rememoró su «rito» diario de escribir el artículo en la Olivetti, enviarlo por fax a SUR y esperar la llamada de confirmación de la redacción. Tres días antes de fallecer, contó Lola Alcántara, estaba «preocupado» porque no llegaba ese telefonazo de SUR, «olvidando que hacía ya un tiempo que no escribía».

La Olivetti ilustra ahora la portada de 'El porvenir de ayer es ya recuerdo', la antología de poemas y columnas coordinada por Francisco Ruiz Noguera que puede descargarse en la web del CAL. El sonido de esa máquina, apuntó el profesor de la UMA, «le ayudaba a seguir el ritmo de la escritura». «Y nada más perfecto que el ritmo de la poesía de Alcántara», apostilló. Ruiz Noguera resaltó el «sentido del tiempo casi obsesivo» en su obra que capta a la perfección el verso que da título a este libro, un «juego temporal» de pasado, presente y futuro. Ahí están los poemas que le sitúan a la cabeza de la generación de los 50, los versos que le valieron con 35 años el Premio Nacional de Literatura y su papel en la prensa. Porque «el ser poeta de Alcántara trasciende a la redacción periodística». «Ha dosificado su carga poética en las columnas periodísticas», añadió Aranda, que condensa esa doble dimensión en la exposición didáctica e itinerante que hasta el 23 de mayo estará en el CAL. Los hitos de vida (desde el amor a su mujer Paula, el nacimiento de Lola, las tertulias en el Café Varela y los premios) se mezclan con sus palabras en esta muestra, a la que acompaña un catálogo que puede adquirirse en las Tiendas Culturales de Andalucía.

La lectura del Manifiesto del Día del Libro abrió el evento, un texto firmado por la periodista y escritora Eva Díaz que pone en diálogo al poeta y articulista con los grandes de las letras, desde Quevedo hasta María Zambrano. «Con Alcántara queremos brindar por la literatura hecha periodismo y el periodismo hecho literatura», se lee en este emotivo perfil del «narrador de instantes» y «boxeador de melancolías».

Alcántara murió, sentenció Lola, «consciente» y tras una existencia plena. Por eso, hay tristeza pero «no drama». Unos versos, sus favoritos, resuenan ahora como premonitorios. «No pensar nunca en la muerte /y dejar irse las tardes / mirando como atardece. / Ver toda la mar enfrente / y no estar triste por nada / mientras el sol se arrepiente. / Y morirme de repente / el día menos pensado. / Ese en el que pienso siempre».