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El artista, entre varias de sus obras de la exposición en la Galería Javier Marín. marcos álvarez
Cuando José Lizasoain busca entre los accidentes del arte

Cuando José Lizasoain busca entre los accidentes del arte

El artista expone su primera muestra individual en la Galería Javier Marín con un hilo conductor que conecta tendencias pictóricas de los años 50 y 60

CRISTINA PINTO

Viernes, 5 de agosto 2022, 14:27

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Cuando José Lizasoain busca los accidentes del arte pasan cosas como 'Maximov', su primera exposición individual que ha sido acogida por la Galería Javier Marín. «No puedo estar más contento de haber tenido la oportunidad de exponer aquí, en una galería con tantos años de tradición y donde expone gente tan buena», comenta el artista mientras baja las escaleras para llegar al espacio Columna de la galería, donde habita su exposición, que se puede visitar hasta que finalice el mes de septiembre. El nombre de la muestra tiene más significado sentimental que de otra cosa, ya que es el apellido de su padre, «yo por una serie de circunstancias no he llegado a tener su apellido y él es mi referente pictórico, por eso he decidido dedicarlo a él», confiesa Lizasoain antes de profundizar en sus obras.

Lo repite varias veces mientras filosofa sobre esta primera exposición individual de sus pinturas: «Los cuadros se componen de muchísimas capas porque rectifico con tranquilidad, cuando una mancha no me convence tengo la tendencia de pintarlo encima, por eso los cuadros son una suma de muchos errores. Lo que me interesa es que los cuadros se construyen solos, cuando tengo una idea quiero que lo interesante sea la sorpresa y la intuición. Es el accidente que ocurre ajeno a cualquier idea preconcebida», ahonda el artista en su estilo de hacer arte, pausado, pero nervioso. José Lizasoain, mientras enseña uno de los cuadro que tiene hasta diez capas, confiesa: «Eso es todo lo contrario a mi forma de ser. Soy nervioso, me estresa el hecho de pintar así, pero es lo que me pide el espíritu», aclara el artista.

Eso que le pide el espíritu tiene mucho de inspiración en las tendencias pictóricas de los años 50 y 60: «Las dos salas de las exposición tienen un hilo que lo conecta todo: mi interés por el estilo de los años 50 y 60, los campos de color. Y mira que curiosamente yo soy daltónico, que lo del color lo llevo complicado, por eso la gama cromática está muy escogida», explica detenidamente el artista. El naranja abunda en las obras de 'Maximov' y le acompañan todo los colores cálidos, que llegan hasta el suelo de la sala, como una de sus obras, que mientras probaba el montaje con Javier Marín, quedó ahí por casualidad: «Todo tenía una configuración clásica, pero hay una ruptura al colocarlo en el suelo. Además, me recuerda a las alfombras kilim, las marroquís, que me encantan. Ver ese cuadro tirado en el suelo me ha abierto mucho más el apetito», confiesa Lizasoain.

«La unión de la sala es eso que pasa entre el orden y el caos, donde los fenómenos del mundo tienden a tener un orden propio», filosofa el artista. Un orden propio y un reposo necesario para José Lizasoain, que analiza de forma pausada sus pinturas: «El momento de sosiego que encuentro es cuando el cuadro, después de un tiempo de reposo, lo acepto como mío». Y es que ahora es cuando realmente está disfrutando de la pintura, aunque lleve ya unos quince años con el pincel: «Dedicado a tiempo completo llevo dos años», señala.

Y esta primera exposición individual fue todo un triunfo desde su inauguración a principios de verano con casi todo vendido. Entre tantos de los comentarios que ha recibido de sus cuadros: «El toque aterciopelado» que provoca la superposición de capas de pintura en algunas de sus obras. «Otros dan sensación de mosaico», le comentan. O como decía Javier Marín, «Es un juego de espejos». Un juego de colores, intuición y superposiciones que provocan los accidentes del arte con José Lizasoain.

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