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El equipo de 'Inestables' junto a mujeres profesionales en el Teatro Echegaray. Sheila Ramírez
'Inestables' en el Echegaray: Teatro para resquebrajar el techo de cristal

'Inestables' en el Echegaray: Teatro para resquebrajar el techo de cristal

Lo nuevo de Factoría Echegaray, que se estrena el 11 de junio, abre su ensayo a mujeres profesionales y propicia un debate cargado de experiencias personales

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Jueves, 6 de junio 2019, 00:30

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El éxito de esta obra sería hacerle sentir incómodo en sus butacas, que tenga cierto reparo en saludar al actor tras la función y que lo que cuenta pase de moda en unos años. Si todo eso sucede, «lo habremos hecho bien», reconocía ayer Carlos Zamarriego, director y autor de 'Inestables'. La nueva propuesta de Factoría Echegaray, que se estrena el 11 de junio,persigue «remover» al espectador poniéndole cara a cara con la «violencia estructural de las empresas», aquella ejercida de manera cotidiana contra las mujeres que quieren romper el infranqueable 'techo de cristal' y ascender en sus trabajos. Ayer consiguió parte del objetivo solo con una escena. Un ensayo abierto a mujeres profesionales y a alumnos de la UMA dio pie a un debate cargado de anécdotas y experiencias personales que demostraban que la ficción –aunque con aires de 'thriller'– no está nada alejada de la realidad.

«Al principio me parecía un poco irreal; pero conforme lo iba analizando, empecé a ver que todo esto está ahí aunque una no sea consciente», reconoce Marina Sánchez Vílchez, la actriz que da vida a Noelia Carvajal, una directiva que para subir en el escalafón tendrá que ser examinada durante un fin de semana por otro alto ejecutivo. El actor Juan Antonio Hidalgo interpreta a ese tipo que representa la violencia normalizada en el día a día, «en lo que parece un halago y en realidad es una humillación».

La actriz reconoce que para construir su personaje fue «crucial» su encuentro con María José Pérez Dorao, delegada de Inspiring Girls Andalucía (una iniciativa que motiva a niñas en edad escolar para que no frenen sus aspiraciones profesionales) y directiva en agencias de publicidad. «Hay momentos de la obra en las que te veo a ti», le dijo. Pérez Dorao recordó entonces cómo un directivo le tocó el culo para hacer una gracia (gesto que ella le devolvió cuando menos lo esperaba) y cómo un responsable de recursos humanos describió en su informe a una candidata a un puesto con un «Viene vestida con un abriguito rosa». «Con eso quiere decir que es pija y tonta. Te ponen una etiqueta que te descarta de un proceso de selección», lamentó.

Nieves Egea, delegada de Infojobs en Andalucía Oriental, también sabe de «situaciones incómodas». Algunas propias, como cuando en una reunión el cliente se dirige a su compañero a pesar de ser ella quien lidera el proyecto. Y otras ajenas, como cuando le preguntan por cómo cribar los currículos de mujeres en edad reproductiva. Pero, como puntualizó María del Mar Molina, estos 'micromachismos' no solo se dan en los puestos directivos. Ahora está en el proyecto Edufinet de Unicaja y Fundación Unicaja, pero durante años ha trabajado en oficina y se ha sentido «juzgada» por algunos clientes por su imagen.

Todo esto y más está detrás de que, como dijo María José Rueda, de Responsabilidad Social Corporativa de Unicaja, solo el 19% de la alta dirección en la gran empresa esté ocupada por mujeres. Confía, eso sí, en que el panorama será distinto para las nuevas generaciones. Algo está cambiando. Que 'Inestables' lo escriba y lo dirija un hombre lo demuestra.

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