Frank Rebajes, el artista con obra en el Metropolitan al que Málaga olvidó en un cajón
Una exposición en el Mucac La Coracha reivindica al norteamericano de origen dominicano y español que se instaló en Torremolinos tras triunfar en la Quinta Avenida de Nueva York
Cada fin de semana se pasaba por Tiffany's. Pero no por la cinéfila joyería que hizo famosa Audrey Hepburn en la Quinta Avenida de ... Nueva York, sino por la no menos mítica discoteca de Torremolinos. Aunque antes, aprovechaba para pasarse a ver otras joyas, las que exponía el artista Frank Rebajes en calle San Miguel. Piezas de orfebrería moderna y rompedora que se asomaban al escaparate y entre las que se paseaban dos gatos blancos con pasos que parecían coreografiados sin tocar las valiosas obras. Unos broches, colgantes y collares de cobre que su creador se había traído de esa misma Quinta Avenida en la que también tuvo su tienda-taller por el que pasaron clientes tan distinguidos como Jackson Pollock y Peggy Guggenheim. Una tarde estaba Frank fumando en la puerta de su tienda cuando invitó a pasar a aquel joven que había visto merodear otras veces. El visitante no tenía un duro y no compró nada, pero el artista y joyero estadounidense de origen dominicano y español le abrió las puertas de su refugio. Ese al que llegó huyendo del éxito y al que pocos lograron penetrar. Un gesto que ahora le ha devuelto aquel joven ya crecidito, el artista y coleccionista Diego Santos, que ha comisariado en el Mucac La Coracha la exposición 'Del Óvulo al origen. Un viaje a la inversa', que reivindica a este artista olvidado que donó su obra más exclusiva a Málaga, que la ha guardado y olvidado en un cajón -léase almacén- durante más de 35 años.
«El Ayuntamiento tiene una colección importantísima de él con más de 200 piezas y de alguna manera habría que ponerla en valor porque cualquier museo del mundo daría lo que fuera por esa obra ya que Frank está a la altura de creadores de primer nivel», ha reclamado el propio Diego Santos en la presentación este martes de la primera exposición que, desde la donación de Rebajes (1907, Puerto Plata-1990, Boston) a Málaga en 1988 y su custodia en los fondos de la Casa Natal de Picasso, se exhibe con toda su potencia con más de 60 esculturas de las que cedió a la ciudad. Unos fondos protagonizados por las esculturas de la serie 'Óvulo', que en esta exposición se unen a la colección personal del propio comisario con joyas de la etapa estadounidense del diseñador y artista dominicano, hijo de emigrantes españoles. De ahí el título 'Del Óvulo al origen', ya que parte de su última producción que se quedó en Málaga para hacer el camino de vuelta hacia su triunfo como joyero y orfebre en la Quinta Avenida de Nueva York.
«Se vino de Nueva York cansado del éxito; buscando la alegría y otra manera de vivir», ha asegurado Diego Santos, comisario de la exposición
«La pieza que más me ha costado encontrar y comprar es este antílope», ha explicado Santos señalando un precioso broche con forma de veloz animal. Lo que se ha callado es lo que pagó por esta joya con el sello de Rebajes, que llegó a tener trabajando para él hasta un centenar de orfebres en su taller de la Gran Manzana, donde se consagró como pionero en el uso del cobre en EE UU y en la introducción de las vanguardias en el diseño de joyas. Una revolución y triunfo del que terminó huyendo para buscar refugio en Torremolinos. «Se vino de Nueva York cansado del éxito. Él empezó en la pobreza, durmió en cartones y pudo poner un localito muy pequeño que lo llevó rápidamente al superávit y a la Quinta Avenida con una clientela espectacular porque su joyería fue la más moderna e innovadora de la ciudad», ha destacado Diego Santos, que ha añadido que vendió el negocio a su socio y «se vino a Torremolinos buscando la alegría y otra manera de vivir, abrió su tienda y convirtió su taller en la tercera planta de su edificio en un templo, un espacio secreto al que muy pocos accedieron».
Su obra más exclusiva, en Málaga
Fue en ese estudio que olía a «salitre y metal oxidado» donde alumbró durante varias décadas su obra más compleja y determinante, las esculturas de la serie 'Óvulo'. «En Nueva York lo sencillo se vuelve esencial y sus joyas hablan con voz propia inspirándose en el cubismo, el surrealismo o el dadaísmo, mientras que en la época de Torremolinos surge el Rebajes más íntimo y filosófico con su obra más enigmática inspirada en la cinta de Moebius, sin principio ni fin, del blanco al negro o el yin y el yang como referentes», ha explicado el comisario que ha destacado que cada escultura se convierte en un «laberinto», en un «poema táctil, una meditación en forma de metal». Un viaje por el universo del artista que la exposición completa con una recreación de una estancia del Torremolinos de los 70 y nueve acuarelas pintadas por Diego Santos e inspiradas en las obras de su propia colección.
Santos ha subrayado que la rompedora obra de Frank Rebajes forma parte de la colección de los museos Metropolitan (MET) y Brooklyn de Nueva York, y ha resaltado en presencia del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y del director de la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso, Luis Lafuente, que el Ayuntamiento custodia su obra más exclusiva y diferencial, por lo que «creo que debería estar expuesta» de forma permanente, a la vez que ha recordado un viejo proyecto suyo junto a la galerista Tecla Lumbreras: «Ojalá en Málaga se creara el museo del relax para contar que la Costa del Sol fue pionera en el turismo en este país y Rebajes, Hemingway, Cocteau y Ana de Pombo tienen que formar parte de ese museo y por eso es tan importante recuperarlo».
Con su mensaje en la audiencia, Santos ha recordado que Frank Rebajes era el socio 153 del Ateneo de Málaga y que, dos años antes de su trágica muerte, donó su obra a Torremolinos que, por entonces, todavía pertenecía a Málaga, aunque la localidad costera ya estaba a punto de ganarse el título de pueblo. Y sin querer hacerlo, ha acabado relatando el triste adiós del escultor, joyero y orfebre. «No cuento el final porque su mujer (Pauline Schwartz) murió en el 89, tras cinco años enferma de alzheimer. Frank no supero la pérdida y se suicidó en el 90 después de dar una conferencia en el MIT de Boston», ha recordado, a la vez que ha relatado que, hasta para despedirse, fue original y vanguardista. «Sus amigos Diego Moya y Enrique Brinkmann me contaron que se llevó el veneno desde Málaga en el interior de una sortija», ha contado sobre el cianuro que usaba para oxidar sus esculturas y que también utilizó para poner fin a su vida. «La muerte es una parte más de la vida y fue su salida, pero aquí tenemos su obra viva y llena de luz», ha abrochado el comisario sobre esta necesaria resurrección de un artista olvidado cuya obra sigue siendo radicalmente moderna 35 años después de su muerte.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión