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El flamenco en los escritores extranjeros

OÍDO AL CANTE ·

Las primeras huellas de estos escritores las encontramos a finales del siglo XVIII con José Cadalso, gaditano nacido en 1741, y el vasco Juan Antonio de Iza Zamacola, nacido en Durango en 1756

GONZALO ROJO

Viernes, 5 de junio 2020, 00:27

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Aprovechando esta calma chicha que estamos viviendo en lo concerniente a actividades flamencas, vamos a tratar hoy acerca de la importancia de los escritores en el flamenco. Las primeras huellas de estos escritores las encontramos a finales del siglo XVIII con José Cadalso, gaditano nacido en 1741 y el vasco Juan Antonio de Iza Zamacola, nacido en Durango en 1756, que popularizó el nombre de Don Preciso. Con respecto a extranjeros tenemos que mencionar al portugués Juan de Esquivel Navarro, con su obra «Discursos sobre el arte del dançado», y el francés A. Souvin, con «Un viaje en España», dedicado a los gitanos de Granada.

Después, ya en el siglo XIX encontramos a los románticos españoles y europeos que se sintieron atraídos por los gitanos y Andalucía. Las obras del Duque de Rivas, de nuestro paisano Estébanez Calderón, del escocés Water Scott, o la de los franceses Gérard de Nerval, Próspero Merimée o Alejandro Dumas y un largo etcétera, son muestras suficientes de cuanto decimos, sin olvidar a José Espronceda que utilizó palabras procedentes del caló. Los gitanos, los cafés cantantes, el baile, los romances y la guitarra, han sido los temas más tratados por estos y otros muchísimos viajeros románticos y posrománticos que a lo largo de los siglos XIX y XX viajaron a España. Posiblemente ha sido el filólogo alemán Hugo Schuchardt, con «Los cantes flamencos», publicado en Halle en 1881, el más destacado en cuanto a temas flamencos.

Capítulo aparte merece el escritor argentino de origen sanroqueño, Anselmo González Climent, uno de los primeros estudiosos de este arte en la época de revalorización del flamenco iniciada en la mitad de los años cincuenta. Sus artículos periodísticos son numerosísimos, así como las publicaciones sobre temas taurinos y flamencos. De estos últimos destacamos «Andalucía en los toros, el cante y la danza», Madrid, 1953; «Flamencología», Madrid, 1955; «Cante en Córdoba», Madrid, 1957; «Oído al cante», Madrid, 1960; «Antología de la poesía flamenca», «Bulerías», y «Un ensayo jerezano», todas Madrid, 1961, y «Pepe Marchena y la Ópera Flamenca», Madrid, 1975.

En 1954, en París, el escritor y ensayista George Hilaire publicó su libro «Iniciación flamenca», que se tradujo al español con motivo del Congreso Internacional de Actividades Flamencas que celebramos en 1993 en París.

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