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Dos visitantes contemplan este martes la colección del Museo Carmen Thyssen Málaga.

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Dos visitantes contemplan este martes la colección del Museo Carmen Thyssen Málaga. Salvador Salas / Ñito Salas / Migue Fernández

El corazón cultural de Málaga vuelve a latir

Los museos de la capital reabren sus puertas después de más de dos meses cerrados por la alerta sanitaria por el Covid-19

Martes, 26 de mayo 2020

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«Fuimos de las primeras en estrenar las terrazas y ahora vamos a ser las primeras en estrenar el museo». Una amplia sonrisa asoma por el filo de los ojos bajo la mascarilla blanca de Carmen Valor. Ella y Amparo Quero aguardan a que abra sus puertas el Museo Carmen Thyssen para estrenar la nueva etapa en la pinacoteca malagueña, que este martes a reabierto sus puertas junto a los principales centros artísticos de la ciudad, cerrados desde hace casi dos meses y medio ante la alterna sanitaria motivada por el Covid-19 y que ahora salen de nuevo al encuentro del público con la entrada gratuita durante una semana. «Este museo nos encanta. Venimos mucho a ver las exposiciones y la colección», acota Amparo antes de que siga tirando del hilo su amiga: «Este tipo de pintura costumbrista nos gusta mucho. Yo he aprovechado en el confinamiento para verme varias conferencias de la directora del museo, que es una auténtica 'crack'».

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Y justo la directora artística del Museo Carmen Thyssen Málaga, Lourdes Moreno, junto al director gerente de la institución, Javier Ferrer, esperan en el patio interior para dar la bienvenida a Carmen y Amparo junto al resto de los primeros usuarios. «Estamos muy emocionados. Cada visitante es para nosotros un motivo de celebración», ofrece Moreno en los primeros compases de la reapertura. En las salas, marcas en el suelo indican el sentido único de la visita, señales en los bancos para descansar detallan la distancia interpersonal requerida y las mamparas transparentes surgen en las taquillas y la caja de la tienda, donde la primera venta ha llegado con un cuaderno de notas ilustrado en la portada con una reproducción del cuadro 'La fuente de Reding' (c. 1880-1885) de Gillermo Gómez Gil, incluido en la colección del Thyssen malagueño.

Unos fondos que ahora repasan Carmen y Amparo antes de poner rumbo a la muestra 'Toulouse-Lautrec y el circo' que completa la oferta del Thyssen para estas primeras fases de su reapertura. «Queríamos ver la exposición temporal -detalla Carmen- y después, si nos da tiempo, vamos al Museo Picasso». Y en el interior del Picasso, Carolina Segura se choca el codo con sus padres, Sebastián y María Jesús. «La verdad es que está siendo una experiencia muy buena. Se ve todo más tranquilo y además tenemos una guía excepcional», brinda Sebastián con un guiño dirigido a su hija, que aclara: «Es que soy historiadora del arte...». Carolina y su pareja, Francisco Ruiz, cogieron las primeras citas en el Museo Picasso Málaga (MPM) a las diez de la mañana. Media hora más tarde la reservaron sus padres y ahora los cuatro comentan el mobiliario diseñado y los objetos de decoración diseñados por Le Corbusier, Fernand Léger y Gerrit Thomas Rietveld reunidos en un recodo de la exposición 'Genealogías del arte' que este domingo se despedirá del MPM.

Atento desde una esquina de la planta baja del museo, su director artístico, José Lebrero, observa el goteo de visitantes, que esta mañana de martes todavía se acercaban con timidez a los centros expositivos de la ciudad. «Hemos visto caras de muchos amigos del museo y aquí estamos, esperando al público en un contexto anómalo que plantea muchas y variadas preguntas», reflexiona Lebrero sobre este nuevo escenario en el que los museos pueden abrir sus puertas con restricciones como limitar su aforo al 30% y suprimir las actividades didácticas y culturales durante las primeras fases del plan diseñado por el Gobierno para la recuperación de la actividad social, económica y cultural.

Recuperar el pulso cultural

«Cuanto mejor se articule el mundo de la cultura en la ciudad, más podrá ayudar a que recuperemos el pulso cultural», abrocha Lebrero justo en la jornada que pone ante los ojos la salida de la UCI del corazón cultural y artístico de la ciudad con la recuperación de las visitas presenciales a los museos de la capital. «Ahora cada visitante es un acontecimiento, ya no forma parte de una multitud», aborda Lebrero, para quien el «reto colectivo» que ahora enfila la ciudad debe abordarse con «altura cultural».

El director artístico del MPM se felicita ante los primeros grupos de jóvenes que acceder al museo y que en las salas comentan algunas de las piezas de la potente exposición que el próximo lunes tendrá como relevo la nueva colección del MPM, programada durante los próximos tres años.

Al otro lado de la plaza de la Merced espera también Picasso en 'Trozo de piel', la exposición que recrea su amistad con Camilo José Cela. «No la habíamos visto y hemos aprovechado que hace buena mañana para conocerla y comprar cuatro cosas por el barrio», explica Amparo Díaz, «vecina de la Victoria» como ella misma se presenta. Aunque para presentaciones, las de la Colección del Museo Ruso, que este martes estrena dos nuevas exposiciones, una sobre el cineasta Andrei Tarkovski, de formato más escueto, y un amplio y suculento montaje sobre el cine mudo ruso.

«Es una maravilla, una maravilla», comparte Fernando Rueda junto a uno de los ejemplares de la amplia selección de carteles que reúne la muestra sobre el cine mudo. «Al principio puedes pensar que es incómodo, por lo de la mascarilla y todo lo demás, pero en realidad, así se ve mucho mejor una exposición», defiende este vecino del centro histórico que se ha dado un paseo «tranquilito» junto al mar para llegar hasta los pabellones de Tabacalera, que abandona pasado el mediodía. ¿Y ahora? «Ahora, una cerveza y una tapita, ¿no?».

Estreno en el CAC y el reto del Mimma

Novedades expositivas también han encontrado los visitantes del CAC Málaga con las muestras 'Opus nigrum', del artista Girbent e inaugurada virtualmente el pasado viernes, y la obra 'The Walking Ceiling', una performance recogida en vídeo de la catalana Alicia Framis en el Espacio 5. Por allí han pasado Andrea Fernández y Nahuel Álvarez, que venían además de ser de los primeros visitantes del Museo Picasso Málaga. «No habíamos salido hasta ahora, pero esta mañana teníamos muy claro que queríamos aprovechar la apertura de los museos para hacer también nosotros la desescalada«, ha comentado Andrea, que ha recorrido pieza a pieza las grandes obras con espíritu a cine en blanco y negro de Girbent.

Esta pareja de visitantes, como el resto, ha accedido al antiguo Mercado de Mayoristas desde el lateral del edificio ya que parte de las salas se encuentran en estos momentos clausuradas para ultimar el montaje de la gran retrospectiva de Juan F. Lacomba, que a través de 150 obras recorrerá la evolución de las últimas tres décadas del artista a partir del próximo viernes, fecha de su inauguración. Lo que sí han podido visitar los asistentes es la colección permanente depositada por la coleccionista Carmen Riera, 'Passion II', que ha recorrido la eslovena Mima Agustin, acompañada de su amiga y guía turística Beatriz Aparicio que iban explicándole en inglés las obras. «Soy pintora y hacía tiempo que quería conocer el CAC», cuenta chapurreando español Agustin, que llegó a Málaga en febrero y ha pasado aquí el confinamiento.

Por su parte, en el centro, el arte da paso a las partituras, el sonido y los instrumentos en el Museo Interactivo de la Música (MIMMA), que ha recibido con alegría a sus primeros visitantes que ya esperaban al abrir las puertas. «Para nosotros es un reto esta reapertura y las nuevas condiciones expositivas por la pandemia porque somos un museo en el que se pueden tocar las piezas y ahora está prohibido, por lo que estamos intentando adaptar el recorrido expositivo para activar por voz lo que antes era manual», ha explicado el director del centro, Miguel Ángel Piédrola.

Pompidou, cámaras térmicas y ganas

Esas mismas ganas que se respiraban en otros puntos de la ciudad también eran las que reinaban en el Centro Pompidou del Muelle Uno. Abierto desde las 9,30 horas, el nerviosismo se notaba en el personal de sala a la espera del primer visitante. Minutos que se alargaban más por la expectación que por el tiempo real transcurrido. Antes de las diez, Eduardo Texeira cruzaba las puertas de cristal con apertura automática y la sonrisa de los trabajadores no podía ser más limpia. El primer visitante estrenaba además la cámara térmica que mide la temperatura corporal del público sin necesidad de que se detengan o pasen ante una pistola-termómetro.

«Había leído en el periódico que hoy abrían los museos y me he venido directo porque quería conocer la exposición temporal Alechinsky en el país de la tinta«, ha apuntado Texeira, que también da sus brochazos. »Soy un aficionado a la pintura, pero sobre todo me encanta el arte«, confiesa el visitante, un poco abrumado por el recibimiento de cámaras y atenciones por parte del museo que no se esperaba cuando salió esta mañana de casa.

Sin audioguías ni folletos de manos, el móvil es la herramienta para informarse de la colección del Pompidou durante la visita, aunque Eduardo Texeira se nota que está familiarizado con la exhibición, que recorrió en solitario hasta que poco después se comenzaron a animar las salas. Caso de Coloma Fuster, que salió a caminar esta mañana, pero al pasar por el museo y ver sus puertas abiertas no pudo resistir entrar. Su acceso coincide con la salida del primer visitante que se despide dejando claro que ha llegado el tiempo de la cultura: «Esta semana la voy a dedicar a visitar un museo cada día». Hace bien, no hay mejor manera de reencontrarse con el arte y aprovechar además ese incentivo de la entrada gratis hasta el próximo domingo.

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