Macarena García: «Mi vida era una comedia dramática, ahora es una película costumbrista»

– En unos meses se debe estrenar su próxima película 'Un hijo', dirigida por Naco Lacasa, ¿qué podemos esperar?

- Cuenta la historia de un niño que empieza a tener unas sesiones con la psicóloga infantil de su colegio. Ella ve algunas conductas sospechosas y piensa que puede estar pasando algo en su casa. Pero va a ser difícil encontrar respuestas. Es una película sencilla, emocional y yo interpreto a una mujer de la que me enamoré y que hizo un trabajo precioso.

– ¿A qué Macarena García nos vamos a encontrar en 'Un hijo'?

–A una Macarena muy conectado con el valor de la infancia. Yo empecé a estudiar Psicología y siempre creí que iba a hacer algo relacionado con niños. No lo he podido hacer, pero encontré mi manera de explorar este universo y esta profesión, creo que he podido aportar algo de mi mirada y mi sensibilidad hacia el tema. Es un personaje al que le mueve el trabajo, con dificultades sociales, que conecta mucho mejor con los niños que con los adultos. Es una persona muy guay.

– A lo largo de su carrera la hemos visto haciendo diferentes registros interpretativos, ¿le ha llegado o lo ha buscado?

- Siempre son las dos cosas en realidad. Yo me siento ahora mismo una privilegiada que desde hace tiempo puede ir tomando decisiones, pero hay momentos en que no tienes todas las posibilidades y eliges en función de lo que te dan, de lo que otros ven en ti. Yo he intentado hacer retos o historias que había que contar, y como a todos los actores me ha apetecido hacer cosas diferentes que me permitieran explorar personajes diferentes.

- Aunque ha hecho ya papeles de madre, ¿cómo afronta el momento en el que los papeles ya no sean de alguien tan joven?

- Con mucho gusto y con muchas ganas. Me apetecen personajes que se correspondan con mi momento de madurez.

- ¿En qué momento está la mujer en el cine español?

- Las mujeres directoras están teniendo mucho espacio, aunque todavía hay mucho que hacer, y lo siguen haciendo con presupuestos más pequeños que los hombres. Pero hay un montón de directoras que están pudiendo poner su mirada y que nos sirven a todos de referencia, Yo creo que es un momento muy positivo, pero sigo creyendo que falta por hacer.

- Estábamos acostumbrados a los que no actores nos dijeran siempre que estaban 'a tope' de trabajo, usted y otros han llegado a confesar que a veces no les sonaba el teléfono, ¿por qué esa sinceridad en general?

- No sé cómo era antes. Pero en general estamos hablando de una realidad de esta profesión, Tiene cosas maravillosas, es una profesión bellísima, pero dependes de que te llamen, y de esto se gana la vida un porcentaje enano. Está bien hablarlo con verdad.

- ¿Con qué actor o actriz le encantaría trabajar?

- Con Eduard Fernández. Es maravilloso, sería un honor compartir escena y aprender de él.

- Normalmente vemos que quien triunfa en el cine no hace teatro, usted sí, ¿por qué?

- Yo empecé con High School Music, que era teatro musical, luego hice 'La llamada', y hacía tiempo que no hacía teatro, y me apetecía reencontrarme de nuevo con esa experiencia que es totalmente diferente al cine o la televisión, que es una experiencia única, es muy mágico. El encuentro con el público desde un escenario es tan emocionante... Lo que se genera ahí, en ese presente que no se puede repetir, está cargado de energía, es de una belleza... que siempre que haya experiencias bonitas me encantará hacerlo.

- Cuando el Festival anunció el premio dijo que usted era «una de las actrices más versátiles y talentosas de su generación», «dueña de una mirada expresiva y una presencia magnética»... ¿qué siente usted cuando escucha o lee estas cosas?

- Me emociona. Me siento afortunada y privilegiada, me hace mucha ilusión.

- ¿Qué supone para usted el premio?

- Son pequeños impulsos, pequeños abrazos que te da la profesión y que sientan muy bien, dan mucha alegría y mucha fuerza.

- ¿Y no le da vértigo con 37 años ser prácticamente una actriz consagrada?

- [Ríe] No lo siento para nada, así que no me da vértigo. Me siento una estudiante, una actriz empezando siempre. Cada proyecto que empiezas es un personaje nuevo, un director nuevo... Es una universo tan diferente al anterior. Siempre hay mucho que descubrir, mucho que seguir aprendido. Es una profesión que no permite relajarse, y yo creo que hace que no te sientas nunca una actriz consagrada, y a mí desde luego menos, que me siento muy fan y como si fuera ayer.

- En su vida, ¿más que actriz, usted es directora, guionista, jefa de localizaciones, regidora...?

- En mi vida diría que soy una guionista [ríe]. El relato está siendo interesante y está lleno de filos...

- ¿Es un thriller?

- Digamos que antes era una comedia dramática y ahora es una película costumbrista.

- ¿Es la madurez, entonces?

- Sí, claro. De repente las cosas empiezan a coger una perspectiva diferente, se van asentando, y estás más cerquita de estar en paz, que en realidad es lo que todos queremos.

- ¿Hollywood es una meta o un sueño?

- Ninguna de las dos, la verdad. No es mi sueño ni mi meta. Podría ser una consecuencia maravillosa, pero tendría que llegar de manera natural. Es algo que me encantaría experimentar, pero no Hollywood, en concreto, sino trabajar fuera de España, en otros idiomas, descubrir otras maneras de trabajar. Me apetecería muchísimo, pero no estoy poniendo toda mi energía ahí, la estoy poniendo en ser la mejor actriz posible y seguir haciendo proyectos bonitos. Y me encanta trabajar en España, que tiene una industria maravillosa y hace un cine muy bueno.

- ¿Cómo ha sido hasta ahora su relación con Málaga?

- El Festival y he viajado varias veces con mi familia y con mis amigas. He ido mucho, y siempre ha sido una ciudad que me ha acogido con mucho cariño y que es muy cariñosa con el cine. Y he disfrutado; es un gustazo.

- Y la próxima vez que venga, ¿en qué plan le gustaría hacerlo?

- A descansar, a estar tranquila, paseando... Y al Festival de Cine también me encantaría volver. Se están haciendo cosas súper interesantes, siempre se han hecho, pero los últimos años he dicho '¡madre mía, qué nivel!'.