Cansado de ti, América
FLASHBACK ·
Un artículo firmado por John Ridley sugería que la película 'Lo que el viento se llevó' «glorifica la esclavitud durante la Guerra de Secesión, ignora sus horrores y perpetúa los estereotipos más dolorosos sobre los negros»La muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía ha generado una ola de protestas en Estados Unidos, un país que todavía sostiene ... cotas insoportables de racismo pese a los dos mandatos de Obama, que ahora parece mentira que un negro llegara a la Casa Blanca, y el movimiento 'Black Lives Matter' se ha extendido, a veces de forma inverosímil, por todo el mundo occidental. Las protestas invitan a la reflexión que debería ser profunda y con toda probabilidad traerá cosas buenas, pero en estos tiempos en los que la corrección se ha convertido en una imposición de la moral dominante, se corre el peligro de caer precisamente en la intolerancia que estos movimientos pretenden criticar.
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La cultura es una de las primeras damnificadas. Esta semana, un artículo firmado por John Ridley, escritor y guionista de '12 años de esclavitud' (del director británico Steve McQueen), sugería que la película 'Lo que el viento se llevó', que por cierto continúa en la primera posición como el filme más taquillero de la historia del cine, debería ser retirada de las plataformas de contenidos audiovisuales porque, según Ridley, la cinta «glorifica la esclavitud durante la Guerra de Secesión, ignora sus horrores y perpetúa los estereotipos más dolorosos sobre los negros». Dicho y hecho: Warner, propietaria de HBO y de película, la ha eliminado de la plataforma y días después ha rectificado, añadiendo que volverían a ofrecerla con una nota aclaratoria respecto a su contenido en un nuevo caso de paternalismo. Como si fuera un incendio en el que la pólvora corre como confeti, se está practicando la misma forma de censura con más películas y, lo que resulta particularmente doloroso, también se han apartado dos magníficas series de televisión, precursoras de un sentido del humor negro, negrísimo: 'Litte Britain' y 'Come fly with me', en este caso por practicar «blackface», es decir, pintar la cara de negro a actores blancos para que los interpreten. Uno de sus creadores, Matt Lucas, confesó hace algunos años que no volvería a hacer los chistes que hicieron en su momento. «Hicimos un tipo de comedia más cruel de la que haría ahora«.
Silenciar la historia no parece el antídoto más adecuado contra la condena de repetirla, ni la intolerancia se suprime vetando películas o series de televisión. Todo esto abre un sendero muy peligroso. ¿Qué será lo próximo? Quizá pronto veamos cómo se prohíben algunos libros o se queman en plaza pública, se retiran determinadas pinturas de los museos o se silencian carreras enteras, como se ha pretendido hacer con Woody Allen. Por supuesto, los tiempos han cambiado y quizá en estos momentos no parecería aceptable utilizar la ficción para reivindicar perversiones de la historia, pero dudo de que nadie se haya convertido en racista por ver a la señorita Escarlata diciendo que nunca jamás volvería a pasar hambre, ni que nos hayan entrado ganas de invadir Polonia por ver un documental sobre el Holocausto. Y, respecto a 'Little Britain', adivinen lo que se ha conseguido: que sus DVD lleven varios días en el top de ventas. No aprendemos.
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