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Más allá de confesiones efectistas, lo cierto es que ‘Star Wars’ está más visto que el tebeo
Star Wars se inspiró en 'Los cuatro Fantásticos'

Star Wars se inspiró en 'Los cuatro Fantásticos'

Sabemos quién es el padre galáctico de George Lucas. Se llama Jack Kirby y en los sesenta anticipó la trama y pesonajes de la millonaria saga en su cómic

icíar ochoade olano

Domingo, 27 de diciembre 2015, 22:12

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Ahora que George Lucas ha reavivado el virus que empezó a inocular a los habitantes de la Tierra el 25 de mayo de 1977 con el estreno cinematográfico de Star Wars, A New Hope (Una nueva esperanza), y que enseguida cobró rango de pandemia; ahora que su franquicia de los Jedis de oro ha despertado a La Fuerza para proyectarla por séptima vez en los cines del mundo; ahora que una se tropieza hasta en la panadería del barrio con inmaculados soldados imperiales a las órdenes de la mayor ofensiva publicitaria que se recuerda, parece más que justificado desmontar al todopoderoso creador de Indiana Jones y proclamar ante toda la constelación, desde Coruscant a Naboo, pasando por Geonosis y Hoth, que sabemos quién es su padre. El galáctico, naturalmente.

Hasta la fecha, el hombre que aparece en los créditos de la billonaria saga fílmica como director, guionista y productor ha admitido haberse inspirado para alumbrar la epopeya extraterrestre en en otros cineastas, películas y seriales, como La fortaleza escondida y Los siete samuráis, ambas de Akira Kurosawa, The Searchers, Flash Gordon, Ben-Hur, Lawrence de Arabia y hasta Los tres mosqueteros. Que si para modelar varios personajes de La guerra de las galaxias se apoyó en conceptos como la caballería medieval y la sociedad feudal; que si bebió de los combates aéreos de la Segunda Guerra Mundial para recrear algunas batallas espaciales; que si el personaje de Jabba el Hutt estaba basado originalmente en el aspecto físico de Sydney Greenstreet en Casablanca; que si para el traslado en falanges de las tropas robóticas de la Federación de comercio revisó Espartaco o que si la escena de Anakin aceptando ser el aprendiz de Palpatine para salvar a la persona que más ama es una metáfora de Fausto. Bla, bla, bla.

Más allá de confesiones efectistas, especulaciones y apreciaciones nerd, lo cierto es que Star Wars está más visto que el tebeo. En concreto, el de Jacob Kurtzberg conocido artísticamente como Jack Kirby, el lápiz más influyente de la Marvel durante los años sesenta y setenta, y el progenitor galáctico de George Lucas Skywalker. Un vistazo pausado a sus cómics de entonces parece establecer incuestionables lazos espirituales entre el trabajo del dibujante y el del cineasta. Creador junto al editor Stan Lee de algunos de los superhéroes más famosos, ponemos la lupa para empezar en Los Cuatro Fantásticos y en los llamativos paralelismos de los respectivos arquetipos. Vamos allá.

Al igual que Han Solo, Mister Fantástico se presenta como el líder arrogante e impulsivo del grupo;el alter ego de su futura enamorada, la Princesa Leia, inolvidable como holograma traslúcido, es casualmente la Mujer Invisible. Y tanto Luke como la Antorcha Humana encarnan a sendos jóvenes rebeldes y temerarios. En cuanto al achuchable Chewbacca parece salir de una reinterpretación del deforme personaje de La Cosa quien, por cierto, es un viejo amigo de Mister Fantastic, además de su copiloto.

Si estas conexiones no les resultan suficientemente flagrantes para atribuir a Kirby la paternidad física y psicológica de la tripulación del Halcón Milenario, una cosa es más cierta que la luz de las espadas láser. La esencia del personaje de Darth Vader es exactamente la misma que la del mayor villano al que se enfrenta el cuarteto fantástico: el Doctor Doom, castellanizado como el Doctor Muerte. Los dos ocultan las terribles deformidades de sus caras con yelmos metálicos; los dos llevan capa; los dos fueron un día jóvenes soñadores malogrados por su fascinación por la oscuridad de lo prohibido; y los dos quedaron traumatizados por las muertes de sus madres.

El álter ego de C3PO

Chirriante, cuanto menos, resulta también que el primer héroe negro que aparece en Star Wars se parezca tanto por dentro y por fuera a la Pantera Negra de la Marvel; o que la relación entre Luke y C3PO parezca un calco a la que mantiene el guerrero rubio Thor con Recorder, un robot con el rol de observador. No parece descabellado dar por bueno que George Lucas se dejara influir por Kurosawa para alguna de sus tramas, pero las legiones de especialistas del cómic de la Marvel el propio Lucas lo es, además de coleccionista de tebeos se apostarían alguno de sus más valiosos ejemplares a que Kirby está detrás de ellas. Un detalle interesante es la inclusión en las aventuras del cuarteto fantástico de la Princesa Crystal, a la que pinta sin ensaimadas capilares pero como miembro de la familia real de Los Inhumanos.

La obsesión de Lucas por la profusa imaginación del dibujante neoyorkino le llevó a seguir su rastro incluso cuando el artista cambió la Marvel por DC Comics, la casa de Superman o Batman. Allí dio vida, en 1971, a El cuarto mundo, una historieta de superhéroes galácticos divididos en dos facciones opositoras por una energía onminpresente llamada La Fuente. ¿Les suena? Hay más. Entre el lado luminoso y el tenebroso pululan personajes como el peludo Big Bear (Gran oso), que pilota un megabuggy en el que también viaja Mark Moonrider, hijo del malísimo Darkseid, señor de Apokolips, un planeta prácticamente idéntico a la Estrella de la Muerte por el que celosamente vela DeSaad, una especie de monje malvado con la cara empolvada idéntico al Emperador Palpatine de El Retorno del Jedi. Cuando la galaxia suena...

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