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Daniele Liotti y Paloma Bloyd, protagonistas de 'Perdona si te llamo amor'.
Federico Moccia, el amor hecho cine

Federico Moccia, el amor hecho cine

Joaquín Llamas debuta en la dirección cinematográfica con 'Perdona si te llamo amor', adaptación de la exitosa novela del escritor italiano protagonizada por Daniele Liotti y Paloma Bloyd

Rosario González

Martes, 17 de junio 2014, 00:21

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'Perdona si te llamo amor', la adaptación cinematográfica española de la novela homónima de Federico Moccia, autor entre otras de la exitosa 'A tres metros sobre el cielo' y culpable de la moda que ha llenado los puentes de medio mundo de candados grabados con el nombre de los enamorados, llega a las pantallas este jueves. No es un reto baladí llevar al cine una obra literaria de éxito. Menos aún si se habla de un autor que se ha convertido en el gran fenómeno editorial de los últimos años, con más de 400.000 ejemplares de la novela vendidos -dos millones de su saga completa- sólo en España.

Al frente de este gran reto se encuentra Joaquín Llamas, un realizador con amplia experiencia televisiva que debuta en la dirección cinematográfica por la puerta grande con esta película. Junto a él, el actor italiano Daniele Liotti ('Juana la Loca') y la hispanoamericana Paloma Bloyd ('Los Borgia', 'El Barco') son los encargados de encarnar el papel de la pareja protagonista, Niki y Alex. El elenco se completa con los actores Pablo Chiapella, Patricia Vico, Andrea Duro, Lucía Delgado, Lucía Guerrero y Joel Bosqued.

'Perdona si te llamo amor' se centra en la historia de Alex y Niki. Él es un atractivo publicista de éxito de 37 años que ve como su vida da un giro inesperado cuando su novia no acepta su propuesta de matrimonio. El fracaso amoroso lo sumirá en una crisis vital y creativa hasta que su destino se cruza con el de Niki, una impulsiva chica de 17 años que pondrá su vida patas arriba. «Es un encuentro mágico que consigue abrirle los ojos, despertar y ver que fuera hay un mundo que merece la pena ser vivido y a un nivel para él desconocido», explicó ayer en Madrid el actor Daniele Liotti, encargado de dar vida a Alex.

Junto a él se encuentra Paloma Bloyd, la actriz que interpreta a Niki. «Soy la responsable de despertar a Alex de su amuermamiento vital. Una estudiante de bachiller cariñosa, divertida, libre y positiva cuya gran frustración es escontrar el amor», explicó esta actriz nacida en Chicago.

Entre ambos actores existe una química especial, clave para sumergir al espectador en una historia de amor que ha cosechado miles de fieles seguidores alrededor del mundo. «Se creó entre nosotros una conexión natural que nos dejó divertirnos y no sentir tanto el peso de interpretar a dos personajes tan importantes para los lectores», señala Liotti. El actor ya conocía bien el proyecto e incluso a Federico Moccia, que hace años le ofreció hacer una prueba para la adaptación italana de la película, estrenada en 2008, pero que no pudo compaginar y que fue interpretada finalmente por Raoul Bova.

De hecho, el propio Moccia estuvo presente en el rodaje de la adaptación española en dos ocasiones, una como visitante y otra como actor para un pequeño cameo, según explica el director Joaquím Llamas. «Tuvo un respeto extraordinario por la adaptación y entendió que la mirada sobre la novela era distinta», explicó el realizador, que definió su debut cinematográfico como una «aventura interesante, intensa y muy gratificante».

Amor sin barreras

La película es un canto al amor y al derecho a soñar, por encima de prejuicios como la diferencia de edad entre los protagonistas. «Suena a tópico pero realmente el amor no tiene edad y cuando dos personas se encuentran lo demás no importa. A menudo son los prejuicios de los demás los que hacen que el amor se convierta en algo imposible», señaló Bloyd, avalada por su compañero de reparto, experto además en la vida real en amores marcados por la diferencia de edad, según explicó.

Igual de claro lo tiene el director, que considera que «el amor no tiene edad pero hay una edad para cada amor». Para Llamas, la clave del éxito de esta historia de amor reside en que «retrata una cuestión aspiracional». «Todo el mundo aspira a que tarde o temprano llegue su gran amor y eso es lo que les sucede a estos dos personajes».

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