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Un momento del musical, con los bailarines perfectamente coordinados frente a los espejos que componen la escenografía.

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Un momento del musical, con los bailarines perfectamente coordinados frente a los espejos que componen la escenografía. JAVIER SALAS

'A Chorus Line', Broadway a un paso del Soho

Banderas firma una impecable producción para la inauguración de su teatro

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Miércoles, 13 de noviembre 2019, 01:32

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En su papel de tipo serio y exigente desde el minuto uno, en el número final Antonio Banderas ya no podía esconder la sonrisa. Era el rostro de la felicidad, y quizás también del alivio, de quien sabe que tras meses de contratiempos con las obras y tras muchas horas de duros ensayos había superado la prueba. Y con nota. El Teatro del Soho Caixabank abrió anoche sus puertas para la prensa con un vibrante pase de 'A Chorus Line', un espectáculo con una factura impecable que crea la sensación de que Broadway está a la vuelta de la esquina de calle Córdoba.

Era la primera vez que se ocupaban esas butacas, ya cubiertas al 80% para el resto de las funciones (del 16 de noviembre al 19 de enero), y lo visto sobre el escenario cumplió con las expectativas. Los aplausos, que sonaron incluso desde antes de que salieran los intérpretes a escena, lo demostraban. A la cuidada reforma del antiguo Alameda –que sigue siendo reconocible, aunque totalmente remozado y actualizado–, se unía la potencia de un musical hecho desde Málaga pero con una proyección internacional, sin nada que envidiar a las carísimas producciones de la cuna mundial del género.

Prácticamente desnudo de escenografía (tan solo con un interesante juego de espejos y un inteligente uso de la iluminación) y con un vestuario sencillo (contemporáneo con toques setenteros), la fuerza de 'A Chorus Line' reside en la voz y en los movimientos de un elenco capaz de llenar con su presencia un escenario vacío. Enfrente, el espectador se convierte en testigo mudo de una audición para encontrar a los bailarines para un espectáculo de Broadway. Antonio Banderas se reserva para él el papel de 'Zach', el coreógrafo encargado de la selección que observa lo que sucede desde la parte de atrás del patio de butacas (además de codirigir y coproducir la obra). En contadas ocasiones sube a las tablas, pero cuando lo hace clava su interpretación.

Aquí los protagonistas son, por primera vez, los bailarines de la línea del coro, los eternos secundarios en cualquier función. Entre el número coral que da inicio al montaje, 'Espero conseguirlo', hasta el emblemático final con 'One' (que se interpretó en su versión original en inglés), se suceden sus historias, con sus alegrías y sus miserias. Mensajes profundos y con trasfondo social se intercalan aquí con comentarios frívolos que provocan la carcajada del público.

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La importancia de aceptarse a uno mismo y la necesidad de ser aceptado por los demás, el valor del esfuerzo y la recompensa del sacrificio, atraviesan todo el montaje. Y lo hacen con actuaciones brillantes, como la de Aaron Cobos demostrando sus dotes de bailarín en el rol de 'Mike', el divertido dúo de pareja que firman Pablo Puyol y Diana Girbau, el solo de baile de Sarah Schielke como 'Cassie' y la bella voz de Estíbaliz Ruiz como 'Diana'. Pero todos, los 19 intérpretes de 'A Chorus Line' (a los que se suman un buen número de swing), se lucen en sus intervenciones. Siempre afinados y siempre coordinados, ya sea sosteniendo en perfecta línea recta sus retratos en uno de los números iniciales del 'casting' o sumándose como uno más a la línea del coro –ni un pie fuera de lugar– en el apoteosis final.

Ellos bailan lo que 22 músicos tocan en directo desde el foso del escenario y bajo la batuta de Arturo Díez Boscovich. Canciones que gustan a la primera escucha con aires de los 50, ecos de claqué, toques de jazz y hasta ritmos roqueros y poperos. Al más puro estilo del Broadway clásico, un mundo que con Antonio Banderas parece estar a un paso del Soho.

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