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Pedro Alarcón, artífice de Casa Sostoa. Migue Fernández
Casa Sostoa cumple cinco años en la vanguardia de la oferta artística de iniciativa privada

Casa Sostoa cumple cinco años en la vanguardia de la oferta artística de iniciativa privada

El espacio cultural malagueño celebra su primer lustro de vida con una ambiciosa exposición colectiva en torno al dibujo

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Sábado, 17 de noviembre 2018, 00:23

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Uno de los privilegios de seguir en la brecha durante el tiempo suficiente consiste en la posibilidad de tener perspectiva. Y así observar, por ejemplo, cómo crece la obra de un artista, cómo salta del ámbito local y nacional a la escena internacional, cómo evoluciona su trabajo, su manera de mirar y traducir el mundo.

Pedro Alarcón ha podido vivir esa experiencia desde Casa Sostoa, el espacio cultural que creó en su propia residencia y que ahora cumple cinco años en la vanguardia de la agenda artística de iniciativa privada. Y para celebrarlo, Alarcón firma un nuevo proyecto para mantener bien alto el listón: una muestra colectiva 'MADRE' inaugurada ayer, en la que reúne el trabajo de 12 autores en torno al dibujo. Autores de la casa. De Casa Sostoa.

«He trabajado con todos ellos. Se trataba de hacer un recorrido por estos cinco años de vida a través de algunos de los artistas que han pasado por aquí. Hemos escogido a doce autores significativos, sabiendo, como suele decirse, que no están todos los que son, aunque también con la satisfacción de comprobar que todos ellos están en un momento muy especial de sus carreras», ofrece Alarcón.

Y para trazar ese discurso, el promotor de Casa Sostoa ha escogido una técnica; para él, la base de todas las demás manifestaciones artísticas: el dibujo. De ahí el título del proyecto: 'MADRE'. «El dibujo es mi gran pasión y además lo considero la madre de todas las artes», esgrime Alarcón a modo de preámbulo de una propuesta que reúne la obra de Antonio Blázquez, María Bueno, Javier Calleja, Susana Ibáñez, Emmanuel Lafont, Victoria Maldonado, Javier Map, Guillermo Martín Bermejo, Felipe Ortega Regalado, José Luis Puche, Cristina Ramírez y Eugenio Rivas.

Y una vez reunidos, Alarcón busca y encuentra puentes, vasos comunicantes entre los autores hasta componer un discurso rico, potente y bien armado. La naturaleza y la cartografía enlazan las obras de Javier Map y Felipe Ortega Regalado en el salón de Casa Sostoa. Así, la invención de un territorio ofrecida por Map en un vídeo y dos obras sobre papel encuentra un sugerente acompañamiento en las rocas lamidas por el tiempo firmadas por Ortega Regalado y colocadas justo enfrente.

Un mural de papel

Sin salir del salón, el comedor brinda uno de los encuentros más potentes de 'Madre'. La pieza tejida y cuajada en cerámica de Victoria Maldonado descansa sobre la mesa, casi como salida del imponente dibujo de Cristina Ramírez, una obra sobre papel a modo de mural donde la combinación de pieles y geometría, perspectiva y encuadre traslada ese «horror cósmico» con el que Alarcón se refiere a la obra de la artista.

El proyecto 'MADRE' reúne a una docena de autores que han pasado por este centro cultural

En el pasillo descansa, casi a modo de bisagra, el retrato de Michael Jackson encajado en un marco barroco y firmado por José Luis Puche. Muy cerca, el personal mundo de María Bueno ofrece una de sus muestras más potentes de los últimos años, con una escena donde los personajes se confunden con la naturaleza y el paisaje hasta jugar a la confusión entre unos y otros.

Si el visitante sigue el camino de esa pared, entre Puche y Bueno se abre la habitación de invitados. Allí espera la instalación de Eugenio Rivas, que mantiene su investigación en torno a la idea del silencio en una pieza que interviene el suelo de la estancia y el cabecero de la cama. A ras de piso, una estructura a modo de enlosado combina la espuma para el aislamiento acústico con piezas análogas, pero realizadas en cemento. Y sobre la cama, en letras blancas ganadas a una lámina de pan de oro, la llamada al 'ooom' de la meditación.

La irreverencia feminista llevada al terreno del lenguaje Barroco emerge en la pieza de Susana Ibáñez, enfrentada a la contención formal de Antonio Blázquez y su retrato de la crisis de los 40 a través de un libro en blanco, sólo ocupado en esa página número 40 por una fotografía de su mano intervenida por el artista.

Los retratos de los artistas reunidos en la exposición junto al de Pedro Alarcón ofrecen el particular apostolado de Casa Sostoa de la mano de Guillermo Martín Bermejo, que comparte pared con una pieza de Javier Calleja en torno a su propio proceso creativo. Y al final espera quizá la obra más subyugante de todo el proyecto. La firma Emmanuel Lafont, que ha colocado un gran lienzo ladeado y clavado en la pared. El fondo también está desencuadrado, pero el retrato surge en la perpendicular perfecta respecto al suelo. La imagen ofrece al propio Lafont recibiendo un tartazo en la cara a manos de su madre. Supone, además, una sugerente inmersión del autor en el color, después de años dedicado a la escala de grises.

La intrahistoria de la pieza la cuenta el propio autor a modo de pie de foto de la obra: desde hace tres años, Lafont pide a su madre que el día de su cumpleaños le estampe el pastel a modo de ritual de celebración. Su amiga, la fotógrafa Virginia Rota, ha inmortalizado la escena. Y cuando Lafont pensaba usar esas imágenes para un nuevo proyecto, recibió la llamada de Alarcón, proponiéndole su participación en 'Madre'. Y de repente, todo encaja.

Map, Ramírez y Maldonado, en el salón. Piezas de Puche e Ibáñez. Detalle de la obra de Emmanuel Lafont. Migue Fernández
Imagen principal - Map, Ramírez y Maldonado, en el salón. Piezas de Puche e Ibáñez. Detalle de la obra de Emmanuel Lafont.
Imagen secundaria 1 - Map, Ramírez y Maldonado, en el salón. Piezas de Puche e Ibáñez. Detalle de la obra de Emmanuel Lafont.
Imagen secundaria 2 - Map, Ramírez y Maldonado, en el salón. Piezas de Puche e Ibáñez. Detalle de la obra de Emmanuel Lafont.

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