La Cañeta, ayer en el Cervantes, donde le rindieron homenaje a su trayectoria flamenca. daniel pérez/teatro cervantes

«Cañeta, ¡esto va por ti!»

A punto de cumplir los 86, esta malagueña del Perchel canta y baila en el Cervantes con alrededor de treinta artistas rindiéndole homenaje

CRISTINA PINTO

Domingo, 16 de octubre 2022

Esto va por La Cañeta de Málaga. Porque un domingo 16 de octubre de 2022 todo un Teatro Cervantes la estaba esperando. Por ese saludo ... desde una de las plateas junto a su querido José Salazar, ese mismo que hace unos días lo confesaba a SUR: «Ella ha sido diferente a todas». Por su José Salazar. Por eso también, por ser diferente a todas. Por La Pirula y por Antonio Cañete. Por esas manos echadas a la cara al ver al público en pie antes de que arrancara el espectáculo. Por esas lágrimas de emoción en las tablas del Cervantes. Por esa espontaneidad que solo ella sabe tener. Por esos tablaos en los que esta flamenca ha arrasado. Por todos esos cantes, bailes y declaraciones al arte. Por ese Perchel y por esa escuela de la calle. Por Madrid, Nueva York, Japón, Buenos Aires, Colombia, Ecuador... Por Málaga y Andalucía. Por La Repompa, Pepito Vargas, La Quica, La Pollita, Lola Flores, Camarón, Paco de Lucía, El Pescaílla, Manolo Caracol, Carmen Amaya... Por eso que la gran Teresa Sánchez Campos ha regalado a Málaga y al mundo entero desde que nació en aquel 1936.

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Porque a punto de cumplir 86 años todavía dejaba boquiabierto al Cervantes, que en el domingo quiso hacer una tarde dedicada a esta última flamenca festera de Málaga. Puro espectáculo en los 'Honores a La Cañeta de Málaga', esa fiesta que reunió a unos treinta artistas sobre las tablas en un domingo que acababa con la misma Cañeta haciendo de las suyas. Se ponía al frente del público, en el centro del escenario, y abría los brazos en señal de agradecimiento. Estaba emocionada, era su día. «Ay, esto está lleno...», decía bajito mientras observaba el Cervantes de un lado a otro y de arriba a abajo. Vestida de verde agua y con una falda y rebeca de elegantes volantes, la malagueña recibía de la mano de Francisco de la Torre, un ramo de flores. «¡Que viva La Cañeta!», entonaba el alcalde. Pero el momento era de ella y de todos los artistas salieron al escenario para arroparla: «Esta letra me la he inventado hace dos minutos, eh», anunciaba la artista. Y bailó. Anda que si bailó, de un lado a otro del escenario y con la falda cogida se movía y enredaba su cuerpo al flamenco. Y cantaba así: «Viva Málaga La Bella, tierra de tanta alegría y arte, quien me diga lo contrario es porque no ha estado en ella ni ha visto la calle Larios».

Daniel Pérez / Teatro Cervantes

Lágrimas de emoción

Pues en esa Málaga suya y bella llegaron las palmas, el taconeo y el genio del flamenco. Imparable en el escenario mientras todos la arropaban dedicándole al unísono la letra: «Cañeta, Cañeta mía, como ella baila, por bulerías». Así se despedían los honores a esta malagueña que había emocionado al público y se había emocionado ella misma. «Tengo que decir una cosa... Siempre donde he ido era La Cañeta, La Cañeta de Málaga», confesaba con la voz entrecortada.

Hubo mucho de sentimientos, recuerdos y admiración. Como esa que sentían los artistas que hicieron la gran introducción a esta salida al escenario de la festera. «¡Hágase el flamenco por La Cañeta!», anunciaba el presentador, Manuel Curao. Y así se hizo. El antequerano Carrete de Málaga, a sus 81 años, ponía la maestría cuando el reloj ya había marcado las siete de la tarde del domingo. «Cañeta, ¡va por ti!», decía el bailaor mirando a la platea donde estaba ella. Desde la silla, un taconeo que dejaba sin respiración y, en pie, este artista fue de pura raza. Las palmas de la noche las pusieron Kiko Tiriri, Juan Laiker y Fernando Santiago; la percusión se escuchaba desde las manos de Juanma 'El Canastero'.

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Por el pasillo del teatro, entre el patio de butacas, aparecía el Cancanilla de Málaga para subir y dedicar unos minutos de su cante a estos honores a La Cañeta desde uno de los lados de las tablas del Cervantes. Luego, al otro lado se sentaba Pepe Habichuela con su guitarra y su magia para hacer un solo que dejó enmudecido al público y para luego seguir haciendo lo mismo pero con el acompañamiento de Israel Fernández que cuando canta, el mundo calla.

Pero la fiesta seguía con las guitarras de Chaparro de Málaga, Antonio Soto, Luis 'El Salao', Juani Santiago y Rubén Lara. También con el baile de Luisa Chicano. Y el de La Farruca, que hacía un cara a cara con Amparo Heredia 'La Repompilla' que pasaba de la elegancia al genio de la furia flamenca. El homenaje a La Cañeta también llegó con el cante de Manuel de La Josefa y Remache. Una larga lista de artistas que quisieron hacer honores a La Cañeta de Málaga, a toda una vida dedicada por y para el flamenco. A un genio de mujer tanto dentro como fuera del escenario.

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