La Alhambra recupera sus Baños Reales de Comares

Los siglos pasaron, Granada perdió su condición de reino y el tiempo comenzó a dejar su huella en estas estancias. La protección de la cubierta comenzó a fallar, multiplicando las filtraciones.

Las afecciones se extendieron también a la decoración interior de las salas. Los parches de mortero de cemento, con unas sales muy destructivas, amenazaron zonas importantes del conjunto. Y la propia estabilidad del edificio estuvo en riesgo.

La decisión se tomó entre 2013 y 2014, aunque las obras no se iniciaron hasta un año después. La primera fase, liderada por el arquitecto Pedro Salmerón y con un presupuesto de 1.160.000 euros, es la que acaba de concluir.

«Nuestro trabajo ha consistido en investigar cómo estaban realizadas las protecciones de las bóvedas, porque teníamos muchas filtraciones», explica el arquitecto. Bajo su dirección, los restauradores han consolidado la estructura para posteriormente impermeabilizarla. Para ello, la han recubierto con baldosas cerámicas que imitan la coloración de las originales. Asimismo, las lucernas han sido reparadas y tratadas con un sistema que permite la ventilación y la luminosidad.

Mientras posan ante las cámaras, advierten los nuevos lucernarios de bronce creados artesanalmente en una fundición granadina. «Son una maravilla», dice uno de ellos.