El 'inglés de los montes' del Teatro Cervantes

El sistema de traducción automática da como resultado una web llena de errores que ayer fue desactivada

Regina Sotorrío

Miércoles, 16 de septiembre 2015, 00:41

Si un espectador británico buscaba hasta ayer información en inglés sobre los abonos para la temporada de la Orquesta Filarmónica en la web del ... Teatro Cervantes, no le quedaba otra que hacer click en la palabra fertilizers, fertilizantes en español. Y si lo que el usuario angloparlante necesitaba era un número de teléfono del teatro, debía echarle imaginación para detectar que ese 902 36 February 95 era en realidad 902 36 02 95. Los espectadores alemanes tampoco se libraban de los sustos idiomáticos: para localizar una vía de Contacto con el coliseo, tenían que pulsar en la palabra Berührung: «tocamiento, roce». Cosas que suceden cuando el encargado de volcar los contenidos de la web en otras lenguas es un motor de traducción simultánea de Google. Alertado de los fallos por este periódico, la nueva gerencia del Cervantes procedió ayer tarde a dar de baja el servicio de traducción y anunció la contratación de un profesional.

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Un vistazo rápido por la página del Cervantes en inglés y alemán los idiomas que se proponían en la parte superior derecha de la pantalla, aunque había más revelaba graves errores, difíciles de justificar en la web del teatro más prestigioso de la provincia. Más aún cuando uno de sus objetivos varias veces repetido es atraer al residente extranjero en la Costa con acciones específicas y una agenda internacional. Una aspiración histórica que asume el nuevo director del Cervantes, Juan Antonio Vigar, para quien como declaró en una entrevista con SUR se trata de «una de las grandes asignaturas pendientes».

Revisar la web se convierte, en este punto, en una prioridad. Hasta ser desactivada, la información se traducía automáticamente y en sentido literal sin ningún filtro humano que corrigiera fallos garrafales, que en algunos caso resultaban hasta cómicos. Como el uso de fertilizers, fertilizantes, como sinónimo de abonos para la Orquesta Filarmónica de Málaga, precisamente la oferta cultural que, junto con la lírica, más interesa al público extranjero. En los abonos para mayores de 65, se empleaba incluso la expresión Manure over 65, que se traduciría como estiércol de mayores de 65. Un usuario detectó este fallo «ni aceptable ni comprensible» y así se lo hizo saber el lunes por correo electrónico al teatro. Pocas horas después, el coliseo subsanó el error (puso en su lugar Season tickets), aunque solo en primera lectura, y fertilizers se mantuvo en las páginas interiores hasta retirarse ayer definitivamente esta opción.

Pero la lista continúa. En la página web del teatro, el bajo como instrumento musical de un grupo se traducía como under (debajo, bajo) en lugar de bass. La dirección escénica de una obra no era aquí direction, como debería ser, sino address, que se refiere a la calle y el número en el que alguien reside. Inicio de venta se convertía en la versión inglesa en Home sale, una expresión sin ningún sentido para los nativos, a no ser que se refiera a la venta de una casa. Y las localidades se cambiaban automáticamente por villages, pueblos.

El programa traducía también automáticamente la información de cada espectáculo, creando textos «sin ningún sentido» para el angloparlante, según expresan las fuentes consultadas. Porque el concepto general se podía llegar a entender por el contexto, pero señalan que el resultado en ocasiones era «ridículo». Por ejemplo: Farruquito, Farru y El Carpeta clausuran este domingo la Bienal de Flamenco, pero en la versión inglesa lo hacían Farruquito and the folder Farru (Farruquito y la carpeta Farru). Y el título de la obra La puta enamorada era en este caso The love fucking.

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Estos errores y sinsentidos se repetían en la versión alemana y, por extensión, en cualquier idioma que se eligiera, escribiendo, de nuevo, dirección como adresse. Aquí, como en el caso inglés, el 02 del número de teléfono se transformaba en Februar. Y se confundía el contacto para localizar a alguien (Kontakt) con el contacto físico (Berührung).

Informado de esta situación por el periódico, el nuevo director, Juan Antonio Vigar, procedió a dar de baja el servicio, que fue puesto en marcha por la anterior gerencia. «Siendo así las cosas, no tiene sentido que siga sirviendo de información. Contrataremos a un profesional que haga una traducción correcta», declaró.

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No es la única página web de una institución cultural que recurre a los servicios de Google. El Centre Pompidou y la Colección Museo Ruso también lo hacen, con la diferencia de que se indica perfectamente que es este servidor el que realiza la traducción. Otras páginas consultadas, como la del CAC Málaga, el Museo Picasso o el Museo Thyssen, ofrecen una traducción correcta al inglés. La del Teatro Cánovas, por su parte, solo puede leerse en español. Y, a falta de traductores profesionales, quizás esa sea la mejor opción.

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