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Los artistas, entre el aplauso y la crítica

Los artistas, entre el aplauso y la crítica

Unos defienden que los nuevos museos dinamizarán la vida cultural de la ciudad. Otros, sin embargo, lamentan que las grandes marcas se impongan a lo local

Regina Sotorrío

Viernes, 27 de marzo 2015, 01:10

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Contemplan el arte desde fuera y desde dentro. Porque disfrutan con él como espectadores pero, además, viven de él como creadores. Y por eso tienen mucho que decir sobre el tema. Los artistas malagueños asisten entre expectantes, asombrados y también críticos a la incorporación del Pompidou y el Museo Ruso al circuito cultural de la ciudad. Los hay quienes aplauden la llegada de nuevas firmas, convencidos de que «dinamizarán» la vida artística. Y también quienes lamentan que se «ignore» lo cercano para importar arte en formato franquicia. Cada uno pinta la historia con un color de la paleta.

Javier Calleja: «Refuerza la apuesta por la cultura que hace la ciudad»

El Pompidou y el Museo Ruso vendrán a «reforzar la apuesta por la cultura que desde hace tiempo viene haciendo esta ciudad», mantiene Javier Calleja. En su opinión, ahora se recogen «los frutos» de los esfuerzos realizados hace una década. «Cada día hay más y mejores artistas en nuestra ciudad, cada vez los artistas emigran menos e incluso empezamos a adoptar artistas de otras partes». Solo lanza una petición para estos nuevos equipamientos: «Que no me cuesten 8 euros cada vez que vaya a visitarlos, pues entonces iré poco... No espero entrada gratuita, pero sí precios amables para artistas y malagueños».

Eugenio Chicano: «Habría que acercarlos a los barrios e institutos»

Como imagen de ciudad ambos centros de arte resultan «muy interesantes» en opinión de Eugenio Chicano. Pero con eso no basta. El pintor apuesta por implicar a la ciudadanía en estos proyectos a través de «una publicidad abierta e intensa en barrios e institutos, repartiendo vídeos, información e incluso llevando monitores que los expliquen para crear así ilusión, inclinación a la cultura y empatía». El objetivo de las instituciones debe ser, a su entender, «traducir ese gasto que vamos a hacer los malagueños en elevar el nivel de conocimiento de la pintura en la mayoría de nuestros ciudadanos, jóvenes y aficionados. Que sea un dinamizador del conocimiento de las artes plásticas».

Enrique Brinkmann: «A Málaga llegará gente del arte y eso dinamiza»

«Puede cambiar la vida cultural de la ciudad», defiende Enrique Brinkmann. El artista cree que las aperturas en el Cubo del Puerto y en Tabacalera beneficiarán al gremio. «Porque a Málaga vendrán coleccionistas para ver los museos, vendrá gente del arte y eso dinamiza la ciudad. Es positivo», declara. Al mismo tiempo, el ciudadano de a pie se acostumbrará «a ver obras importantes del arte contemporáneo y del clásico». Su única incertidumbre es saber «qué pasará tras cinco años, porque sería muy triste que después hubiera desavenencias con los franceses y no les interesara seguir en Málaga». Del Ruso, afirma, le resulta especialmente interesante «todo el arte bizantino».

Erika PardoSkoug: «No entiendo la obcecación por ignorar lo cercano»

Erika Pardo Skoug habla a 3.500 kilómetros de distancia, 350 millas suecas. De ahí que haya llamado Trehundrafemti Design (Trescientos cincuenta) a la firma de diseño que ha creado allí, en Suecia. Como malagueña «obligada» a buscarse la vida fuera, la joven se muestra muy crítica con la política cultural. «No entiendo esta obcecación por ignorar lo cercano e invertir en sedes de museos que nada tienen que ver con nuestra idiosincrasia». Y añade:«Seguimos en la línea de la alergia a lo malaguita».En su opinión, «el mantra Málaga, ciudad cultural» no se corresponde con la «nula» presencia en ARCO y el cierre de galerías como Alfredo Viñas.

Francisco Peinado: «Va a a ser muy bueno, dará mucho ambiente cultural»

«Cuando llegué en el 63 no había nada, solo la Económica en la plaza de la Constitución. Ahora el Pompidou podría haber escogido Nueva York, y ha elegido Málaga». Francisco Peinado elogia el salto al mapa de la cultura internacional que dará la ciudad con estas dos nuevas infraestructuras, especialmente el centro francés. «Va a traer mucha gente a Málaga, va a ser muy bueno a nivel cultural y turístico y dará mucho ambiente cultural», concluye. Incluso cree que puede ayudar a solucionar uno de los déficits de la ciudad:la falta de coleccionismo. «Porque no sé cómo sobreviven las galerías que quedan», admite.

Stefan von Reiswitz: «Estamos olvidados, no hacen nada por los de aquí»

Con la seguridad que dan los 83 años, Stefan von Reiswitz se muestra tajante al hablar de los nuevos equipamientos culturales: «No necesitamos esto».El artista cree más importante prestar una mayor atención a lo local. «La generación de los 50 se están muriendo casi todos ya sin que se hayan hecho salas especiales. Por mucho que me rompa la cabeza, no le veo nada a estos dos museos», lamenta. Y añade: «Estamos olvidados, no hacen nada por los de aquí. Los jóvenes se tienen que ir y cuanto más lejos mejor, como en tiempos de Picasso».

Andrés Mérida: «Esto genera interés por la pintura y por la cultura»

El Pompidou «despierta interés» y atraerá visitantes. Y esas personas «después irán al Picasso, pasarán por las galerías y verán lo que hay aquí». Para Andrés Mérida la apertura del centro francés y del Museo Ruso «traerá movimiento y generará más interés por la pintura y la cultura». «Y eso al final revierte también en el mercado», señala. Ambos espacios ayudan a que Málaga «se haga un nombre como ciudad del arte». La ciudadanía en general «se contagia de esa imagen», y al creador «le beneficia porque se pone el foco en la creación». «Estamos a la cabeza en el mndo de la oferta artística de España. Me siento orgulloso como malagueño», sentencia.

Laura Brinkmann: «Estaría bien hacer intercambios con Francia»

Laura Brinkmann tiene claro que estas apuestas culturales han cambiado la imagen de la ciudad. «Antes decías que eras de Málaga y parecía que venías de provincias, ahora vives en una ciudad en auge». Pero, en su opinión, eso beneficia al turismo y no al mundo artístico. «No se apoya a los que vivimos del arte. Solo tenemos dos galerías para la gran cantidad de artistas que hay. Eso significa que no hay coleccionismo y te ves obligado a salir». Para Brinkmann, una buena iniciativa que permitiría hacer «más visibles» a los creadores locales sería establecer intercambios de artistas con Francia, «aprovechar este vínculo» que ahora existe con el Pompidou.

José Medina Galeote: «En cultura nunca hay competencia, todo suma»

José Medina Galeote lo tiene claro: «En cuestiones de cultura no hay competencia, todo suma». El artista se felicita de que Málaga disponga a partir de la próxima semana de una «oferta cultural tan importante». «Permitirá traer exposiciones interesantes y que ya no tengas que irte irremediablemente a Madrid a verlas», indica Galeote, encantado de que el Pompidou se inaugure con una instalación de Daniel Buren, uno de sus «artistas top». Está convencido de que disponer de «un escaparate tan sugestivo de presentación de arte» será beneficioso para todos, tanto creadores como espectadores.

Javier Roz: «Priman lo faraónico frente a los pequeños gestos»

«Ya puestos a hacer museos, ¿por qué no hacer algo nuestro, original, en vez de pagar, mucho, por tener franquicias?», se pregunta Javier Roz. El artista se declara poco partidario de una política cultural donde «prima lo faraónico frente a los pequeños gestos». En su opinión, el Pompidou y el Museo Ruso el que le despierta más interés, admite tendrán «más impacto en el turismo que en la vida cultural y para eso se han hecho». «Personalmente hubiera preferido que se dedicasen tantos recursos para el apoyo de los artistas y galerías locales, poco valorados y poco apoyados desde lo público», sentencia.

Elena Laverón: «Si el contenido es interesante, estupendo»

«Se hacen muchos museos, pero no siempre se cuida el contenido», matiza Elena Laverón. La artista es partidaria de «darle un tiempo» al Pompidou y Museo Ruso para ver qué firmas colgarán de las paredes y «si las mantienen en el tiempo». «Si el contenido es interesante, estupendo. Si ponen lo mismo en todas partes, no merece la pena movernos», resalta la creadora, para quien ampliar la oferta «siempre es bueno».

Chema Lumbreras: «El planteamiento es económico, no cultural»

Para Chema Lumbreras, las inauguraciones en el Cubo del Puerto yTabacalera responden «a un planteamiento económico, no cultural». Su «principal valor» es atraer al turista. Y eso implica un riesgo: «Que la ciudad se convierta en un parque temático más y viva exclusivamente de eso, como le está pasando a Barcelona. Se pierde el tejido propio de la ciudad». De entrada, contar con nuevos museos es positivo, pero siempre que vayan acompañados de «otras medidas» que permitan que esa inversión que se ha hecho «revierta en la ciudad».

Beatriz Ros: «Deberían aumentar y diversificar el público»

Para Beatriz Ros, los efectos de los nuevos equipamientos serán positivos: «Deberían suponer que aumente y/o se diversifique el público, que lo que ya está funcionando mejore, que el turismo asociado a la ciudad tenga que ver con una idea más amplia de lo cultural en definitiva que haya más posibilidades y más espacio a la crítica constructiva y al crecimiento». En cualquier caso, los beneficios para los artistas de Málaga, «si ocurren, serán procesos tangenciales y dependerán de experiencias particulares».

Rogelio López Cuenca: «Todo esto forma parte de una burbuja museística»

Si en otro tiempo hubo una burbuja inmobiliaria, para Rogelio López Cuenca lo que ahora vive la ciudad es una «burbuja museística». «Las nuevas aperturas no están motivadas por satisfacer necesidades de la ciudadanía, si no por un beneficio económico ligado a la industria turística. Eso tiene poco que ver con la cultura», señala. En su opinión, la ciudad sufre el «síndrome del colonizado: cuando estás recibiendo constantemente y eres incapaz de vender tu propia producción cultural». Se trata, indica, de «una macdonalización de la cultura, que lleva a simplificar y encontrar las mismas cosas vayas donde vayas», critica.

Carlos Aires: «Espero que apoyen a los artistas españoles»

«Espero que tanto sus programas como los presupuestos tengan la intención de apoyar a los artistas españoles», expresa Carlos Aires. El rondeño confía en que ambos museos no sean «un decorado contemporáneo para otra versión malagueña de Bienvenido mister Marshall». «En España a menudo se pone una alfombra roja a todo lo que viene de fuera, mientras los artistas nacionales entramos por la puerta de atrás». Supondrá, eso sí, una mayor oferta cultural, pero Aires desea «que no solo esté destinada al turismo, sino también a ls malagueños».

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