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Llegada de los fondos de la Colección Museo Ruso a Tabacalera.
Bienvenida a los nuevos compañeros

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Las instituciones culturales malagueñas saludan la llegada del Centro Pompidou y del Museo Ruso para reforzar la apuesta artística de la capital

Francisco Griñán

Sábado, 28 de marzo 2015, 00:14

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De ciudad con museos a ciudad de los museos. Es algo más que un matiz. Málaga se ha situado en el itinerario cultural gracias a su apuesta por el arte. Una estrategia que alcanza su momento cumbre con dos nuevos proyectos: el Centro Pompidou en el Cubo del Puerto y la Colección Museo Ruso en la antigua Tabacalera. Con «curiosidad», «expectativas» y «estímulo» reciben el resto de instituciones malagueñas estos nuevos equipamientos que refuerzan el perfil de una ciudad que ha sabido reinventarse con la cultura como coartada.

De hecho, varios responsables constatan el cambio de tendencia. «Málaga ha cambiado en una década y es una curiosa paradoja que esta ciudad se identifique en España cada vez más con las artes visuales gracias a la proliferación de museos cuando su fuerte es la difusión de la literatura», explica el director del Museo Picasso, José Lebrero, que constata que «estamos en el comienzo de un nuevo capítulo en esta trayectoria particular». Su visión es compartida incluso por las instituciones aludidas, como el Centro Cultural de la Generación del 27, que considera que los museos son «la punta del iceberg de la red cultural que se ha ido tejiendo en la última década», explica su director, José Antonio Mesa Toré, que añade que las nuevas infraestructuras hacen de la ciudad «un foco de cultura todavía más atractivo y activo junto al resto de museos, el Centro Andaluz de la Letras (CAL), el Instituto Municipal del Libro (IML) o el propio 27».

El director del Centro Andaluz de las Letras (CAL), Juan José Téllez, no duda en considerar la oferta museística de Málaga como «imbatible» y mira incluso al futuro ya que «será todavía mejor cuando se incorpore el Museo de Bellas Artes y Arqueológico en la Aduana». El escritor reconoce la política «seria y decidida» en favor de estas infraestructuras, pero amplía además el foco y mira a las «iniciativas privadas o los pequeños museos que también forman parte de la trama cultural de la ciudad». Y frente a las críticas por la equiparación de visitas y cultura, contesta que es «legítimo» apostar por los museos como parte de la industria turística, aunque añade: «Sin olvidar otros aspectos de la cultura que forman parte de las humanidades y que también hay que apoyar porque su beneficio no es el económico».

Reconvertir el liderazgo

En este punto, el director del CAC Málaga, Fernando Francés, considera que «no somos todavía conscientes de la repercusión internacional y nacional» de las nuevas infraestructuras «que cierran un círculo artístico que en España solo se puede ver en Madrid». «No existe otra ciudad en el sur de Europa que haya planteado una estrategia cultural de crecimiento en la última década como Málaga», considera el experto que habla de auténtica «transformación» de la capital. Una visión que comparte el director de La Térmica, Salomón Castiel, que frente a la visión de la cultura como «innecesaria», destaca «la apuesta como ciudad cultural».

Desde el Museo Carmen Thyssen, Lourdes Moreno destaca como «una de las ciudades más antiguas del Mediterráneo, pero sin relevancia patrimonial frente a Sevilla, Córdoba o Granada» ha sabido reinvertir su «liderazgo y dinamismo económico» en la cultura hasta el punto de «reconducir» su destino como ciudad de los museos. Un viaje que, no obstante, aún «no está completado» porque con la inauguración «empieza para nosotros, los técnicos, la verdadera historia de un museo».

Otro de los referentes que ha situado a Málaga como destino cultural es el Festival de Cine Español, cuyo director, Juan Antonio Vigar, considera un «hito» la llegada del Pompidou y del Museo Ruso, ya que aportan «colecciones de arte que son un referente en el mundo» y una «dimensión internacional» al proyecto cultural de la ciudad. El responsable pone además sobre la mesa la necesidad de entendimiento y colaboración de estos nuevos museos con el resto de las instituciones culturales de Málaga y, de hecho, adelanta que el certamen cinematográfico ya ha planteado que los contenidos audiovisuales formen parte de las actividades de los centros del puerto y en Tabacalera. En el caso de la colección procedente del Museo Estatal de San Petersburgo, la presencia de las vanguardias en su colección irá acompañada de una revisión del influyente cine ruso de la primera mitad del siglo XX, adelantó Vigar.

En esta línea, los directores consultados comparten precisamente la necesidad de que los nuevos museos desarrollen actividades complementarias que trasciendan las iniciativas más allá de sus respectivas colecciones. Juan José Téllez confiesa que tiene «curiosidad» por la gestión de estos centros artísticos y considera fundamental la colaboración con las instituciones que ya trabajan en la ciudad. «Conocí el Pompidou cuando se abrió hace más de tres décadas y espero que aquí en Málaga también sorprenda con algo más que una colección», señala el responsable del CAL, que desea que el centro francés también sea un think tank, un laboratorio de ideas que agite la cultura.

Relato hilvanado

Por su parte, Lourdes Moreno ve un «relato muy bien hilvanado entre las diferentes colecciones de los museos» y señala que el Thyssen en relación con el Pompidou puede observarse como «un preámbulo de cómo la pintura española recepcionó las vanguardias», un movimiento muy presente en los fondos del centro francés que se inaugura la próxima semana.

Si muchas expectativas están puestas en el Cubo, Fernando Francés pone el acento en el Museo Ruso. «Estoy oyendo hablar mucho del Pompidou, pero la colección de Tabacalera va a ser una revelación», asegura el experto. Salomón Castiel recoge su reflexión para hacer un paralelismo con La Térmica y su actividad desde el barrio de La Misericordia, al señalar que el Ruso «está fuera del centro histórico, lo que sin duda dinamizará y transformará una zona ávida de equipamientos culturales».

El resumen es que cuanta más oferta, más beneficio para los ciudadanos. «No vamos a ser competencia, vamos a sumar», apostilla Fernando Francés.

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