El Concurso del Kilo celebra el viernes su 25º aniversario

«No se entiende la Facultad de Medicina sin el Kilo, ni el Kilo sin la Facultad de Medicina», afirma Hugo Gallagher, estudiante de sexto curso y «padre de esta edición del Kilo», como señalan sus compañeros. A lo largo de un cuarto de siglo, el Kilo ha evolucionado desde una actividad de «pastoral» llevada entonces por la delegación de alumnos, hasta convertirse en una asociación independiente que combina altruismo y creatividad.

Mucho más que recolectar kilos de solidaridad

El Concurso del Kilo trasciende lo que su nombre sugiere. Además de la recolecta de alimentos y productos esenciales para la asociación local, Cruz Verde Lagunillas, el evento se transforma en un espectáculo que mezcla la solidaridad, humor y crítica. Este año y como anuncian en sus redes sociales (@concursodelkilo), la temática es 'Inside Out' (Del revés), una colorida representación de las emociones que muestra Pixar en su película y que viven los estudiantes de Medicina, desde la alegría hasta la ansiedad. Con esta temática el objetivo es que los asistentes vengan vestidos con el color de la emoción que más le represente en este momento de su vida universitaria.

«Lo mejor del Kilo es que no hay jerarquías ese día. Estudiantes, profesores e incluso exalumnos nos encontramos como iguales», comenta Inés Mercedes, estudiante de quinto de Medicina. Para los participantes, el Kilo no es solo un evento solidario. Es un símbolo de comunidad, un lugar donde se forjan amistades y se vive la verdadera esencia de la Facultad de Medicina. «Desde el primer día supe que quería formar parte del Kilo», expresa Paula Gil, estudiante de cuarto de Medicina.

Todas las donaciones de alimentos, como leche, aceite de oliva, conservas y productos de higiene, no son una simple bolsa llena de productos que sueltan los alumnos en la Facultad de Medicina, es un símbolo de comunidad que implica a todo el estudiantado de Medicina y a otros negocios. Para la rifa de esta edición, el Concurso del Kilo cuenta con la donación de productos del Málaga Club de Fútbol, Cervezas Victoria, Mubeo (descuentos para universitarios) y Capo Bonifati Gelato, entre otras. «Todo el dinero recaudado de quienes compren papeletas para la rifa irá donado a la asociación escogida de este año, Cruz Verde Lagunillas», señala Paula Gil, estudiante de cuarto de Medicina.

La emoción de los organizadores es palpable. Cada vídeo, disfraz y donación refleja horas de trabajo voluntario. Sin remuneración ni créditos académicos, el equipo logra mover montañas. «Esto es nuestro sello de identidad», afirma Gallagher. «Que siga siendo un patrimonio de la facultad depende de nosotros y de las futuras generaciones». Además de la solidaridad y todo lo que se recauda. «Es el día más especial de la facultad; no solo ayudas, sino que también haces amigos para toda la vida», señala con gran ímpetu Juan Miguel Rodríguez, estudiante de quinto de Medicina.

El legado del Kilo

A medida que se acerca el día del Kilo, las lágrimas surgen entre los estudiantes organizadores más veteranos, quienes saben que este año será el último para muchos de sus compañeros. Sin embargo, la semilla está plantada: una nueva generación de estudiantes ya se prepara para tomar el relevo. «Es la excusa más bonita para socializar que tenemos aquí», resume Hugo Gallagher entre risas.

El Kilo es más que una recolecta de alimentos. Es un acto de amor que transforma vidas dentro y fuera de las puertas de la Facultad de Medicina. Este año, más que nunca, el Kilo promete ser una jornada inolvidable, cargada de emociones y compromiso.