Víctor Navas (Benalmádena, 1974) fue durante ocho años alcalde, hasta que el PP le arrebató el poder en 2023. Desde entonces ha apostado por la ... política del martillo pilón desde la oposición, por no dejar pasar ni una al nuevo Gobierno municipal. Eso lo coloca en el filo de la navaja: hay quien cree que aún no ha asumido la derrota y hay quien piensa que está cogiendo impulso para 2027.
-¿Cómo ve Benalmádena desde que no sostiene el bastón de mando?
-Benalmádena es un municipio con mucha resilencia, hay un fuerte tejido productivo y social y eso hace resistir cualquier envestida ya sea económica o por un cambio de gobierno. Pero esta ciudad necesita ya una planificación a medio y largo plazo y tenemos un gobierno que no planifica. Antes de irnos les dejamos los proyectos y los recursos económicos encima de la mesa y eso es lo que han ido haciendo, aunque algunos los han dejado aparcados, como el plan de aparcamientos o el rescate de Tivoli. Ahora no sabemos qué previsiones tienen, más allá del museo de Imperio Argentina y de la casa de la cultura de Benalmádena Pueblo, que es de lo que han hablado, pero nada de algún proyecto de calado que nos haga ser locomotora de la Costa del Sol.
-¿Cree que aún hay posibilidad de rescatar Tivoli?
-Si hay un proyecto de ciudad, ese es Tivoli, por lo que genera, por lo que es, por lo que ha sido y por lo que será. Es cierto que necesita renovar algunas atracciones, pero tiene un anfiteatro que nada tiene que envidiar al Marenostrum o al Starlite. Convertir Tivoli en un centro comercial es un error, tenemos centros comerciales a pocos kilómetros de aquí. Hay que pensar en qué es lo que nos puede hacer diferentes respecto al resto de la Costa del Sol. Tivoli World ha sido siempre una nuestras fortalezas, pero tiene el problema de contar con un propietario, el Grupo Tremón, que parece más interesado en especular que en reabrir el parque. Y frente a esto, el actual alcalde ha tomado una posición en la que parece que todo lo que hicimos nosotros para intentar rescatar el parque estaba mal hecho y en vez de continuar por esa vía está empeñado en una negociación, que auguro que no será nada fácil porque Tremón va a pedir mucho.
-Tampoco las últimas decisiones judiciales han contribuido a allanar el camino del rescate.
-La sentencia del TSJA lo que dice es que habría que justificar mejor el interés público del parque, pero eso es susceptible de un recurso. De hecho, quien nos ayudó en todo el proceso de la protección de los terrenos fue el catedrático de Derecho de la Universidad de Málaga, Diego Vera, quien sostiene que esa sentencia tiene capacidad de recurso. Y además, de forma paralela, creemos que se pueden iniciar de nuevo los trámites de protección, justificándolo mejor, si ese era el problema. Lo que no podemos es perder el único arma de presión que tenemos para reabrir el parque, si dejamos a Tremón con las manos libres, nos podemos ver con que dentro de diez años en vez de un parque de atracciones haya un centro comercial que se llame Nuevo Tivoli
-¿No tiene ninguna confianza entonces en las negociaciones que el Gobierno municipal está teniendo con la propiedad para esa reapertura?
-No entiendo por qué esas conversaciones tienen que ser secretas, por qué tiene que haber algo secreto cuando se trata de una inversión. Si una administración está en una negociación tiene que ser de manera pública y transparente porque influye en el modelo de ciudad que está planteando. Creo que al actual alcalde Tremón lo ha engañado, igual que me engañó a mi al principio, con la única diferencia de que entonces Tivoli estaba abierto. Cuando ya cerró fue cuando iniciamos la medidas de presión necesarias para reabrirlo. Sin esas medidas dependemos de la buena voluntad de Tremón y dudo mucho de que la tenga.
-Lleva año y medio en la oposición y en este tiempo está mostrando una actitud batalladora. ¿Cómo se siente en ese papel tras ocho años como alcalde?
-La oposición es fría, no es agradable porque no puedes cambiar cosas que a tu juicio son injustas, ni poner en marcha el modelo de ciudad que tu quieres. Durante el tiempo que gobernamos elaboramos una serie de planes para diseñar la ciudad a medio y largo y plazo. Ahora va todo al arbitrio del alcalde y están ocurriendo muchas cosas surrealistas, pero creo que estamos evidenciando todo eso y que lo estamos haciendo bien.
-Donde sí está habiendo cambios importantes es en el seno de su partido en Andalucía. ¿Cómo valora la marcha de Juan Espadas y la llegada de María Jesús Montero?
-Espadas ha sido un excelente secretario general, un excelente candidato, moderado, centrista y con unos profundos valores socialdemocratas, pero quizás, en momentos de tanta polaridad y crispación política, se necesitan perfiles que generen un entusiasmo mayor y en ese sentido, creo que María Jesús Montero aporta esa frescura. Es indiscutible que ha generado una ola de ilusión en Andalucía y yo me sumo a esa ola, nosotros queremos ganar para mejorar la vida de los andaluces. Desde 2019 han caído el PIB y todos los datos de producción industrial. La sanidad y la educación están precario, la dependencia no llega y esa la Andalucía de Juanma Moreno Bonilla, una Andalucía liberal, que se encamina al modelo de Madrid.
-¿Cree que estos cambios implicarán otros en el PSOE provincial?
-Va a depender todo de cómo se configure la ejecutiva regional. Ahora mismo decir cualquier cosa es ficción, se está diciendo que Dani Pérez siempre ha sido muy cercano a Espadas, pero también trabajó con María Jesús Montero. Lo cierto es que es un excelente secretario general, pero no soy yo quien elige, lo hace la militancia. Cuando llegue ese momento trataremos todos de reflexionar y de buscar la mejor opción para ganar.
-¿Y en Benalmádena?
-Aquí dependerá de lo que diga la militancia, estamos trabajando desde la oposición de una manera digna y responsable y me veo animado y con fuerza. Una vez que se resuelvan todas las incógnitas en el ámbito regional y provincial, lo consultaré con mis compañeros.
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