Vuelve la actividad al local cerrado tras convertirse en sede de la Policía Local en la plaza Goya de Torremolinos

La Policía Local de Torremolinos inauguró una extensión de su jefatura en los primeros días de octubre de 2019. La ubicación elegida para esta delegación del Cuerpo fue un céntrico local, en la plaza Goya, aledaño a otros equipamientos municipales, como la biblioteca y el centro de mayores, en una parte de la ciudad con una alta concentración poblacional y comercial.

Setenta metros cuadrados de oficina, con horario de apertura de lunes a domingo, de 7.15 a 21.45 horas, a disposición del público con un doble objetivo: reforzar la seguridad en la zona del centro y acercar los servicios a la ciudadanía. Así lo explicó el concejal responsable de este área de la Administración local en su momento, el socialista Antonio Ruiz, que indicó que esta ventanilla serviría para atender cualquier requerimiento, en coordinación con la Jefatura, que está en el barrio de El Calvario, a la que sería derivado el solicitante de ayuda si era necesario.

No se estrenó con buen pie la sucursal, ya que, en sus primeros días de funcionamiento, el modelo de servicio ya era cuestionado por la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF), disconforme con la dotación de plantilla para esta sede. Y es que, como llamaron la atención, en lugar de un solo agente, tendría que haber, al menos, dos, tal y como alertó CSIF, para dar respuesta rápida a cualquier contratiempo, incluso, cuando se hubieran solicitado refuerzos.

Finalmente, en el ínterin en el que se materializó la moción de censura del PP al equipo de Gobierno del PSOE, que implementó esta descentralización policial, es decir, a finales de 2021, la oficina cerró sus puertas, cuando apenas había operado durante dos años.

El local se quedó, con el rótulo del Cuerpo puesto, lo que generaba cierta confusión a quien no sabía que era un espacio ya sin actividad.

Así estuvo cerrado y abandonado durante casi un lustro hasta que, hace algo más de un mes, llegaron sus nuevos ocupantes, la empresa malagueña Manipulae, que está especializada en la distribución postal.

Son los nuevos inquilinos los encargados de las tareas de limpieza y acondicionamiento del espacio, incluida, la desaparición de la cartelería de la frustrada dependencia policial.

Este local es propiedad del conocido empresario Bartolomé Florido, al que Torremolinos dedicó una calle hace ya una década, al igual que otros de sus inmuebles que son empleados como dependencias del Ayuntamiento. El cambio de uso de su propiedad, como confirma Florido, ha servido también para que la Administración local abonara las deudas que todavía estaban pendientes en concepto de alquiler de esta oficina. Unos impagos que prefiere no cuantificar.

No lejos de esta frustrada delegación de la Policía Local hay otro inmueble, sin uso todavía, que también tuvo relación con los uniformados, al menos, teórica. Se trata del edificio que fue construido como futuro museo local, que se quedó sin terminar, al 90% de ejecución, tras una inversión de 7 millones de euros que fue impulsada por el exalcalde Pedro Fernández Montes, del PP.

En julio de 2021, llegó a ser anunciado que la la Jefatura de la Policía Local sería traslada allí, aunque nunca más se supo. Antes, las opciones habían sido la creación de un vivero de empresas e, incluso, que la finca fuera la sede de todas las desperdigadas dependencias judiciales de Torremolinos; pero, los 4.000 metros cuadrados disponibles no eran suficientes para este cometido.

Como en el caso del local de la calle Goya, también está sobre la mesa que el destino del equipamiento que, en un primer momento iba a ser público, pase a depender de la gestión privada. Hace dos años, en marzo de 2023, la Universidad de Nebrija, institución privada que oferta estudios superiores, hizo público un acuerdo con el Ayuntamiento de Torremolinos para abrir en el no museo una escuela de Enfermería y Fisioterapia. Sin embargo, todavía no está concretado el proyecto.

Con la Policía Local sin dependencias en la zona centro, la vigilancia, eso sí, se mantiene, tanto con la presencia habitual de agentes en el entorno de La Nogalera o la plaza Costa del Sol, donde suele haber vehículos patrulla apostados, como con el nuevo sistema de videovigilancia, que monitoriza este punto y otros muchos del término, desde el centro de control de pantallas instalado en el Palacio de Congresos.

 

• Temas
• Torremolinos