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Lunes, 27 de mayo 2019, 19:56
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Está lejos de ser la candidata del PP con mejor resultado en Málaga, pero Margarita del Cid saborea su victoria del domingo en Torremolinos como uno de los grandes éxitos de su partido en la provincia. Y tiene motivos. Ha superado una guerra interna con episodios realmente crueles, como cuando Fernández Montes trató de boicotear su candidatura remitiendo información a Génova sobre su vida profesional y personal, y ha salido ilesa de la fragmentación de la derecha que el 28 de abril otorgó el triunfo al PSOE por primera vez en más de treinta años en un municipio que hasta entonces siempre había funcionado como valioso granero de votos del PP. Ahora Del Cid, con nueve concejales frente a los ocho escaños obtenidos por el socialista José Ortiz, ve por fin la luz al fondo de un laberinto donde casi queda atrapada en varias ocasiones. Respaldada sin fisuras por Moreno Bonilla y Bendodo, comenzó a decantar la balanza en marzo, cuando el exalcalde, su mentor político, convertido en su peor enemigo desde hace tres años, abandonó el partido.
Pero Fernández Montes, incapaz de conseguir que la dirección del PP atendiera sus peticiones, no estaba dispuesto a reconocer su fracaso. En estos comicios figuraba como cierre de lista y presidente de la formación local Por Mi Pueblo, que difundió supuestas encuestas internas que pronosticaban un batacazo de Del Cid. La candidata popular resistió, uno tras otro, cada envite. Y ha servido la venganza en plato frío, ganando contra pronóstico unas elecciones que relegan a Por Mi Pueblo a un espacio residual en el salón de plenos, con solo una representante. La noche electoral recibió la llamada de Ortiz, que la felicitó por los resultados cosechados y reconoció que ha de ser ella, cabeza de la lista más votada, quien lidere las negociaciones para formar gobierno.
Es más que probable que Del Cid sea investida alcaldesa el 15 de junio. Sólo un pacto casi imposible entre el PSOE, Adelante Torremolinos y Ciudadanos lo evitaría. En caso de que los socialistas no reúnan mayoría absoluta, gobernará la candidatura más votada. El bastón de mando que ostenta Ortiz desde 2015, después de cinco mayorías absolutas del PP, está en el aire. Por delante quedan retos importantes para el municipio, como la aprobación del presupuesto, la reducción de la deuda que el PP dejó en 197 millones de euros hace cuatro años o los últimos trámites para dar luz verde al Plan General de Ordenación Urbana. Del Cid, concejala desde 1999, empeñada en eliminar cualquier tipo de vínculo con Fernández Montes, aunque el pasado no pueda extirparse, cuenta con una lista renovada casi al completo, una regeneración para la que ha tenido que sacrificar a algunos nombres históricos del PP de Torremolinos, como su tío Ramón del Cid o Encarnación Navarro.
Los populares están en disposición de pactar con Ciudadanos y Vox, con dos escaños cada uno. El acuerdo sumaría mayoría absoluta, pero no resulta necesario para que Del Cid sea la próxima alcaldesa de Torremolinos. Le bastarían también sus abstenciones para convertirse en la primera mujer que accede al cargo y la cuarta persona desde la segregación de Málaga capital en 1988.
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