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Pasó toda la tarde en la calle, sin respetar la orden de confinamiento decretada por el Gobierno en el marco del estado de alarma para frenar los contagios de coronavirus. Entraba y salía de un supermercado de Benalmádena sin comprar nada, se paseaba molestando a clientes y trabajadores, hasta que intervino la Policía Nacional. Entonces intentó agredir a un agente justo antes de quedar detenida y confesar que había llegado a España desde Rusia hacía unos días con la intención de contagiar la enfermedad.
Los hechos tuvieron lugar durante los primeros días de confinamiento en la avenida Estrella del Mar de la citada localidad costasoleña. A última hora de la tarde, un vigilante de seguridad privada de un supermercado de la zona se dirigió hacia una patrulla de la Policía Nacional que pasaba por allí. Explicó que tenía problemas con la mujer, de 44 años y de nacionalidad rusa, que se negaba a abandonar el establecimiento pese a que ya iba a cerrar.
Durante la actuación, en la que intervino otra dotación como apoyo, el trabajador de la empresa de seguridad relató el comportamiento de la mujer. Contó a los agentes que llevaba toda la tarde entrando y saliendo del supermercado, sin realizar ninguna compra y molestando tanto a clientes como a los empleados. Además, según precisó, a la hora del cierre, se negaba a marcharse.
Burlas de la arrestada
El vigilante de seguridad llevó a los policías nacionales hasta las escaleras de acceso al establecimiento, donde se encontraba la mujer. Los agentes le pidieron la documentación, aunque solo obtuvieron como respuestas burlas, según han explicado las fuentes consultadas por este periódico.
Mientras que los policías intentaban identificarla, la mujer continuaba con su actitud, hasta el punto de que, en un momento dado, intentó meterse en el coche patrulla, algo que los agentes lograron impedir.
Tras comunicarles que no querían denunciar a la mujer desde la empresa, los agentes le indicaron que se marchara, ya que no podía permanecer en la vía pública. Las mismas fuentes han explicado que, en ese momento, se abalanzó sobre uno de los policías nacionales, al que intentó golpear sin éxito, siendo reducida y detenida.
Entonces sí entró en el coche patrulla, ya custodiada por los agentes. Siempre según las mismas fuentes, cuando procedían a trasladarla hasta los calabozos de la comisaría, la mujer contó que solo llevaba una semana en España, y que había viajado desde Rusia vía Madrid con la intención de contagiar el coronavirus. Tras pasar a disposición judicial, fue puesta en libertad con cargos.
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