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El morro de Torremolinos en la actualidad
La historia del monumento natural del Morro de Torremolinos

La historia del monumento natural del Morro de Torremolinos

Este espectacular monumento natural, a orillas del Mediterráneo, separa las playas de La Carihuela y El Bajondillo

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Domingo, 15 de abril 2018

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El monumento natural que sirve de frontera entre las playas de La Carihuela y El Bajondillo es conocido como la Punta o el Morro de Torremolinos. Este paraje ejercía antiguamente de límite físico entre ambas zonas, hasta que la prolongación del paseo marítimo permitió disfrutar de su recorrido, y encierra la historia de una de las zonas más visitadas del litoral malagueño.

Pese a las excelentes condiciones naturales y a su potente industria molinera, Torremolinos arrastró durante siglos un grave problema: resultaba especialmente vulnerable desde el mar, por lo que fue objeto de sucesivas oleadas de invasores y piratas. Esta deficiencia propició que, en el siglo XVIII, aprovechando el mirador natural que ofrecía el Morro, se ubicase una batería defensiva. No era, ni mucho menos, el primer intento de proteger la zona; en torno al año 1300, bajo dominio nazarí, se construyó una torre de defensa situada al final de la calle San Miguel. En ordenanzas de 1497 ya figuraba como Torre de los Molinos, símbolo fundamental para comprender la composición del nombre de la antigua barriada malagueña.

El mirador de la Punta fue posteriormente adquirido y reformado para su uso residencial, entre finales del siglo XIX y los inicios del siglo XX, por un militar inglés llamado George Langwhorty. Lo reconvirtió en uno de los primeros establecimientos hoteleros de la Costa del Sol bajo el nombre Hotel Santa Clara. Allí protagonizó Gala Dalí, pareja y musa del genio catalán, el primer 'topless' documentado gráficamente en España. Langworthy y su pareja, Anne Margaret Roe, adquirieron el castillo, por entonces un cuartel de carabineros, y lo transformaron en una residencia con espléndidos jardines y miradores sobre el mar. También mandaron construir caminos hasta las playas de La Carihuela y El Bajondillo, ya por entonces separadas por esta monumental elevación rocosa. Sin saberlo, desde el Morro de Torremolinos estaban dando los primeros pasos en la historia del turismo en la zona.

Una foto con historia
Una foto con historia

Aunque La Carihuela está ligada a su condición de aldea de pescadores, algunos habitantes plantaron parcelas para el cultivo de la caña de azúcar, en consonancia con la labor realizada por la familia Larios en la costa occidental de la provincia. La diferencia de cotas entre el núcleo de Torremolinos y la zona costera provocó que La Carihuela experimentara una evolución diferente al pueblo y su industria molinera. En los años cincuenta del siglo pasado, cuando se produjo la eclosión turística (que devino en un auténtico fenómeno de masas tras la consecución por parte de los sindicatos europeos de las tres semanas de vacaciones), La Carihuela contaba con una reducida flota pesquera de unas cuarenta embarcaciones. La zona, que se componía de una hilera de pequeñas casas y chamizos de una sola planta, fue transformándose en un enclave turístico donde proliferaron las promociones de apartamentos y la construcción de chiringuitos, versión moderna de los antiguos merenderos, y de hoteles tan míticos como Pez España, Tres Carabelas, Tropicana o Carihuela Palace.

También El Bajondillo se dedicaba a la pesca cuando comenzaron a llegar los primeros turistas. La hostelería y la restauración tomaron entonces el mando de la zona, donde se tiene constancia de asentamientos humanos desde la Edad de Piedra gracias a los restos de moluscos encontrados. De forma paralela a la construcción de hoteles y chiringuitos se levantan las primeras salas de fiesta de la zona. El Papagayo, El Piyayo o El Jaleo son algunos de los locales que emergen como parte del Torremolinos turístico. Las obras del paseo marítimo de El Bajondillo comenzaron en 1966. Por entonces las huertas ya habían sido ocupadas por edificios de apartamentos.

Con la prolongación de aquel paseo marítimo hasta el entorno del Morro, Torremolinos conquistaba la posibilidad de caminar entre este espectacular monumento natural y las aguas del Mediterráneo.

Vista desde Santa Clara
Vista desde Santa Clara

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