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Tu huella en redes sociales puede dejarte sin trabajo… o conseguirte uno

El 87% de las empresas revisa los perfiles online de los candidatos a un puesto de trabajo por lo que es necesario aprender a gestionar la información que compartimos en internet

Ana López-Varela

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Es algo generalizado. En mayor o menor medida, todos lo hacemos. Y aunque algunos tengamos claro que es una conducta arriesgada, no la frenamos. A diario nos exponemos en internet al compartir online infinidad de detalles personales que acaban configurando nuestra identidad digital. Datos precisos sobre nuestras rutinas y hábitos, ubicaciones a tiempo real, referencias al colegio de nuestros hijos o nuestro domicilio, fotografías íntimas –nuestras, pero también de familiares y amigos–, opiniones políticas, registro de compras… En definitiva, cosas que antes sólo compartíamos con nuestro círculo más cercano.

Y, la mayor parte de las veces, no nos paramos a pensar en las consecuencias de esos post tan pormenorizados, ni a dónde van a llegar o para qué pueden ser usados todos esos datos. Esta práctica se conoce por su término en inglés como oversharing. Un comportamiento que la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) describe como “la sobreexposición de información personal en internet, en particular en las redes sociales a través de los perfiles de los usuarios». 

Según el Global Digital Report 2018, el índice de penetración de las redes sociales implica ya a 3.196 millones de personas. De entre ellos, muchos usuarios –especialmente los más jóvenes– publican constantemente imágenes y aspectos de su vida privada que, a pesar de sus inocentes intenciones, puede ser utilizadas con fines maliciosos y delictivos. ¿Qué riesgos puede entrañar un uso indebido de las redes sociales? Envío de malware, publicidad engañosa, robo de identidad, ciberacoso escolar o sexual y perjuicio reputacional son sólo algunos de los más habituales. 

Por ello, tal y como recuerda la campaña Por un uso Love de la tecnología de Orange – una iniciativa cuyo objetivo es concienciar a niños y mayores sobre la importancia del uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías–, es fundamental aprender a gestionar la información que compartimos principalmente por seguridad, pero también para lograr que nuestra huella digital nos deje en buen lugar el día de mañana. 

La reputación online es ya determinante para nuestra carrera laboral y eoversharing nos puede costar un puesto o una oportunidad de trabajo. No en vano, según datos del IV Informe de Infoempleo y Adecco sobre redes sociales y mercado de trabajo, el 87% de empresas revisa las redes sociales de los candidatos. Bien sea para hacerles llegar sus ofertas o para investigarles antes de proceder a su contratación. Los departamentos de Recursos Humanos no sólo buscan que cumplan los requisitos del empleo sino que también escudriñan su información personal para hacerse una idea de cómo es el candidato, qué tipo de carácter tiene y si realmente puede encajar en el equipo o con los valores de la compañía.

Es fundamental aprender a gestionar la información que compartimos por seguridad y para que nuestra huella digital nos deje en buen lugar el día de mañana

Los departamentos de Recursos Humanos no sólo buscan saber si el aspirante cumple los requisitos del empleo. También escudriñan sus redes sociales para hacerse una idea de cómo es el usuario

Los últimos episodios de crisis económica provocaron que, para reducir costes, muchas empresas dejaran de externalizar la búsqueda de empleo recurriendo a plataformas de anuncios online y al networking. La gran mayoría, por ejemplo, publica su necesidad de cubrir puestos vacantes en sus webs oficiales y a través de sus perfiles en Facebook. Así, para aquellos que se encuentran en un momento de búsqueda laboral activa, la presencia en redes sociales es imprescindible. Al menos en plataformas de carácter general como Twitter y, sobre todo, en redes profesionales como Linkedin. Esta última es la red social más indicada para acceder a ofertas de trabajo y mostrar nuestra formación, potencial y, por qué no, presumir de nuestra red de contactos. 

También puede resultar interesante buscar foros y redes concretas relacionadas con nuestro sector profesional, dándonos de alta y participando activamente para conseguir visibilidad como profesionales. Eso si, –como ocurre con el currículum vitae– es necesario mantener todos los perfiles actualizados o la impresión que daremos será justo la contraria a la que perseguimos. Lo mejor es ser activo y estar al tanto de los temas de actualidad en tu área profesional. Generar contenido propio y de calidad también ayuda a sumar puntos de cara a posibles ofertas de trabajo.

Y tan necesario es conocer las herramientas que pueden ayudarnos a conseguir un trabajo gracias a Internet cómo la manera en que podríamos cerrarnos las puertas al puesto debido a según qué tipo de publicaciones. ¿O acaso es necesario que tu inminente jefe vea esas fotos tuyas de este verano en Ibiza que te hacen parecer parte del reparto de Resacón en Las Vegas? Para evitar ese tipo de situaciones es importante restringir al máximo la privacidad, de forma que sólo nuestros amigos puedan ver lo que compartimos. Sin olvidar hacer limpieza de contactos de vez en cuando porque es más que probable que muchos de los que se ganaron ser amigos tuyos en Facebook hace 10 años no tengan nada que ver con tu vida actual. No hablar de temas controvertidos como política, religión o incluso fútbol y ser siempre respetuosos cuando comentamos fotos o mensajes de otros son otras buenas pautas para evitar que nos etiqueten.

  • Cinco cosas que no debes compartir en redes sociales

  •  Datos personales No compartas tu contraseña con nadie –tampoco con familiares, amigos o tu pareja– ya que conociéndola podrían suplantar tu identidad. Por tu seguridad, no difundas información personal como números de teléfono, direcciones habituales o documentos oficiales (DNI, tarjeta médica, etc) ni utilices tus datos bancarios para hacer compras y/o pagos en redes sociales. Úsalos sólo a través de medios seguros. Hacer pública tu dirección mail tampoco es buena idea pues te pueden enviar correos maliciosos que infecten tu dispositivo con el objetivo de robar tu información personal. Además, lo más probable es que tu bandeja de entrada se llene de spam.

  •  Privacidad, imágenes propias y ubicación Ajusta al máximo los parámetros de privacidad en tus perfiles, de modo que tu contenido sólo sea accesible para quien tú deseas realmente. Una vez lo hayas hecho, aún debes poner otro filtro: el del sentido común. Medita el contenido que compartes. Al publicar una fotografía o vídeo en cualquier red social, debes tener en cuenta que has aceptado previamente la cesión de los derechos a dicha plataforma, que podrá utilizarla sin tu permiso. Tu ubicación es otro bien preciado. Lo más responsable es no facilitarla de forma exacta en redes sociales pero si vas a hacerlo evita darla en el momento en el que te encuentras en ella. Si quieres documentar tu visita a un lugar es recomendable hacerlo una vez que ya te has ido. De esta manera, evitarás posibles peligros como que lleguen a acosarte o seguirte por la calle. Tampoco expliques cuándo y dónde te vas de vacaciones para evitar posibles robos en tu domicilio.

  •  Contenidos con menores como protagonistas Las redes sociales están plagadas de fotos de niños y adolescentes. La proliferación del sharenting –combinación de las palabras inglesas share (compartir) y parenting (paternidad, crianza)– es un hecho pero que sea habitual no significa que sea lo correcto. De entrada, supone la vulneración de la intimidad de los niños, algo penado legalmente. Por otra parte, la publicación masiva de contenido sobre los niños en internet aumenta el riesgo de que estos puedan ser objetivo de acosadores y pederastas, o ser víctimas en el futuro de delitos tales como el fraude o el robo de identidad. Además, las publicaciones pueden tener efectos psicológicos negativos. Lo que los padres consideran hoy vídeos o imágenes graciosas, podrían hacer que el niño o niña se sienta ridículo o agraviado el día de mañana. Por tanto, evita subir fotos comprometedoras de tus hijos. Si quieres subir alguna imagen con un menor, lo mejor es taparle siempre la cara o que salga de espaldas. Y si los menores no son hijos tuyos, pide siempre permiso explícito a los padres antes de subir cualquier fotografía a una red social.

  •  Fotos comprometedoras o de otras personas Una fotografía del final de aquella cena de empresa en la que te desmadraste, el vídeo de tu despedida de soltera, las fotos de tus vacaciones en aquella playa nudista de Cádiz, el audio de broma que enviaste al chat familiar contando que estabas embarazada del vecino, la foto que os hicisteis en la ducha del gimnasio después de ganar el torneo de futbito del barrio… Los contenidos que compartimos en las redes, sacados de contexto, pueden dar una imagen equivocada de lo que somos hasta el punto de que perdamos credibilidad en determinadas circunstancias. Sin ir más lejos, si alguna empresa da con el perfil donde está la imagen en cuestión. De la misma manera, si vas a subir una imagen o vídeo en el que hay otras personas implicadas asegúrate de que no están en desacuerdo con ello y si te piden que lo borres, recuerda que están en su derecho.

  •  Datos sobre tu empresa, conversaciones personales y documentos privados Puede ser que tu día en la oficina haya sido un asco pero tus redes sociales no son el lugar indicado para desahogarte. Hacer públicas las quejas sobre tu jefe, criticar a tus compañeros o reírte de las políticas de tu empresa sólo puede acarrearte problemas si lo acaba leyendo quien no debe. Si tienes una conversación privada por email, WhatsApp o cualquier otra app de mensajería instantánea no debes difundirla públicamente o estarás atentando contra el derecho a la intimidad del resto de los interlocutores. Tampoco es recomendable compartir documentos privados que puedan incluir datos confidenciales o sensibles para los implicados.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Love Orange. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.