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Todo por un 'me gusta': popularidad o rechazo a golpe de 'like'

Instagram se ha convertido en la guía de viajes del siglo XXI y el lugar donde se mide el éxito y la aceptación dentro del grupo. Este verano más todavía porque se darán mas de 372.000 millones de me gusta a esas fotos producidas de las vacaciones

Content Factory

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Instagram se ha convertido en el escaparate de nuestras vidas, retocadas con filtros embellecedores con el objetivo de mostrar la mejor de nuestras caras. En esta existencia, a menudo impostada, juegan un papel importante las fotografías de paisajes, alojamientos con encanto, monumentos y aventuras y, así, imagen a imagen, la red es ya la guía de viajes del siglo XXI. Tanto que el 72% de los usuarios sube fotos cuando está de vacaciones y un 76% sigue haciéndolo a la vuelta, según el estudio Transforming the travel industry de Olapi. Es más, el 40% decide el destino de su verano según lo fotogénico que sea el lugar. Así, se crea una guía con muchas páginas que, no en vano, se calcula que este verano se darán más de 372.000 millones de me gusta a esas fotos que nos sitúan sujetando la Torre de Pisa, ascendiendo una montaña o a contraluz frente al sol que se oculta en el océano.

El objetivo es conseguir la fotografía perfecta que aglutine el mayor número posible de likes. Basta con ir a Google y mirar la cantidad de noticias, post y tutoriales que enseñan las claves para triunfar en Instagram este verano, época en la que, además, se estima que el uso de las redes sociales aumenta hasta un 25%. «No mires a la cámara», «busca formas geométricas», «usa hashtags adecuados», «adiós a los flamencos rosas y a los abdominales y dale más protagonismo al mar», «convierte a tu mascota en el centro de las miradas»…

Estas parecen ser las máximas de este año para los #wanderlust ¿Qué es esto? Una palabra de origen alemán que triunfa en Instagram y que alude a la «pasión por viajar» de los millenials. Esa generación de adolescentes y jóvenes que comparte su vida en las redes sociales. O mejor dicho, la vida que quieren proyectar porque si algo tiene esta sobreexposición es una «obligación» de pose y perfección necesaria para alcanzar la ansiada recompensa: el like.

Por eso, cualquier destino vacacional se ha convertido en una postal, en posados con cabezas inclinadas y duck face que reinan en los perfiles, al igual que las actitudes más provocativas, los encuadres imposibles y las imágenes saturadas. El objetivo es conseguir más y más me gustas porque, en la nueva era instagramer, se impone una regla muy básica: cuantos más likes, más popularidad y aceptación. Es lo que se conoce como la dictadura del likeque puede derivar en problemas para los adolescentes en una edad vulnerable en la que están formando su personalidad.

La popularidad virtual del siglo XXI

El like es hoy la vara con la que se mide la popularidad y la aceptación dentro de un grupo que ya no se reduce a amigos y conocidos sino que ha diluido sus fronteras digitales a desconocidos con los que interactuamos en internet. La creencia de que cuanto más likes, más popularidad, además de simplista, es uno de los muchos mitos que rodean a las redes sociales -llámeles me gusta, retuits, followers o favoritos-, tal y como recuerda la iniciativa Por un uso Love de la Tecnología, con la que Orange quiere sensibilizar a menores y adultos de la importancia de un uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías y evitar malos usos y abusos como los que provoca este mundo centrado en el like.

En realidad, los me gusta se han erigido como una moneda de cambio (tú me das un like a mí y yo te lo doy a ti de vuelta, o lo que se llama el followxfollow) y una forma fácil e instantánea de generar un refuerzo positivo. ¿El problema? Se puede convertir en una adicción y llegar a pensar que si una foto no triunfa, no somos aceptados. Algo que en los adolescentes puede provocar problemas de autoestima e identidad. Además, puede impulsar a los chavales a hacer de todo por conseguir esos ansiados me gusta, desde forzar actitudes comprometidas o que impliquen riesgos para tener la mejor instantánea hasta cambiar sus gustos y personalidad para encajar en los cánones de lo que triunfa en estas redes sociales.

La fina real que separa el mundo virtual del real también puede llegar a diluirse. La sobreexposición a este mundo de likes puede llevar a los jóvenes a pensar que la vida es igual de inmediata. Por eso, es fundamental que aprendan a hacer planes a medio y largo plazo para que aprendan a hacer cosas sin tener un resultado inmediato. Además, es importante trabajar la autoestima de nuestros hijos y que tengan distintos grupos de amigos para que experimenten diferentes formas de pensar y relacionarse. Como siempre, la comunicación es la clave y, si ellos te dan permiso, supervisa el tipo de fotografías que suben a sus redes sociales para asegurarte de que no son demasiado atrevidas ni arriesgadas.

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Contenido de Content Factory para LOVE ORANGE. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.