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'The Room', maternidad y horror doméstico

Lo interesante de esta propuesta es la voz que está detrás del proyecto, el cineasta galo Christian Volckman,

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Jueves, 1 de octubre 2020

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'La habitación (The Room)', no confundir con la casposa oda al humor audiovisual involuntario que corre por la red, y menos con la experiencia traumática de la oscarizada Brie Larson, la hemos visto muchas veces. Es inevitable no imaginar por dónde va a abrirse camino la historia desde el primer minuto. Terror doméstico, de pareja e hijo malévolo, corriente en auge. Nos asustan las generaciones venideras. O eso parece, aunque, visto lo visto, debería de ser al revés. Lo interesante de esta propuesta, vista hace un año en el festival de Sitges, cuya nueva edición está a la vuelta de al esquina, es la voz que está detrás del proyecto, el cineasta galo Christian Volckman, autor de una interesante película de animación, 'Renacimiento (Renaissance)', cine negro de ciencia-ficción con un empaque visual rompedor en el París de 2054. La segunda película en su filmografía transita por caminos trillados, pero aporta algunos momentos con cierto toque personal que puede degustar una audiencia amplia de miras. Hay dobles lecturas en este cuento oscuro que porta algunos hallazgos visuales con guiños a Tarkovski incluidos. La prolífica Olga Kurylenko, cuya trayectoria abraza todo tipo de géneros, encarna a la mujer protagonista, una abogada cansada de su faceta profesional que pretende cambiar de aires mudándose al campo con su pareja desde la gran ciudad. Él, interpretado por Kevin Janssens, visto en la serie 'Operación éxtasis', es un dibujante de cómics con poco que hacer, salvo estar pendiente de su pareja, obsesionada con la maternidad. Aislados del resto del mundo en su nueva vivienda, descubren la existencia de una misteriosa habitación oculta que les da un número ilimitado de deseos materiales. Todo aquello que quieren, aparece en la casa para su gozo y disfrute. Como cabe esperar, las ilusiones pueden convertirse en pesadillas. No es de recibo abusar de la gallina de los huevos de oro. La avaricia rompe el saco. La búsqueda del equilibrio emocional en una existencia plena puede producir monstruos.

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