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Pablo Maqueda, durante el rodaje de 'Dear Werner'.
Pablo Maqueda: «Estoy cansado del culto al yo y quería eliminarme de la ecuación como director»

Pablo Maqueda: «Estoy cansado del culto al yo y quería eliminarme de la ecuación como director»

Entrevista ·

Estrena 'Dear Werner', una carta de amor a Herzog, en la que sigue la ruta que hizo el cineasta alemán en honor a la crítica de cine Lotte Evans

María Estévez

Los Ángeles

Miércoles, 18 de noviembre 2020

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Cuando los cines luchan por sobrevivir a la pandemia, se estrena en las salas españolas una película dedicada al sentimiento de frustración. 'Dear Werner' es la carta de amor del director Pablo Maqueda (Madrid, 1985) al admirado realizador alemán Werner Herzog que escribió para escapar del miedo al fracaso en un momento de dudas. Una cinta narrada en colaboración con Herzog, donde el espectador descubre los parajes que recorrió el realizador alemán cuando, en los setenta, anduvo de Múnich a París en honor a la crítica de cine alemana Lotte Evans. Un acto de fe que se convierte en poesía visual en manos de Maqueda, un retrato íntimo de las emociones en parajes imposibles, un viaje por pueblos helados donde la soledad se engrandece como motivo de creación. Dear Werner incluye fragmentos del libro Del Caminar sobre Hielo escrito por el alemán que el mismo Herzog narra en exclusiva para Maqueda.

-Este filme es una cápsula en el tiempo. Retrata el viaje que Werner Herzog hizo de Múnich a París caminando y sobre el que escribió un libro.

-Esta película es muy importante para mí porque es una manera de mostrarme ante la cámara como nunca lo había hecho. Compartir con los espectadores el proceso creativo de los pesares en el camino de un cineasta ha sido mi motivación. Siempre se habla del cine en clave de éxito, de premios, de triunfos, de alfombras rojas… me pareció inspirador para las nuevas generaciones hablarles de tú a tú. Decirles que sí, que es difícil ser cineasta y que cuesta mucho sacar un proyecto adelante, pero también es reconfortante y da igual ir el primero o el último, lo importante es seguir caminando. Me parecía interesante bajar ese discurso a la tierra y mostrar a alguien que le cuesta salir adelante, que camina y no sabe hacia dónde. La metáfora que plantea el libro de Werner, esa soledad del creador bajo el frío, tiritando en parajes nevados, con niebla, es una metáfora visual muy potente que siempre he asociado al camino de la creación. Me parecía que esta película era la manera más adecuada de mostrarme ante los espectadores; diciendo que tengo 30 años y sigo buscando mi voz como cineasta.

-¿Por qué es tan importante para usted la figura de Werner?

-Herzog ha sido siempre un referente para mí por ese espíritu de conquista que tiene como creador, intentando llegar al último confín de la tierra para grabarlo, para filmar lo no filmado. Su figura es un espejo donde mirarme, alguien que inspira y motiva. Cuando descubrí el libro, la historia me atrapó por completo. La idea de caminar para salvar a otra persona por un acto de fe; me pareció un acto muy bonito para reivindicar en estos tiempos en los que hablamos solamente de nosotros mismos. Estoy cansado del culto al yo y me parecía muy interesante eliminarme de la ecuación como director y hablar de otras personas; de cineastas a los que admiramos que caminan a nuestro lado. En la película se habla también de todos aquellos que nos acompañan y nos ayudan a sacar proyectos adelante, los productores, nuestra familia, nuestra pareja. Si un proyecto sale adelante, no es por el talento de su creador, es también por la gente que está a tu lado y comparte el talento.

-¿Qué ha aprendido de Herzog?

-Herzog me ha enseñado la economía de medios antes de enfrentar cualquier rodaje. Siempre que intento enfrentarme como director a una imagen o a un actor pienso en él, en su cine, en sus documentales que con muy poco cuentan con imágenes super poderosas; en 'La cueva de los sueños olvidados' ilumina con linternas, en 'Encuentros en el fin del mundo' seguir a un pingüino en la lejanía crea una odisea mística; tiene casi 80 años pero se sube al volcán más peligroso del mundo en 'To the Inferno'. Nos ha demostrado que no necesitas más que un técnico de sonido y un operador de cámara para conseguir una imagen poderosa. Por eso en este documental era importante seguir sus huellas. Por eso me adentré mucho en el libro, para ver qué pueblos necesitaban mi atención en cámara y mostrar ese espíritu de búsqueda, de encontrar la magia al azar. Por ejemplo; caminando por la Selva Negra, me encontré una cascada de más de treinta metros. Ese momento, que ha sido un epifanía herzogiana, marcó determinadas escenas del rodaje.

Dos fotogramas de la película y un retrato de Pablo Maqueda. R. C. | Daniel Mayrit
Imagen principal - Dos fotogramas de la película y un retrato de Pablo Maqueda.
Imagen secundaria 1 - Dos fotogramas de la película y un retrato de Pablo Maqueda.
Imagen secundaria 2 - Dos fotogramas de la película y un retrato de Pablo Maqueda.

-¿Le da miedo improvisar?

-El cine es un arte que requiere mucho control, sobre todo por el dinero que está invertido. En este caso, éramos un cineasta y dos cámaras caminando bajo el frío. Esa libertad, a la que me pude entregar, sirvió para que me diera cuenta que lo único que me interesaba era la luz. El amanecer y el atardecer marcaban mi día a día.

-¿Cómo planificó la película?

-En mi caso, era muy importante darle al proyecto la relajación y el sosiego que requería. No tenía que ir caminando rápido para llegar a un punto. La Selva Negra me llamó tanto la atención que acaparó gran parte de mi mirada. Ha sido un proceso muy bonito desde lo personal porque me ha hecho perder muchos miedos; el miedo a lo físico, caminando más de setenta kilómetros cada día, el miedo a lo desconocido, a la oscuridad.

-¿Ha sido un rodaje guerrillero?

-Sí, pero con limitaciones. Herzog allanaba moradas, se colaba en casas, ese no ha sido mi caso. Yo tenía que velar por mi equipo. Los años 70 eran los 70 y ahora han cambiado mucho las cosas, las costumbres. La película es un viaje en el tiempo porque no siempre se ve en qué año vivimos, aunque a veces, pongo la cámara e intento que se note vagamente que está rodada hace dos meses.

-¿De dónde a dónde nos lleva?

-Desde Múnich a París. Arrancó en Munich y finalizó en la casa de Lotte Evans. Voy poniendo mi mirada en lugares que me llamaron la atención, en homenajes al cine de Herzog; la Selva Negra, determinadas zonas más frías dedicadas a sus documentales, las zonas volcánicas de Alemania. Era importante que el propio Herzog, quien pudo ver la película y participar de la producción, sintiera que su figura no era un mero leitmotiv para arrancar esta historia, él era el protagonista de todo.

-¿Cómo se involucró Herzog en esta cinta?

-Le llamé, le escribí, le mandé un pequeño teaser y me contestó que era muy cauto con estas cosas porque hay mucha gente acercándose a él, que le diera tiempo para reflexionar. Luego, entendió que este filme era una carta de amor a su figura y a su cine y fue muy generoso con todos nosotros. él narra la película en inglés y narra fragmentos del libro. Era importante que el inglés fuera el idioma porque todos sus documentales están locutados con su duro inglés.

-¿Por qué ahora este homenaje?

-Ahora que está tan presente en las nuevas generaciones gracias a 'The Mandalorian', la serie de 'Star Wars', me pareció importante rendirle tributo para que los nuevos espectadores descubran todo su cine.

Maqueda señala una fotografía en la que se ve al cineasta Werner Herzog, durante el rodaje de 'Nosferatu'.
Maqueda señala una fotografía en la que se ve al cineasta Werner Herzog, durante el rodaje de 'Nosferatu'. R. C.

-¿Investigó la figura de Lotte, la periodista de cine por quien Herzog hace el viaje?

-Sí. Para mí era importante entender por qué alguien camina tantos kilómetros por otra persona. Lotte era fundamental para Werner por la defensa casi romántica que hizo de su generación de cineastas; Win Wenders, Herzog.. actores como Bruno Ganz, todos dependiendo de ella como una mentora, como un referente. Lotte escribió sobre ellos, sobre su cine, escribió un libro muy importante sobre el expresionismo alemán; 'La pantalla demoníaca'. Era una figura referencial, hablamos de una mujer que estuvo en los campos de concentración nazi, que tuvo que salir de Alemania con un visado falso para custodiar largometrajes, guardando latas de negativos con sus manos para que los nazis no las quemaran. A día de hoy, podemos ver 'El gran dictador', de Chaplin, o 'El ángel azul', con Marlene Dietrich, porque ella las custodió. Ella también tiene un documental. Por eso la figura de Herzog en el documental se va diluyendo sobre la figura de Lotte, y a su vez, también es una manera de hablar de lo concreto a lo general. Del cineasta a la historia del cine.

-¿Cuál es su próximo proyecto?

-Mi siguiente película se titula 'La desconocida', un thriller con vocación de gran público interpretada por Manuel Solo, Eva Llorachs, Laya Manzanares. Estoy contento, quiero alternar un cine más grande con un cine íntimo.

-¿Qué ha aprendido rodando este filme?

-Yo entré en este peregrinar porque estaba hundido, la financiación de mi siguiente largometraje no salía, tuve que inspirarme y automotivarme. Siempre que intento inspirarme recuerdo la figura de Herzog y este libro; la idea de él caminando bajo el frío me motiva, es una imagen que me lleva al pasado y me veo yo, caminando con él. Gracias a esta película, yo también he sufrido un arco de transformación. He aprendido que cuanto más auténtico seas, más real es el sentimiento que provocas.

-¿Se siente más seguro como director que como guionista?

-Sí. El guión para mí es un reto. De hecho, siempre intento escribir con más gente. A día de hoy, un director necesita saber conjugar ambos lenguajes, el visual y el escrito.

-¿Le afecto mucho la pandemia para rodar el filme?

-De lleno, nos afectó de lleno. Tenía planeado encontrarme con Werner Herzog, quien había aceptado salir conmigo en la película, e íbamos a rodar en Inglaterra, pero cinco días antes tuvimos que cancelar porque llegó el confinamiento. La he montado en pleno confinamiento y los brutos de la película me han llevado a viajar de nuevo.

Vídeo. El tráiler de 'Dear Werner'.

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