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Un fotograma de 'La odisea de los Giles'.
'La odisea de los Giles', una oda a los perdedores

'La odisea de los Giles', una oda a los perdedores

Crítica del Festival de San Sebastián ·

Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín, Verónica Llinás, Daniel Aráoz, Carlos Belloso y Rita Cortese protagonizan la nueva película de Borensztein

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Martes, 24 de septiembre 2019

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Sebastián Borensztein (Buenos Aires, 1963) fue el director de la notable 'Un cuento chino'. Ahora ha traído al Festival de San Sebastián su último trabajo, presentado en sección oficial pero fuera de competición, 'La odisea de los Giles'. Conviene aclarar que en Argentina, el término 'gil' se refiere a una persona buena, ingenua y a la vez un poco incauta, como el grupo de vecinos de un pueblo de Buenos Aires que se muestra en el filme, quienes deciden depositar todos sus ahorros en un banco para crear una cooperativa agrícola que, según creen, cambiará su destino. Pero son los tiempos de El Corralito, y caen víctimas de una estafa, perdiendo todo su dinero. Liderados por Perlassi, leyenda futbolística local, estos ocho giles, perdedores natos, deciden que esta vez tomarán la justicia por su mano en una noche que será la más legendaria de sus vidas. Frente a este solidario equipo de perdedores está el estafador desconfiado, un ganador solitario atemorizado por el temor creciente a perder lo único que le importa en la vida, el dinero que ha robado. La película es la adaptación de una novela de Eduardo Sacheri ('La noche en la usina'), mucho mejor que la película, coproducción entre Argentina y España que protagonizan Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín, Verónica Llinás, Daniel Aráoz, Carlos Belloso y Rita Cortese.

La película presenta varios problemas. El principal es qua tarde en arrancar y durante la primera mitad se hace tediosa. Como en otras novelas de Sacheri ('El secreto de sus ojos', llevada a la pantalla por Juan José Campanella con enorme éxito), aquí también se busca introducir toques de humor en la narración, elementos que en la pantalla no acaban de funcionar y apenas sorprende. Lo más interesante está en los actores, con un gran Ricardo Darín a la cabeza, muy bien acompañado de su hijo 'Chino', pese a que todos los personajes resultan maniqueos. De un director como Borensztein cabía esperar bastante más.

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