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Adam Driver y Marion Cotillard en 'Annette'.

Leos Carax fascina con 'Annette'

El cineasta francés fue el mejor director en Cannes con una hipnótica ópera rock sobre la masculinidad tóxica y el carácter autodestructivo del artista

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Miércoles, 18 de agosto 2021

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Afirma Leos Carax (Suresnes, 1960) que ver la misma historia una y otra vez de la misma manera, como ocurre en las plataformas, es una derrota de todos. 'Annette', la película con la que el autor de 'Los amantes del Pont-Neuf' inauguró Cannes y ganó la Palma de Oro a la mejor dirección, cuenta una historia que hemos visto muchas veces, la de la descomposición de una pareja. Pero nunca de este modo. Adam Driver, que hace no mucho asistía a otro desmoronamiento conyugal en 'Historia de un matrimonio', y Marion Cotillard protagonizan la primera cinta en inglés rodada en EEUU de un cineasta de culto, con apenas seis largometrajes en 40 años de carrera.

Aviso a navegantes: 'Annette' es un musical canónico, en el que los personajes rompen a cantar para expresar sus sentimientos. ¿Pero cuándo se ha visto que lo hagan en mitad de un cunnilingus? Una voz en off al inicio de la cinta nos ruega que no respiremos durante todo el metraje, que si bostezamos «o nos tiramos un pedo» lo hagamos «mentalmente». El propio director de la cinta se sitúa a los mandos de la mesa de un estudio de grabación para dar el paso a los veteranos Sparks, el grupo de rock estadounidense de los hermanos Russell y Ron Mael, con 40 años de carrera y 25 álbumes a sus espaldas, que firman las canciones de la banda sonora. Director, actores y músicos emprenden un desfile al estilo del de los interludios callejeros de 'Holy Motors' para anunciarnos cantando que vamos a ver «un cuento de canciones y furor sin tabúes».

Vídeo. Tráiler de 'Annete'.

Conoceremos a los dos protagonistas: un exitoso cómico de esos que incomodan al personal (Adam Driver da las gracias en los créditos a Chris Rock y Bill Burr) y una prestigiosa cantante de ópera en el cénit de su carrera (Marion Cotillard). «Hacer reír es mi única forma de decir la verdad sin matar a la gente», presume en su monólogo titulado 'El simio de dios' este humorista provocador e intenso, que antes de salir a escena calienta en el camerino como un boxeador y se interroga ante el espejo como Jake LaMotta en 'Toro salvaje'. Los dos personajes se alimentan a diario de aplausos, pero el inmenso ego de él va unido a una tremenda inseguridad. El público que te quiere un día te puede odiar al siguiente. Su obsesión por el éxito es tan dañina como el carácter posesivo con el que cree amar.

Por su parte, la cantante que encarna Marion Cotillard parece haberse especializado en morirse en el escenario en cada función. Ambos viven el frenesí del enamoramiento, perseguidos por los paparazzi y con los medios sensacionalistas siguiendo todos sus movimientos. La llegada al mundo de un bebé, la pequeña Annette, precipitará los acontecimientos y hará realidad ese fatalismo que se respira desde el principio de la historia. Todo el tiempo intuimos que algo malo va a pasar. Annette «no es de este mundo», como aseguran los médicos que atienden un divertido parto. Revelar el aspecto de la niña, un títere zarandeado por el padre, arruinaría la magia de esta película bonita y triste, como tienen que ser las películas.

'Pinocho' y 'La bella y la bestia'

Carax cambia su París propicio a las ensoñaciones, del Pont-Neuf a los almacenes La Samaritaine, por el Downtown de Los Ángeles, el de los cines y teatros con marquesinas luminosas y el Walt Disney Concert Hall de Gehry. El protagonista recorre las carreteras a lomos de una potente motocicleta como expresión de una masculinidad que hoy sabemos calificar de tóxica. Carax hasta introduce el Me Too en su retrato de un artista autodestructivo, que no sabe amar ni ser padre.

Marion Cotillard en 'Annette'.
Marion Cotillard en 'Annette'.

No es gratuito que el personaje de Cotillard sea cantante de ópera. A lo largo de las dos horas y veinte de 'Annette' los mitos y los cuentos de hadas están muy presentes, de 'Pinocho' a 'La bella y la bestia'. El resultado es una hipnótica ópera rock, que confronta dos maneras antitéticas de entender el arte: la del que quiere salvar a su público y la del que pretende destruirlo. Carax trufa de referencias un cuento romántico pero no sensiblero –de 'El mago de Oz' a 'El fantasma del Paraíso'– y contempla el mundo del espectáculo con una mirada ácida y fáustica. 'Annette' está dedicada a Nastya, la hija que el director tuvo con la actriz Yekaterina Golubeva (que se suicidó en 2011) y que aparece junto a su padre en el prólogo y el epílogo.

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