Borrar
Eduard Fernández y su hija Greta, protagonistas de 'La hija del ladrón', última película española a concurso en el Zinemaldia. Europa Press
Eduard Fernández: «Greta me ha confesado que lo pasó mal por mis ausencias»

«Greta me ha confesado que lo pasó mal por mis ausencias»

Eduard Fernández trabaja por primera vez junto a su hija en 'La hija del ladrón', un durísimo retrato de la España de la precariedad que convierte en favorita a la actriz para la Concha de Plata

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Miércoles, 25 de septiembre 2019

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Eduard Fernández, 55 años y dos Goyas, jura que no suele bucear en el Instagram de su hija Greta, de 24, que con más de cien mil seguidores es una solicitada influencer. Su madre es la escritora Esmeralda Berbel, que en la autobiográfica 'Irse' noveló su ruptura matrimonial tras 25 años de relación. 'La hija del ladrón', última película española a concurso en San Sebastián, une por primera vez a padre e hija en un áspero y amargo drama que supone el debut en el largo de la jovencísima Belén Funes. Su protagonista es una chica del extrarradio de Barcelona que cría sola a su bebé y trata de apartarse de un padre recién salido de la cárcel.

Greta Fernández, clara candidata a la Concha de Plata a mejor actriz, da vida a esta heroína que vive en un piso de acogida, se mata a trabajar y no recibe cariño de nadie en ningún momento. La directora no muestra el motivo del rencor que mantiene hacia un padre tarambana, aunque intuimos que en el pasado hubo golpes, alcohol y delito. 'La hija del ladrón', radiografía de una España de la precariedad donde se pasa hambre, es una espléndida ópera prima, aunque también suena a película ya vista, a drama urbano asfixiante con la cámara pegada a su protagonista, escasos diálogos y fatalismo heredados de la 'Rosetta' de los hermanos Dardenne.

-¿Es más complicado dar vida a Millán-Astray en 'Mientras dure la guerra' o a un padre ausente y violento?

-Eduard: Los dos son muy lejanos a mí gracias a Dios. Uno es muy espectacular, histriónico y difícil por eso mismo. Y el otro es un padre que no saber quererse ni amar, un desastre sin nada espectacular. Es un papel claramente de soporte, que dicen los americanos, de acompañar a Greta y Belén, que era meritoria en '3 días con la familia'. Por tanto les he visto crecer a las dos.

-¿Cómo se hace para odiar a un padre?

-Greta: No fue difícil. Las escenas que tengo con él son desagradables. Ella intenta acercarse y solo recibe portazos, solo tenía que reaccionar a su actitud.

-Eduard: Habíamos hablado mucho, no sabía qué nos iba a pasar como padre e hija. Teníamos miedo de que afectara a nuestra relación, pero no pasó nada. De hecho, nos parece que pasó tan poco que teníamos que haber intentado algo más, no sé, un llanto, una hostia. Trabajamos de una manera muy natural.

-Siendo actor se está obligado a ser un padre ausente.

-Eduard: Sí. Me acuerdo una vez que llegué en tren a Sants y vinieron a buscarme Greta y su madre, Esmeralda. El tren paró, Greta me vio en la ventanilla desde los brazos de su madre y se puso a llorar porque pensaba que me iba. Años después me ha confesado que lo pasó mal, porque he estado fuera mucho tiempo. Es la parte negativa y dura de la profesión, preguntarte qué coño haces en Logroño…

-¿Cuál es su primer recuerdo de su padre como actor?

-Greta: Me acuerdo de… ¿Cómo se llama esa peli en la que te cortaban el brazo?

-Eduard: ¿Que me cortaban el brazo? Si simplemente lo llevaba escayolado. 'El portero'. Mira qué recuerdo tiene..

-Greta: Bueno, yo la vi en el cine con mi abuela y mis primas. Y me asusté porque pensaba que le habían serrado el brazo. Así que le llamé por teléfono.

-Eduard: Ni me cortaban el brazo ni me llamaste… Pensé que era una película que Greta la podía ver. Yo creo que, por desgracia, la figura ausente siempre suele ser el padre. Las madres están nueve meses entrenando. Cuando nació Greta, yo sentí no haber hecho ese entrenamiento, haberla sentido dentro del cuerpo. Cuando la cogí en brazos al nacer no sentí nada, era tan extraño y me sentía tan ajeno… Si me preguntan qué me gustaría ser en otra vida siempre respondo que madre embarazada. A ver qué es eso de que te nazca una criatura dentro.

-¿Conocen esa España de trabajos precarios y supervivencia diaria que muestra la película?

-Eduard: Sí. Refleja muy bien una Barcelona y una clase muy poco contada, de metro, de bus, que seguramente es la más común. Y lo hace con honestidad, se ve de forma natural, algo que es muy difícil.

-Greta: ¿Te hablo de mi familia? Conozco gente con este tipo de trabajos y de vida. Lo que no conozco es a nadie que viva en pisos de acogida y que no haya tenido padre ni madre.

-Eduard: Todos tenemos gente cercana a la que le pasa eso. Y así seguirá siendo, porque es de difícil solución.

Eduard Fernández y su hija Greta en 'La hija de un ladrón'.
Eduard Fernández y su hija Greta en 'La hija de un ladrón'.

-¿Hablan de política entre ustedes?

-Eduard: Sí. Coincidimos bastante, gracias a dios. También con el novio de Greta, que está muy interesado en la política, lo cual me alegra. Otra cosa es significarse políticamente. El actor es como una esponja. Yo no puedo juzgar a mis personajes, y acabo de hacer de Millán-Astray. Porque si lo juzgo, no lo hago, por eso no hago de pederasta, no quiero entrar ahí. Yo creo que es bueno tener una significación relativa, como decía Bigas Luna, hay actores y hay estrellas. Son dos oficios distintos. Yo soy actor claramente, no soy demasiado famoso. Eso permite que la gente vaya al cine y vea al personaje, no al actor. Soy de izquierdas y puedo hablarte de muchas cosas, pero decirte a qué partido voto forma parte de lo anecdótico.

-¿Y ya que ha sido Millán-Astray, qué piensa de la inminente exhumación de Franco?

-Eduard: Me parece que es algo que está muy bien hacerlo y hay que aceptarlo con naturalidad. Tiene mucha lógica, sin más. Celebrarlo mucho parecería que estás señalando al enemigo. Dejémonos de chulerías y de alardear, intentemos no hablar de las dos Españas.

-¿Cuál es el mejor consejo profesional que le ha dado su padre?

-Greta: Me ha dado muchos y muy concretos. Me ha transmitido el relativizarlo todo un poco, hay cosas que salen bien y otras mal. Me ha enseñado a no frustrarme pero tampoco a poner los logros en un lugar que no les corresponden.

«Hablamos bastante de política y coincidimos, gracias a dios»

eduard fernández

«Con cuarenta años y con hijos a lo mejor tengo que aceptar cosas que no me apetezcan»

greta fernández

-¿Qué piensa del poderío de su hija en las redes sociales, de las fotografías que cuelga en Instagram?

-Eduard: Las redes las veo poco, no tengo. Enséñame más cosas, Greta.

-Greta: Vale.

-Eduard: Sé que tiene mucho poderío. Siempre tengo cierta prevención, hago el rol de papá, pero yo no echo en falta estar en las redes sociales. No vivo la parte negativa y la positiva todavía no sé cuál es. Confío mucho en mi hija, es muy inteligente y tiene mucho sentido común. Es muy madura y tiene una inteligencia humanística muy grande.

-¿Qué películas escogerá a partir de ahora?

-Greta: Estoy en un momento en el que no puedo decir que no a muchas cosas, sinceramente. No tengo cuatro guiones encima de la mesa, ojalá. Todo lo que me ha ido llegando ha tenido mucho sentido con lo que yo hago. También creo que al empezar puedes permitirte elegir, porque con cuarenta años y con hijos a lo mejor tendré que aceptar cosas que no me apetezcan. Solo pido películas bien escritas.

-Eduard: Sí. A veces dicen 'hay que ver esa película porque habla de nuestra historia'… No, hay que verla si es buena. Si no, te compras un libro sobre el tema.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios