Nuevo golpe al narcotráfico con casi mil kilos de cocaína intervenidos en Vélez-Málaga

La intervención, según ha podido saber SUR, tuvo lugar a principios de mes en una nave situada en el término municipal de Vélez-Málaga. Las investigaciones de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco)-Costa del Sol desvelaron que en el almacén podía ocultarse una importante partida de cocaína.

Los agentes diseñaron un operativo para tomar por sorpresa la nave, propiedad de una empresa hortofrutícola de la Axarquía, con el fin de registrarla para confirmar si, como sospechaban, había droga en su interior. Tras inspeccionar las instalaciones, descubrieron, ocultos entre aguacates, los casi 1.000 kilos de cocaína.

En la operación, los investigadores de la Udyco-Costa del Sol arrestaron a cuatro hombres por su presunta implicación en el alijo. Se trata de dos ciudadanos españoles, uno marroquí y el último, de nacionalidad rumana. Todos ellos fueron puestos a disposición judicial, que los envió directamente a prisión.

A raíz de la intervención, los agentes constataron que la mercancía había entrado en España escondida en un contenedor a través del puerto de Algeciras, procedente de un país latinoamericano, y posteriormente viajó por carretera hasta el almacén de la empresa hortofrutícola.

El alijo de cocaína interceptado en Vélez supone, por el volumen de droga incautada, el segundo mayor golpe al tráfico de esta sustancia en la provincia y uno de los mayores en lo que va de año en España. El valor de esta partida ronda los 60 millones de euros, aunque una vez cortada y mezclada con otras sustancias, podría haber alcanzado un valor de mercado superior a los 160 millones.

La intervención se produjo apenas un mes después de que la Policía Nacional y la Guardia Civil culminasen en la provincia otra operación, bautizada con el nombre de 'Bananero', que terminó con una cifra récord: 6.300 kilos de cocaína. La droga fue localizada en un almacén situado en el polígono industrial Santa Teresa, en Málaga capital, el pasado 24 de octubre.

El alijo, en aquella ocasión, estaba camuflada entre un cargamento de plátanos escondido en una vieja nave dividida en dos estancias, separadas a su vez por una puerta; una de ellas la venía usando un hombre como almacén, mientras que la otra, después de varios años cerrada y sin actividad, había sido alquilada hacía aproximadamente una semana. En esa parte, que había sido arrendada por los detenidos en la operación, los agentes encontraron un camión frigorífico, furgonetas y un monovolumen Chrysler Voyager. Los 6.300 kilos de coca entraron por Portugal entre un cargamento de 70 contenedores de bananas. O lo que es lo mismo, una aguja en un pajar.

Los agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico vienen detectando de un tiempo a esta parte que las organizaciones tienen especial predilección por camuflar los alijos entre frutas, pescado o comida congelada. La explicación, tal y como publicó este periódico (ver edición del 2 de noviembre), es tan sencilla como lógica: «Porque no es tan fácil abrir los contenedores por razones de sanidad y cadena de frío. Piensa que, si te equivocas y se echa a perder la mercancía, corres el riesgo de que te pidan daños y perjuicios».