El embalse de La Viñuela afronta el otoño con casi 69 hectómetros cúbicos, al 41% de su capacidad, casi el triple que hace un año. E. CABEZAS

Científicos alertan de una «sequía estructural» en la Axarquía y abogan por una «reforma profunda» de la gestión del agua

Los investigadores de la UMA, Princeton en Estados Unidos y La Mayora apuestan porque la organización de los recursos hídricos «vaya más allá de las medidas tradicionales relacionadas con la oferta y la demanda»

Martes, 4 de noviembre 2025, 19:43

Las abundantes lluvias del pasado año hidrológico pusieron fin a casi un lustro de sequía extrema en la provincia, que ha tenido una especial incidencia en la Axarquía. ... Centenares de hectáreas de cultivos subtropicales, especialmente de aguacates y, en menor medida, de mangos, se han visto muy afectadas. Muchos agricultores han optado por renovar sus plantaciones ahora que ha vuelto a llover y las perspectivas son de nuevo halagüeñas para las explotaciones. En muchos casos se está apostando por el mango, más resistente a la escasez hídrica que el aguacate o por portainjertos más adaptados a la salinidad.

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El uso de las aguas regeneradas ha permitido compensar la drástica reducción de recursos hídricos en la zona procedentes del embalse de La Viñuela, que llegó a estar interrumpido desde el 1 de octubre de 2022 hasta el verano de 2024, cuando se otorgaron tres hectómetros para riegos de emergencia. Para esta pasada temporada estival la situación fue completamente diferente y se planificaron 12,8 hectómetros cúbicos para la zona regable del Plan Guaro, lo que supone unos 2.000 metros cúbicos por hectárea.

Esta cantidad no se llegó a agotar en la mayoría de las alrededor de sesenta comunidad de regantes, y para nuevo año hidrológico se ha fijado la misma para los doce meses. Esto ha generado quejas de los agricultores, que han pedido a la Junta de Andalucía poder usa los recursos no utilizados. Sin embargo la Administración regional no lo ha aceptado, alegando razones técnicas y jurídicas.

Se ha recopilado y analizado información de factores humanos y naturales, tanto espaciales como temporales

Sea como fuere, ante este difícil panorama, el uso eficiente de los recursos hídricos se ha convertido en uno de los grandes desafíos para las administraciones públicas y los agricultores. Desde el ámbito científico también se ha analizado lo ocurrido en los últimos años en la comarca oriental malagueña, la principal zona productora de tropicales del sur de Europa. Así, un equipo científico formado por investigadores del Departamento de Geología y Ecología la Universidad de Málaga, la Universidad de Princeton (USA) y del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea (IHSM) 'La Mayora' ha llevado a cabo un análisis multidimensional de los recursos hídricos existentes en la comarca axárquica, en el que alertan de una «sequía estructural» y abogan por una «reforma profunda» de la gestión del agua.

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En concreto, para la realización de este estudio, que se enmarca en una colaboración entre la UMA y la Princeton University, se ha recopilado y analizado información de factores humanos y naturales, tanto espaciales como temporales, desde una perspectiva multidisciplinar: datos climáticos, hidrológicos (aguas embalsadas), piezométricos (aguas subterráneas), de usos del suelo y relacionados con la gobernanza del territorio desde la década de los noventa hasta la actualidad, aunque centrándose en la «crisis hídrica extrema» que ha afectado a esta zona del sur de España entre 2019 y 2024. Los resultados de la investigación han sido recientemente publicados en la prestigiosa revista de la Academia Nacional de Ciencias de EEUU 'PNAS', han indicado en un comunicado.

Expansión de la agricultura de regadío

Así, se constata que esta situación ha sido causada por una confluencia de dinámicas a corto y largo plazo. Junto a una sequía meteorológica inusualmente severa que se prolongó durante varios años y afectó directamente a los niveles de los embalses y acuíferos, los científicos identifican la expansión de la agricultura de regadío, que ha aumentado de forma constante la demanda para el riego durante las últimas dos décadas, así como «una falta de control institucional» como dos de los factores clave desencadenantes de esta crisis hídrica «insostenible».

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«La gestión actual de los recursos hídricos, especialmente de los subterráneos, presenta importantes deficiencias, entre ellas, la gran incertidumbre que rodea al uso y su disponibilidad real, la falta de medición de su extracción, la sobreasignación de permisos y, probablemente, una cantidad significativa de extracción irregular, sobre todo del agua subterránea», ha señalado como otras causas el profesor de la Facultad de Ciencias de la UMA, Pablo Jiménez Gavilán, uno de los autores de este trabajo.

«La gestión actual de los recursos hídricos, especialmente de los subterráneos, presenta importantes deficiencias»

Pablo Jiménez

Coautor del estudio y profesor de la Facultad de Ciencias de la UMA

Al respecto, este investigador de la UMA encabeza el proyecto denominado 'Transfeconhidro' que, entre otre otros objetivos, pretende avanzar hacia una mejor planificación, gestión y gobernanza de las aguas subterráneas del territorio andaluz. Los científicos han confirmado la existencia de una «sequía estructural» en el área estudiada, al evidenciar un claro desequilibrio a largo plazo entre la demanda hídrica y la disponibilidad de agua. «En el periodo analizado no se pudo usar agua embalsada para riego y, además, se produjeron restricciones significativas del agua urbana«, ha explicado la autora principal de este trabajo, la investigadora Victoria Junquera.

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Además, ha añadido que estos graves cortes, combinados con precipitaciones por debajo de la media, tuvieron un enorme impacto en la producción de fruta en 2022 y 2023, con pérdidas de cosecha del 80 por ciento para el mango y del 50 por ciento para el aguacate, en comparación con el año anterior, además de una importante mortalidad de árboles. Esta situación, tal y como ha incidido la experta, que actualmente trabaja en la Universidad de Berna (Suiza), ha conllevado consecuencias a corto término en la economía local.

Controles más estrictos

Por ello, ante este escenario, los investigadores de la UMA y del IHSM 'La Mayora' proponen, junto a una planificación integrada del territorio y del agua a escala de cuenca, que la gestión de los recursos hídricos «vaya más allá de las medidas tradicionales relacionadas con la oferta (aumentar la disponibilidad de agua) y la demanda (aumentar la eficiencia)». En este sentido, sugieren imponer controles más estrictos a la demanda, por ejemplo, mediante la imposición de límites a la superficie de regadío, y realizar una evaluación más precisa de la disponibilidad de agua y de su uso, a partir de mediciones en tiempo real en todos los puntos de extracción.

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De igual modo, también abogan por asignar permisos flexibles ajustados, siempre en función de los recursos hídricos disponibles, sobre todo los subterráneos, y, finalmente, mecanismos más efectivos por partes de las administraciones para la inspección y el control. «La combinación de estas medidas reduciría la probabilidad de crisis futuras en condiciones de sequía meteorológica», han concluido.

Este estudio, en el que también han participado los investigadores Iñaki Vadillo (UMA), Jose I. Hormaza (CSIC) y Daniel I. Rubenstein y Simon A. Levin (Universidad de Princeton), muestra «cómo los efectos climáticos extremos pueden desencadenar situaciones críticas a corto plazo si el sistema está ya al límite, reforzando la idea de que la adaptación al cambio climático no solo es cuestión de infraestructuras y tecnología, sino de gobernanza y regulación».

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