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Rosario Muñoz, con fotos.
«Llevo once años buscando a mi hijo desaparecido en Perú»

«Llevo once años buscando a mi hijo desaparecido en Perú»

Rosario Muñoz espera la confirmación de si unos restos hallados en octubre de 2013 junto al Machu Pichu corresponden a los de su hijo David Bueno

Eugenio Cabezas

Domingo, 8 de febrero 2015, 16:55

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La nerjeña Rosario Muñoz tiene 79 años y vive muy angustiada. Hace once años que no tiene noticias de su hijo David Bueno, desaparecido el 10 de agosto de 2004 en Ollantaytambo, cerca de las restos incas del Machu Picchu. Periodista 'freelance' y aventurero inquieto, David Bueno, que el próximo 10 de marzo cumpliría 41 años, se embarcó en un viaje por Sudamérica en noviembre de 2003, cuando llegó a la capital venezolana. Su pista se pierde en una pensión del pequeño pueblo andino, desde donde telefoneó a su madre por última vez hace ya más de una década.

En este tiempo, el caso apenas ha arrojado luz sobre el paradero de David Bueno, que empezó la carrera de Periodismo en la Universidad de Málaga y a comienzos de la pasada década trabajó en Dublín como traductor en un bufete de abogados. Sin embargo, a finales de octubre de 2013 Rosario recibió una llamada de la embajada española en Perú en la que le informaban del hallazgo de unos restos óseos de un hombre junto unas ropas muy deterioradas por el paso del tiempo, en un radio de dos metros.

Entre los restos había una billetera hermética de plástico transparente con tres tarjetas de crédito de bancos irlandeses y un recibo de Unibanca. Dos de esas tarjetas lucían en relieve la inscripción 'Mr. D. Bueno', inicial y apellido de David, mientras que el recibo estaba fechado nueve años antes, justo el tiempo que llevaba desaparecido hasta ese momento.

A pesar de los quince meses transcurridos desde este hallazgo y de que la familia ya remitió las muestras de sangre para cotejar el ADN, aún no saben con certeza si esos restos óseos corresponden con los de David Bueno. «Mis hijas llaman constantemente, pero desde la embajada lo único que nos dicen es que tenemos que tener mucha paciencia, que en Perú la burocracia va muy lenta», cuenta entre sollozos Muñoz.

«No puedo dormir desde que nos llamaron con esto, quiero poder descansar de una vez, y si de verdad son los restos de mi hijo, poder darle un entierro digno», añade la mujer. «Nos han dicho que viajar allí no serviría de nada, porque el caso está bajo investigación judicial y policial. Desde la embajada nos mantienen informados», añade la progenitora.

En estos casi once años que han transcurrido desde la desaparición del joven periodista, su madre y sus hermanas no han dejado de recordarlo y buscarlo constantemente, lanzando campañas a través de Internet y de las redes sociales. «Siempre llamaba, todas las semanas. Me decía, mamá, coge un mapa que te voy a decir dónde estoy», dice. Su casa es un verdadero santuario de recuerdos del periodista, que en el otoño de 2003 se embarcó en una aventura en solitario: recorrer Sudamérica de norte a sur, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, en Argentina.

En su localidad natal, Nerja, son muchos los amigos y familiares de David Bueno que siguen esperando noticias sobre el paradero del joven periodista que hace ahora casi once años viajaba por Perú, empujado por el espíritu inquieto de uno de sus grandes referentes periodísticos, Manu Leguineche, que falleció a comienzos del pasado año. Algunos de sus amigos quieren hacerle un homenaje a la familia una vez que concluya esta «pesadilla».

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