Recetas para hacer frente al futuro del sector agroalimentario

El informe, presentado en Sevilla esta semana por su autor, Enrique Manso, director de Strategy&, consultoría estratégica de PwC, y responsable del subsector agroalimentario de esta consultora, y el consejero de Agricultura, Rodrigo Sánchez Haro, ha despertado gran interés por cuanto aborda la situación de futuro de un sector estratégico de la economía andaluza, que genera más de 180.000 empleos directos y una facturación de más de 11.000 millones de euros en Andalucía, un 26,5% del total nacional. Ostenta además el liderazgo exportador, con el 22,9% de las exportaciones agroalimentarias nacionales. Andalucía es una de las regiones con mayor peso en agricultura. El valor de la producción agraria andaluza (12.400 millones de euros) sitúa a la Comunidad por delante de 15 rstados miembros (Hungría, Croacia, Rumanía, Austria, Bélgica, Portugal, Letonia, Chipre, Lituania, Suecia, Luxemburgo, Finlandia, Malta, Estonia y Eslovaquia).

El informe recomienda buscar nuevos mercados ante el estancamiento de los europeos, provocará un nuevo equilibrio global inclinado hacia la zona de Asia-Pacífico, acrecentará la tendencia de abandono y despoblación del campo y la brecha entre el mundo urbano y rural (80% del territorio andaluz y un 32% de su población), y creará un entorno más competitivo por la inversión en nuevas tecnologías y la profesionalización de su capital humano.

En este sentido, el consejero de Agricultura hizo ver que la orientacion de las políticas autonómicas están en línea, pues las exportaciones agroalimentarias andaluzas con destino al eje asiático han crecido desde 2008 a 2016 un 165 por ciento hasta alcanzar los 608 millones de euros, lo que supone «una gran palanca de desarrollo para la dimensión y la internacionalización de las empresas agroalimentarias andaluzas, que llevamos varios años apoyando y fomentando», dijo Sánchez Haro.

El informe insiste en la vieja idea de que las empresas agroalimentarias deben ganar tamaño, bien mediante operaciones de fusión o avanzando en el cooperativismo de segundo grado. «Sólo las empresas que cuenten con una dimensión suficiente y con una estructura sólida podrán competir y mantener su relevancia en el mercado», advierte el informe.

En la industria de transformación el informe defiende su crecimiento bien a través de operaciones de integración horizontal o de integración vertical de la cadena de suministro.

Este aumento del tamaño empresarial presenta, además, oportunidades para avanzar en el reto de mejora de la eficiencia interna en el ámbito productivo y de modernización de sus estructuras administrativas y de gobierno.

Otros retos importantes están ligados a la innovación de los productos y los procesos, para los cuales la adopción de nuevas tecnologías es imprescindible.

En la producción primaria, el informe apunta la gestión de la estacionalidad de las producciones y defensa de precios, la creación de alianzas con los minoristas, la desintermediación, el reconocimiento de calidad y la construcción de marca.

Según el estudio, en la transformación es necesario mayor control de proveedores y calidad de materias primas, eficiencia interna en el ámbito productivo, innovación de productos y procesos, profesionalización de la gestión y cambio generacional, así como la construcción de marca a través de compras selectivas.