Elías Bendodo: «No queremos ninguna nueva normalidad, queremos la Andalucía de antes»

En la forzosa convivencia con el virus hasta que haya una vacuna, Bendodo ha reivindicado la capacidad de «anticipación» de Andalucía como clave para reaccionar ante un posible rebrote sin tener que volver a paralizar la economía y confinar a la población. «Tenemos que estar preparados para un posible rebrote y Andalucía lo está», ha destacado que se ha creado la infraestructura sanitaria necesaria para ello. Junto a los hospitales públicos, se han levantado centros de campaña en Carranque, el Palacio de Congresos, Marbella, Fuengirola y en la Axarquía.

Por otra parte, el Hospital Civil ya dispone de un nuevo robot para realizar 2.400 pruebas PCR al día. El escudo sanitario se completa, según Bendodo, por los 8.000 enfermeros que se han designado para trazar la línea de contactos de una persona que ha dado positivo por covid-19. El rastreo es otra de las claves para evitar una nueva expansión del virus.

No obstante, el consejero de Presidencia se ha mostrado optimista sobre la futura evolución de la pandemia en Andalucía. «Somos la comunidad en la que menos incidencia tiene ahora mismo el coronavirus», ha detallado.

Sobre los planes para recuperar la economía andaluza, Bendodo ha explicado primero que el eje de intervención va a girar en torno a cinco puntos: el turismo, la construcción, las nuevas tecnologías, la agricultura y la internacionalización. «No hay que demonizar a ninguno de los sectores», ha precisado luego que la intención del Ejecutivo andaluz es la de que ninguno se quede atrás.

Una de las certezas que sí ofrece la región es que sin turismo no hay recuperación económica posible. Por ello, Bendodo ha pedido al Gobierno central que facilite la llegada de viajeros internacionales cuanto antes. La fecha marcada por Pedro Sánchez es el 1 de julio. «Estoy convencido de que, como en otras ocasiones, va a rectificar», ha vaticinado y ha insistido en que existe el riesgo de que Andalucía pierda competitividad frente a otros destinos europeos.

A la pregunta de cómo se puede evitar la importación de casos de coronavirus de otros países, el consejero de Presidencia ha señalado a que debe haber controles para medir la fiebre a todo viajero que llegue en los puertos y aeropuertos. «Lo ideal es que se le pueda hacer un test rápido a cualquiera que supere los 37,5 grados de temperatura», ha precisado.

Mitigar en la medida de lo posible la crisis económica también dependerá de la capacidad que tienen los gobiernos para estimular la economía con dinero público. En este sentido, el Gobierno ha presentado esta semana un plan de rescate para el turismo dotado de 2.500 millones de euros. Una cantidad, según Bendodo, insuficiente en relación al peso que tiene el sector en la economía española. «Sólo hay que mirar a Francia, que ha presentado el mismo plan, pero dotado con 18.500 millones», ha criticado.

Siguiendo la ideología tradicional de los partidos conservadores, estos siempre han sido más reacios a intervenir en la economía. Esta tendencia ha cambiado con el coronavirus. La necesidad de estímulos coyunturales a través de la inyección de dinero público no está cuestionada en estos momentos, y así también lo ha ratificado el propio Bendodo: «Liquidez para las empresas, sin ningún tipo de pudor. Si el ERTE se convierte en ERE y el ERE luego en un concurso de acreedores, no hay nada que hacer». A las empresas habría que quitarle presión para que puedan superar los próximos meses y recuperarse del shock que ha supuesto la paralización de la economía.

En este sentido, se mueve otro plan que ha anunciado Bendodo en el transcurso del foro. Dirigido, en este caso, al sector de la construcción. La Junta, ha asegurado, está movilizando en estos momentos 2.000 millones de euros para un nuevo plan de obra pública. Si todo sale según lo previsto, se podrá anunciar en las próximas semanas.

¿Las cuentas públicas se pueden estabilizar en este contexto de ingente gasto y menos ingresos? Bendodo ha admitido que la actual situación les obligará a «hilar muy fino en el trabajo para los próximos presupuestos», aunque también ha asegurado en varias ocasiones que la economía andaluza se va a resentir menos de lo esperado. En parte, porque el sector del turismo sí podrá contar con los meses álgidos de julio y agosto.

En el caso de que en algún momento haya que confrontar la salud a la economía, «siempre van a primar criterios sanitarios», ha zanjado Bendodo al respecto de las múltiples variables que engloban la gestión de la llamada desescalada, una vez que las competencias recaigan de lleno en el Gobierno andaluz. Como muy tarde, será a partir del 21 de junio, cuando finalice la vigencia del estado de alarma.

Otra de las rutinas trastocados por la crisis del coronavirus es la docencia. Bendodo ha descartado que el curso que viene se mantenga el actual modelo virtual y ha dado por hecho que las clases presenciales volverán en septiembre en todos los niveles educativos. La intención de la Junta es que esta vuelta a las aulas se coordine con el Ministerio de Sanidad y evitar así desigualdades entre las diferentes comunidades autónomas. «No queremos que haya 17 modelos de educación distintos», ha subrayado al respecto.

La crisis del coronavirus siempre se ha movido entre los polos de la crisis sanitaria y los acontecimientos políticos que se han ido desarrollando en paralelo. A veces, a una velocidad frenética. Uno de los más sonados ha sido la crisis desatada en la Guardia Civil por la destitución del coronel Pérez de los Cobos por marte del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Un cese que lleva la firma de la malagueña María Gámez, ahora directora general de la Guardia Civil a propuesta de Marlaska.

Al respecto, Bendodo ha insistido en que Marlaska debería dimitir de su cargo al considerar que «el ministro ha mentido en sede parlamentaria». Además, ha criticado al Gobierno por la «utilización política de la Guardia Civil». «Una línea roja que no ha cruzado nadie hasta ahora, y que es una característica de los regímenes bolivarianos», ha añadido. Sobre Gámez, no obstante, ha afirmado que sigue manteniendo «el mejor de lo conceptos», dando a entender que se ha visto en una situación sin otra alternativa.

Bendodo también ha abordado la actual situación política en el Ayuntamiento de Málaga. Desde la salida de Juan Cassá de Ciudadanos, el gobierno de coalición que preside Francisco de la Torre ya no cuenta con una mayoría garantizada en el Consistorio. Una situación de evidente inestabilidad política a la que el consejero y también presidente del PP de Málaga ha restado, sin embargo, gravedad.

En este sentido, ha admitido conversaciones telefónicas con el exedil naranja para analizar el nuevo escenario que deja su salida de Cs: «He hablado con Juan Cassá. Es una persona con sentido común y las ideas claras. Él sabe que Málaga va bien porque tiene estabilidad».