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JUAN MARÍN: Jugador de equipo

JUAN MARÍN: Jugador de equipo

El grupo por encima de los intereses individuales. Ese es un mantra para aquel que haya practicado deporte a cierto nivel. Como el gaditano Juan Marín, candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Junta de Andalucía. En el plano personal y profesional su vida está ligada a los negocios y a las pymes

PPLL

Jueves, 5 de marzo 2015, 18:14

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Poco tienen en común un jugador de voleibol, un cofrade, un empresario y un político, salvo que en todas estas facetas, para conseguir algo es necesario anteponer al grupo frente a los intereses individuales. Al menos así lo entiende el gaditano Juan Marín, candidato de Ciudadanos a la Presidencia de la Junta, para quien este es una especie de mantra, que recitó en sus años de jugador y entrenador deportivo; durante la salida procesional de su Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Nazareno y María Santísima de la Amargura; en los negocios que heredó de su padre (y en los que luego forjó por su cuenta) y, más recientemente, como primer teniente de alcalde de su pueblo, Sanlúcar de Barrameda.

Matar dos pájaros de un tiro

  • En breve emprenderá una larga ruta por carretera por toda Andalucía, con un presupuesto tan limitado que en Ciudadanos hacen las cuentas pensando en matar dos pájaros de un tiro, esto es, lograr votos para las andaluzas de marzo y para las municipales de mayo. «Sólo tenemos ingresos por los afiliados y no es fácil lograr compañeros de viaje», asegura Juan Marín Lozano. En este punto, destaca la labor que están haciendo los compañeros de Málaga, que es la agrupación con mayor número de militantes y de simpatizantes; lo que, a su juicio, se dejará notar en los próximos resultados.

Mucho antes de pensar en recorrer las carreteras de Andalucía, en un coche alquilado por el partido de Albert Rivera, el joven Marín jugaba al fútbol en el Atlético Sanluqueño, pero una grave lesión (se partió una pierna) le hizo volver la vista hacia otra actividad, el voleibol. De forma casual llegó a una pasión que le ha acompañado durante más de media vida. En el Adesa 80 encontró una forma de seguir haciendo deporte y a un grupo de «personas extraordinarias», como las define. Durante 27 años ha estado vinculado al club, donde fue jugador, entrenador, directivo y hasta presidente. «Llegamos a jugar en división de honor con el Cestina Sanlúcar; recuerdo con añoranza la primera visita al pabellón de Carranque de Málaga, y la paliza que nos dio Javier Buendía» (que fue jugador de la liga nacional), sonríe. «Es algo que me identifica, no soy una persona individual sino de formar equipo». Todavía extrae una segunda moraleja: «El deporte enseña que no hay nada sin esfuerzo, y este momento necesita esfuerzo y sacrificio; hay que dejar cosas a un lado en beneficio del equipo, que es Andalucía. Los valores que hemos ido aprendiendo la gente del deporte son querer compartir y plantearnos retos que parecen inalcanzables. Todo esto tiene mucho que ver con mi carácter, mi forma de ser y de entender la faceta pública».

Luego está la familia, en la que nació y la que forjó después junto a su mujer y a sus dos hijos, de 15 y 16 años. Su vida personal y profesional está ligada a los negocios y a las pymes. En un principio se decantó por el mundo bancario, y consiguió un puesto en la entonces Caja de Ahorros de Jerez (ahora forma parte del grupo de La Caixa). Pero tras el repentino fallecimiento de su padre renunció y se hizo cargo del negocio familiar de joyería y relojería. A continuación, creó empresas de administración y gestión de espacios comerciales y de actividades infantiles, todas ellas aparcadas desde que entró en política. Ella es funcionaria del Consistorio jerezano. «Mi mujer dice que cuándo voy a dejar de meterme en líos, pero el que es así no lo puede evitar, aunque me gustaría pasar más tiempo con mis hijos».

Sensible con los autónomos

Su trayectoria vital le ha hecho especialmente sensible a los problemas de las empresas y especialmente a los de los autónomos. Su receta para crear empleo, fruto de la propia vivencia, es clara: «Necesitan que les dejemos trabajar, con financiación acorde a sus posibilidades, no con subvenciones. El empleo sólo puede venir a través de las pymes y de los autónomos, y los recursos hay que ponerlos ahí». Ahonda en el problema: «Ahora montar una empresa es una aventura. Hay que simplificar trámites, ahí está el trabajo más importante que tenemos que hacer para crear empleo: las administraciones públicas podemos poner recursos pero la base la tienen que poner los empresarios». De ahí que entre sus primeras propuestas esté la de modificar el régimen para los autónomos, «para que el día uno no tengan que abrir con menos 260 euros». «En el resto de Europa no es así, hay que llevar el sentido común a la función pública, porque está todo inventado. Debemos ser un poco sensatos y atender al músculo de la economía, que son las empresas».

Juan Marín busca la cohesión en cada faceta de su vida. También en su cofradía, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Nazareno y María Santísima de la Amargura, de la parroquia de la Caridad de Sanlúcar, de la que es hermano desde que nació, en 1962. «Uno de los momentos más emocionantes que vivimos, a las tres de la madrugada cuando salimos, es cuando el capataz dice a la cuadrilla: A esta es, todo el mundo por igual, y los 42 costaleros llevan al nazareno al cielo de la parroquia. Esa es la dirección. Y si tengo que dejar de lado alguna idea política por el conjunto no me duele en prenda, no vengo a defender corrientes ideológicas». «Si las elecciones son ese día, no voy a votar», bromea.

Todo ello confluye en su forma de afrontar la vinculación con el partido, Ciudadanos, y la vida pública. Cuando lo presentan en mítines y reuniones le da coraje que personalicen en él: «No quiero que me llamen el número uno, porque no se trata de ir delante, detrás ni a la izquierda ni a la derecha, sino todos juntos y al mismo tiempo». Cuenta una anécdota reciente: «Fui a echar gasolina y un trabajador me reconoció y me dijo que le había llegado algo que dije en una entrevista, que había que levantarse del sofá y que lo teníamos que hacer todos juntos. Esa es la frase que se me está quedando, que esto no es una cosa de un partido ni de los parlamentarios, sino de todos».

Al contrario de lo que se suele pensar al hablar de los partidos emergentes, Marín Lozano llega a este punto de su carrera con una experiencia amplia de gobierno municipal, después de ocho años como primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sanlúcar, donde se ha ocupado de las áreas de formación, empleo, empresas y «por vocación» de deportes. Asegura que le ha tocado curtirse «en los ocho años más duros de la crisis» y pone de relieve que una cuestión fundamental a la hora de tomar la decisión de ser el candidato de Ciudadanos fue el conocimiento de las instituciones. «Una vez que se conoce la situación hay que compartirla con el resto de formaciones, sin distinción de siglas». De ahí que su idea de gobierno pase por ser capaces de poner en marcha un plan «viable, urgente y sensato» para hacer frente a los problemas reales, sobre todo dos: crear empleo y eliminar la imagen de corrupción de las instituciones. Frente a otros partidos, que, a su juicio, tratan de volver a fórmulas antiguas, el candidato de Ciudadanos aboga por planificar: «Todo no se puede hacer mañana, no hay varitas mágicas ni cabalgatas de reyes magos, como los que proponen hacer kilómetros de infraestructuras. De mi experiencia municipal saco que de las diez provincias con más paro y pobreza de España, ocho son andaluzas, y las políticas que se han hecho hasta ahora están detrás. Nos encontramos en el momento de cambiar; si no, habremos fracasado todos, desde el presidente hasta el último miembro de la oposición».

En ésas, llega la hora anticipada de emprender la campaña a las elecciones autonómicas. «La gente nos pide que seamos honestos, sinceros y que no les fallemos», comenta, y no esconde la intensidad de ests días, en los que para muy poco en casa, porque tiene que esforzarse mucho más para ser conocido. Con todo, Marín Lozano considera que el primer objetivo lo han logrado, que es activar Ciudadanos en todas las provincias andaluzas y en 200 municipios. El segundo es llevar su mensaje a muchos rincones en poco tiempo, y «empaparte en reuniones con colectivos de los asuntos que les preocupan». «La campaña es muy dura, pero a la vez la vivo con satisfacción porque veo mucha ilusión, de gente con ganas de cambiar las cosas. Eso motiva y compensa el esfuerzo físico».

A pesar de las buenas perspectivas, el candidato mantiene los pies en el suelo y reconoce que la suya es la lucha de David contra Goliat, aunque «David fue capaz de derribar a Goliat», advierte. Lo mismo en la política que en el voleibol.

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